<--La carpa del recinto ferial se quedó pequeña para albergar a las personas que acudieron a la oración / J. A. Riera
Mientras la comunidad cristiana se prepara para vivir la Navidad, la musulmana celebró ayer en Eivissa la fiesta del sacrificio del cordero, el Aid-el-adhaa, la fiesta mayor de su calendario que tiene lugar en torno a 60 días después del Ramadán. Es el equivalente a la Pascua, en la que los cristianos celebran la resurrección de Cristo. Alrededor de un millar de personas, familias enteras, llegadas incluso en autobús desde Sant Antoni y Santa Eulària, acudieron a primera hora de la mañana a la oración bajo la carpa del recinto ferial de Eivissa, habilitada como mezquita. Alrededor de un millar de musulmanes celebran el Aid-el-adhaa, la fiesta mayor de su calendario, en la carpa del recinto ferial de Vila, convertida en mezquita por unas horas. Familias enteras vestidas con sus mejores galas rezaron y escucharon el sermón del imán
Eivissa , 20 de diciembre de 2007, diariodeibiza.es Ángeles M. Obispo
La comunidad musulmana celebró ayer la fiesta del sacrificio del cordero, el Aid-el-adhaa, bajo la carpa del recinto ferial de Vila convertida en mezquita por unas horas.Vestidos con sus mejores galas y el blanco como color predominante rezaron y escucharon el sermón del imán.
La fiesta conmemora el momento en que se pusieron las bases del Islam, según explica Abdelhak Diki, portavoz de la comunidad musulmana de Eivissa, cuando el profeta Abrahan (Ibrahim) a punto de sacrificar a su hijo en señal de sometimiento a Dios, recibió la orden de cambiarle por un cordero. En la carpa de Vila, los hombres a un lado y las mujeres a otro sin posibilidad de verse y acompañados por sus hijos e hijas, respectivamente, dieron gracias a Dios. «Dios es generoso, no hay más Dios y sólo Dios merece toda alabanza», «Dios es grande, es único», repitieron en oración las palabras del imán y se felicitaron mutuamente una vez concluyeron los rezos.
Después llegó el momento del sacrificio del cordero a cargo del cabeza de familia. Algunos musulmanes concertaron la compra del animal con payeses y lo mataron en la clandestinidad siguiendo el ritual.
Pronunciando la frase «En nombre de Dios. Dios es grande» colocando el cordero en dirección a la Meca, «donde nace el sol». Otros, en cambio, optaron por comprarlo en las carnicerías musulmanas de la isla. «El cuchillo debe estar muy afilado para no hacer sufrir al animal. Se debe degollar con un corte limpio», explicó Abdelhak. «Hoy (ayer para el lector) la gente ha desayunado poco porque lo primero que deben comer en estas jornadas es el hígado del cordero cocinado», añade al tiempo que comenta que la obligación de todo musulmán es mostrar «gratitud» entregando una tercera parte del animal sacrificado en nombre de Dios a modo de limosna. «Entregaré una pierna de cordero a un compañero que se acaba de casar con una española. Mi mujer y mis hijos se han ido a Marruecos estas vacaciones y yo tengo suficiente», asevera.
Separados
«Hoy termina la fiesta. Han sido tres días de felicitaciones, de visitas familiares y de amigos», explica el portavoz de la comunidad musulmana de Eivissa, entre un continuo trasiego de hombres y mujeres que tras llegar juntos al recinto ferial, se dividen en direcciones opuestas para rezar separados por una tela. «Es una forma de respeto.
Mezclar los géneros no conduce a un buen fin porque unos intentan ligar con otros. Cada uno debe estar en su posición. Esta es mi mujer, aquella es tu hermana... Debe existir siempre un respeto al igual que con las personas mayores y con los niños», recalca. Abdelhak Diki afirma que esta separación de géneros también tiene lugar en la mesa, durante las visitas de amigos. «Entre familias nos sentamos todos juntos pero cuando vienen personas ajenas, amigos, siempre hay que tener respeto», afirma. «Los hombres nos sentamos solos y las mujeres se juntan para hacer la comida o en la cocina. Al igual que los niños», asevera.
Después de comer el cordero «en pinchitos», asado, frito o guisado, según los gustos, las mujeres preparan diferentes dulces típicos para la fiesta elaborados a base de almendra, nueces, cacahuetes, mantequilla salada, miel pasta de harina y huevos, entre otros ingredientes. Tampoco falta el café, el té, la leche y los zumos.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Mientras la comunidad cristiana se prepara para vivir la Navidad, la musulmana celebró ayer en Eivissa la fiesta del sacrificio del cordero, el Aid-el-adhaa, la fiesta mayor de su calendario que tiene lugar en torno a 60 días después del Ramadán. Es el equivalente a la Pascua, en la que los cristianos celebran la resurrección de Cristo. Alrededor de un millar de personas, familias enteras, llegadas incluso en autobús desde Sant Antoni y Santa Eulària, acudieron a primera hora de la mañana a la oración bajo la carpa del recinto ferial de Eivissa, habilitada como mezquita. Alrededor de un millar de musulmanes celebran el Aid-el-adhaa, la fiesta mayor de su calendario, en la carpa del recinto ferial de Vila, convertida en mezquita por unas horas. Familias enteras vestidas con sus mejores galas rezaron y escucharon el sermón del imán
Eivissa , 20 de diciembre de 2007, diariodeibiza.es Ángeles M. Obispo
La comunidad musulmana celebró ayer la fiesta del sacrificio del cordero, el Aid-el-adhaa, bajo la carpa del recinto ferial de Vila convertida en mezquita por unas horas.Vestidos con sus mejores galas y el blanco como color predominante rezaron y escucharon el sermón del imán.
La fiesta conmemora el momento en que se pusieron las bases del Islam, según explica Abdelhak Diki, portavoz de la comunidad musulmana de Eivissa, cuando el profeta Abrahan (Ibrahim) a punto de sacrificar a su hijo en señal de sometimiento a Dios, recibió la orden de cambiarle por un cordero. En la carpa de Vila, los hombres a un lado y las mujeres a otro sin posibilidad de verse y acompañados por sus hijos e hijas, respectivamente, dieron gracias a Dios. «Dios es generoso, no hay más Dios y sólo Dios merece toda alabanza», «Dios es grande, es único», repitieron en oración las palabras del imán y se felicitaron mutuamente una vez concluyeron los rezos.
Después llegó el momento del sacrificio del cordero a cargo del cabeza de familia. Algunos musulmanes concertaron la compra del animal con payeses y lo mataron en la clandestinidad siguiendo el ritual.
Pronunciando la frase «En nombre de Dios. Dios es grande» colocando el cordero en dirección a la Meca, «donde nace el sol». Otros, en cambio, optaron por comprarlo en las carnicerías musulmanas de la isla. «El cuchillo debe estar muy afilado para no hacer sufrir al animal. Se debe degollar con un corte limpio», explicó Abdelhak. «Hoy (ayer para el lector) la gente ha desayunado poco porque lo primero que deben comer en estas jornadas es el hígado del cordero cocinado», añade al tiempo que comenta que la obligación de todo musulmán es mostrar «gratitud» entregando una tercera parte del animal sacrificado en nombre de Dios a modo de limosna. «Entregaré una pierna de cordero a un compañero que se acaba de casar con una española. Mi mujer y mis hijos se han ido a Marruecos estas vacaciones y yo tengo suficiente», asevera.
Separados
«Hoy termina la fiesta. Han sido tres días de felicitaciones, de visitas familiares y de amigos», explica el portavoz de la comunidad musulmana de Eivissa, entre un continuo trasiego de hombres y mujeres que tras llegar juntos al recinto ferial, se dividen en direcciones opuestas para rezar separados por una tela. «Es una forma de respeto.
Mezclar los géneros no conduce a un buen fin porque unos intentan ligar con otros. Cada uno debe estar en su posición. Esta es mi mujer, aquella es tu hermana... Debe existir siempre un respeto al igual que con las personas mayores y con los niños», recalca. Abdelhak Diki afirma que esta separación de géneros también tiene lugar en la mesa, durante las visitas de amigos. «Entre familias nos sentamos todos juntos pero cuando vienen personas ajenas, amigos, siempre hay que tener respeto», afirma. «Los hombres nos sentamos solos y las mujeres se juntan para hacer la comida o en la cocina. Al igual que los niños», asevera.
Después de comer el cordero «en pinchitos», asado, frito o guisado, según los gustos, las mujeres preparan diferentes dulces típicos para la fiesta elaborados a base de almendra, nueces, cacahuetes, mantequilla salada, miel pasta de harina y huevos, entre otros ingredientes. Tampoco falta el café, el té, la leche y los zumos.
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