Las autoridades austriacas dijeron el domingo que estaban esperando una nueva ola de inmigrantes y refugiados procedentes de la frontera de Hungría, después de que una breve pausa en las llegadas les diera la oportunidad de reacondicionar los centros de acogida.
Austria tuvo dificultades la semana pasada para hacer frente a la llegada de miles de personas a su territorio, casi todos ellos de camino a Alemania. El enlace ferroviario a Hungría lleva cerrado desde el jueves en un intento por detener el flujo.
Sólo 50 personas cruzaron la frontera el domingo por la mañana, pero las autoridades húngaras habían dicho que había más en camino y las cifras podrían elevarse a 500 por hora, dijo un portavoz de la policía austríaca.
Basándose en la experiencia reciente, las autoridades austriacas esperaban entre 6.000 y 8.000 nuevas llegadas a lo largo del día, añadió el portavoz.Miles de refugiados, muchos de ellos huyendo del conflicto sirio, cruzan cada día a Hungría, en el extremo oriental de la zona Schengen europea.
Muchos viajan al próspero oeste y norte del continente, en la peor crisis de refugiados en Europa desde las guerras yugoslavas de la década de 1990.
El jefe de la policía de la provincia austriaca de Burgenland, en la frontera con Hungría, dijo a la radio ORF el sábado que una tregua en las llegadas había permitido a las autoridades avanzar en el trabajo pendiente y limpiar los centros de acogida, pero que esperaba más llegadas pronto.
Hungría planea sellar su frontera sur con una valla antes del 15 de septiembre. Sus policía dijo que el sábado fueron detenidos 4.330 inmigrantes, la mayoría de ellos cerca Röszke, en la frontera con Serbia.
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