martes, 8 de septiembre de 2015

"En las tradiciones religiosas es fundamental acoger el forastero"

Barcelona, 8/09/2015, catalunyareligio.cat


 (Gloria Barrete -CR) Cataluña ha sido y es, desde siempre, una tierra de acogida, un lugar de paso. A finales del siglo XIX un flujo migratorio interno llevó gente del mundo rural a las ciudades; el segundo flujo migratorio tuvo lugar en la década de los 60 a 70 en el que ciudadanos del conjunto de España vinieron a trabajar; la tercera oleada migratoria, a finales de los 80 a 90 y primera década del siglo XX, proviene de ciudadanos extra comunitarios; esta ola llevó incorporada un sistema de creencias y de valores muy diferente de lo que era habitual en Cataluña. 

En las últimas semanas muchos ayuntamientos e instituciones han apresurado a proponerse como lugar de acogida para los refugiados que huyen de países en conflicto. Este lunes 7 de septiembre el Consejo Asesor para la Diversidad Religiosa de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña ha presentado el documento Acoger el forastero. 

La hospitalidad como deber y actitud espiritual, el tercer documento del Consejo que responde a una necesidad de plena actualidad. La hospitalidad, un deber y una actitud Un texto claro, de 67 páginas, que "presenta los textos religiosos donde aparece la figura del forastero y el deber de acogerlo y tratarlo", ha explicado el presidente del CADR, Francesc Torralba. "Uno de los valores convergentes en las tradiciones religiosas es la hospitalidad", afirmó, "es normal que las autoridades de las instituciones religiosas exhorten a acoger, deriva de su tradición religiosa". 

Un primer apartado describe las tradiciones religiosas en el mundo globalizado, donde se constata "la emergencia de la pluralidad y el flujo que se establece entre los diferentes credos". Seguidamente, hay una descripción de Cataluña como país de acogida y, posteriormente la definición del concepto de hospitalidad. "La hospitalidad no es la tolerancia, es mucho más que la tolerancia, es ver al otro como un don, como una oportunidad para crecer y aprender del otro", recordó Torralba. El sexto apartado, el más extenso, identifica la figura del forastero y el deber de acogerlo en las tradiciones religiosas. Como es contemplado el forastero y como se lo acoge en las diferentes tradiciones religiosas, qué exigencia tenemos con el que llega? Primero se analizan las religiones bíblicas, judaísmo, cristianismo e islam; después las tradiciones del Extremo Oriente, hinduismo, budismo y las tradiciones chinas, como el taoísmo y el confucianismo; y por último se tratan dos tradiciones que "en nuestro país son minoritarias pero tienen una clarísima concepción del lugar y la estima que se debe tener con el forastero", el sijismo y la Fe bahá'í. 

 Judaísmo 

 En el judaísmo recibir invitados es una manera de acercarse a Dios, ya que cada persona es creada a su imagen y semejanza. En consecuencia, la hospitalidad es tan importante como el mismo estudio de la Torá. Cristianismo Desde los orígenes del cristianismo, la hospitalidad ha sido un elemento fundamental en la vida de los discípulos de Cristo. De hecho, la práctica de la hospitalidad se detecta ya en las primeras comunidades cristianas y en las primeras formas de monacato. Esta hospitalidad ha adoptado nuevos significados y diversas manifestaciones en diversos momentos históricos, pero es esencial del ser cristiano en el mundo. 

 Islam 

 En el Islam, el forastero es el invitado. Para cualquier persona musulmana, el forastero o el extranjero representan el mismo privilegio, ambos merecen ser honrados. La hospitalidad es una obligación para cada musulmán y musulmana. Se dice que quien se protege de Dios y del último día debe tratar bien su huésped. Una enseñanza conocido por toda la comunidad musulmana dice: "Sé en el mundo como un extranjero o alguien en tránsito". Hinduismo En el hinduismo la aspiración más alta es la acogida de todos los seres.El saludo del Namasté -m'inclino ante la presencia divina que hay en ti- indica el instinto que el otro es portador de divinidad y, por tanto, que todo ser humano es sagrado. Budismo La doctrina budista, en un nivel avanzado, la importancia de cultivar cuatro estados de la mente: la amabilidad, la joya empática, la ecuanimidad y la compasión; de todas ellas, la última es la más importante, ya que incluye las cualidades de tolerancia, no discriminación, inclusión y empatía por el sufrimiento de los demás. La compasión permite sentir la situación del otro como si fuera propia.

 El que recibe se convierte en el que es recibido. Tradiciones chinas La acogida de las tradiciones chinas es entendido también como parte de una acción civilizadora que puede enseñar a las personas ya los colectivos provenientes de otras culturas el verdadero valor de la armonía, el respeto personal y formal y del desarrollo del propio potencial como formas de socialización y de mejoramiento de las relaciones humanas en bien de una sociedad más armónica y pacífica. Sijismo La creencia de los sikhs en la igualdad básica de todas las personas les lleva a un firme compromiso de protección de los más débiles y de denuncia de toda forma de injusticia. Los sikhs dedican el 10% de sus ingresos en el lugar de culto para que sea destinado a causas humanitarias. El servicio más conocido de los sikhs y, a la vez, el que mejor refleja su voluntad de hospitalidad es la comida comunitaria, donde todo el mundo es bienvenido. Fe bahá'í Para los bahá'ís la constitutiva unidad humana conlleva extender la justicia social y económica en el conjunto de la humanidad, sin privilegios ni exclusiones, en un marco de interdependencia y reciprocidad.

 "Los nombres varían pero los textos ofrecen una intuición común: no quedarse indiferente ante el otro que llega, especialmente ante el otro que llega con una situación de vulnerabilidad", concluyó Torralba. Por qué acoger? Algunas tradiciones ven el forastero como hermano, otros como expresión de divinidad, "hay un lugar profundo de encuentro en las tradiciones religiosas, exhortan a sus seguidores a practicar una hospitalidad que llamamos incondicional", no motivada por el color de la piel, ni por la edad de las personas, ni por el impacto audiovisual que ha podido tener, sino para "abrir la puerta a aquel extranjero, forastero, que necesita ser acogido, dándole una acogida que decimos integral, no sólo una acogida que cuida de las necesidades básicas, sino una atención integral ". Joan-Andreu Rocha, miembro del Consejo Asesor ha querido recordar que, a pesar de la situación de vulnerabilidad que viven los refugiados, "no nos podemos dejar llevar por la emotividad en la acogida", ya que para él lo que lleva el cambio " es preguntarse qué convicciones nos llevan a acoger”.

 La Islamología y miembro del Consejo, Yaratullah Monturiol, remarcó que "tenemos una necesidad urgente de aprender a convivir" y añadió que "es imposible contar con la paz y el bienestar teniendo el vecino en condiciones lamentables". La clave para Torralba radica en la educación: "Es imprescindible que las instituciones educativas puedan leer el documento, el grupo diana son los nuevos catalanes que vamos formando para educarlos contra la xenofobia". Como la parábola del sembrador, a largo plazo, "hay una pedagogía de la acogida, no he de acoger para que me caiga bien una persona o porque la imagen del niño ahogado me golpea, sino porque debe ser recibido, tenemos el deber de acoger”.

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