Kuala Lumpur Lunes 3 de Diciembre de 2007, El País de Colombia, Por Wayne Arnold
<--Los grandes campos petroleros en el medio y lejano oriente han convertido a esas regiones como unas de las más adineradas del planeta. De allí que los capitales bancarios que se manejan sean verdaderamente gigantescos.
Foto: Ablestock |El País
La riqueza petrolera está atrayendo a los mayores grupos financieros del planeta, a pesar de que es un sistema que no cobra intereses.
La creciente riqueza petrolera está dando impulso a la banca islámica -- banca que se apega a las leyes del Corán y su prohibición contra el cobro de intereses y la está incorporando a la corriente financiera dominante.
Los grandes bancos, incluidos Citigroup, Hsbc y Deutsche Bank, así como capitales financieras como Londres, Tokio y hks, están entrando en la industria bancaria islámica. Unas 300 instituciones financieras islámicas tienen al menos US$500.000 millones en activos, y los depósitos están aumentando más de 10% al año.
Además de préstamos islámicos, hay bonos islámicos, tarjetas de crédito islámicas e incluso derivados islámicos. Los préstamos y bonos que cumplen con el Corán están ya disponibles en Estados Unidos. Y Gran Bretaña, Japón y Tailandia están contemplando emitir sus propios bonos islámicos.
En la banca islámica, se requiere que los financieros compartan los riesgos de los deudores, lo que significa que los depositantes son tratados más como accionistas, percibiendo una parte de las utilidades.
"Esta es una industria en camino de una industria nicho a convertirse en una industria verdaderamente global", dijo Khawaja Mohammad Salman Younis, el director administrativo para operaciones en Malasia de Kuwait Finance House, el segundo banco islámico más grande después de Al-Rajhi Bank.
"En los próximos tres a cinco años, veremos a bancos islámicos surgiendo en Australia, China, Japón y otras partes del mundo", sostiene.
La estampida hacia las finanzas islámicas es en gran medida un esfuerzo para dar servicio a alrededor de 1,5 billones de dólares en fondos que inundan al Medio Oriente, en gran parte gracias a los precios petroleros más altos. Aunque mucho de este dinero petrolero era invertido en Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza antes del 11 de septiembre de 2001, banqueros dicen que muchos árabes ricos están invirtiendo más cerca de casa, en parte para evitar un mayor escrutinio. Al mismo tiempo, muchos inversionistas mediorientales están ansiosos de capitalizar el crecimiento en espiral de Asia.
Gigantescas inversiones
Según algunas estimaciones, unos US$800.000 millones de dinero árabe se han trasladado de Estados Unidos y Europa a otras regiones. Esas inversiones han ayudado a provocar un renacimiento económico en todo el mundo musulmán en un momento de creciente conservadurismo religioso entre los 1,600 millones de fieles del Islam.
El resultado está ampliando la demanda de servicios financieros que se apeguen a la ley islámica, o Shariah.
"La clase media tiene el lujo de tomar estas decisiones islámicas contra no islámicas", dijo Nordin Abdullah, que dirige KasehDia, una firma en Kuala Lumpur que asesora a compañías sobre cómo cumplir con la Shariah. "Son educados y tienen dinero".
El año pasado, el mayor prestamistas de Arabia Saudita, National Commercial Bank, revisó todas operaciones minoristas para hacerlas cumplir con la Shariah. Túnez y Marruecos autorizaron sus primeros bancos islámicos este año.
Y aunque los mayores bancos islámicos están en los estados ricos del Golfo, los mercados potenciales más atractivos están en Turquía y el norte de Africa y entre los musulmanes de Europa. Indonesia, la nación musulmana más poblada con más de 190 millones de musulmanes, es la veta madre.
El epicentro
Malasia, una nación predominantemente musulmana con un gobierno laico y una economía en rápido crecimiento e impulsada por las exportaciones, ha surgido como un centro para el desarrollo de la industria. Aquí, incluso los no musulmanes están aprovechando el rango de crecimiento de productos islámicos que ofrecen rendimientos competitivos.
Por ejemplo, David Ong-Yeoh, ejecutivo de relaciones públicas cansado de preocuparse por las crecientes tasas de interés de su hipoteca a tasa ajustable, refinanció a un préstamo a tasa fija a 30 años de una institución financiera islámica. Ahora, hace pagos regulares que incluyen un margen de utilidad predeterminado para el banco.
"Las condiciones son mejores que en los préstamos convencionales", dijo Ong-Yeoh, de 41 años.
Las finanzas islámicas también evitan prácticas prohibidas según la Shariah: Los banqueros islámicos no pueden recibir o proporcionar fondos para cualquier cosa que involucre alcohol, apuestas, pornografía, tabaco, armas o porcicultura.
El acaparamiento es mal visto en el Corán, de manera que los ahorros no perciben rendimiento a menos que se apliquen a un uso productivo. "El dinero no puede generar dinero", dicen los promotores de esta iniciativa.
Prohibida la usura
Los proponentes de la banca islámica dicen que estos son límites que cualquier inversionista socialmente consciente puede apoyar, sea musulmán o no.
También prevén un atractivo más amplio para la prohibición sobre los intereses de la banca islámica, que se origina en la prohibición del Corán contra la usura.
Esa es una visión que tiene una larga tradición religiosa e histórica. Cobrar altas tasas de interés por prestar dinero es repetidamente condenado en el Corán.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
<--Los grandes campos petroleros en el medio y lejano oriente han convertido a esas regiones como unas de las más adineradas del planeta. De allí que los capitales bancarios que se manejan sean verdaderamente gigantescos.
Foto: Ablestock |El País
La riqueza petrolera está atrayendo a los mayores grupos financieros del planeta, a pesar de que es un sistema que no cobra intereses.
La creciente riqueza petrolera está dando impulso a la banca islámica -- banca que se apega a las leyes del Corán y su prohibición contra el cobro de intereses y la está incorporando a la corriente financiera dominante.
Los grandes bancos, incluidos Citigroup, Hsbc y Deutsche Bank, así como capitales financieras como Londres, Tokio y hks, están entrando en la industria bancaria islámica. Unas 300 instituciones financieras islámicas tienen al menos US$500.000 millones en activos, y los depósitos están aumentando más de 10% al año.
Además de préstamos islámicos, hay bonos islámicos, tarjetas de crédito islámicas e incluso derivados islámicos. Los préstamos y bonos que cumplen con el Corán están ya disponibles en Estados Unidos. Y Gran Bretaña, Japón y Tailandia están contemplando emitir sus propios bonos islámicos.
En la banca islámica, se requiere que los financieros compartan los riesgos de los deudores, lo que significa que los depositantes son tratados más como accionistas, percibiendo una parte de las utilidades.
"Esta es una industria en camino de una industria nicho a convertirse en una industria verdaderamente global", dijo Khawaja Mohammad Salman Younis, el director administrativo para operaciones en Malasia de Kuwait Finance House, el segundo banco islámico más grande después de Al-Rajhi Bank.
"En los próximos tres a cinco años, veremos a bancos islámicos surgiendo en Australia, China, Japón y otras partes del mundo", sostiene.
La estampida hacia las finanzas islámicas es en gran medida un esfuerzo para dar servicio a alrededor de 1,5 billones de dólares en fondos que inundan al Medio Oriente, en gran parte gracias a los precios petroleros más altos. Aunque mucho de este dinero petrolero era invertido en Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza antes del 11 de septiembre de 2001, banqueros dicen que muchos árabes ricos están invirtiendo más cerca de casa, en parte para evitar un mayor escrutinio. Al mismo tiempo, muchos inversionistas mediorientales están ansiosos de capitalizar el crecimiento en espiral de Asia.
Gigantescas inversiones
Según algunas estimaciones, unos US$800.000 millones de dinero árabe se han trasladado de Estados Unidos y Europa a otras regiones. Esas inversiones han ayudado a provocar un renacimiento económico en todo el mundo musulmán en un momento de creciente conservadurismo religioso entre los 1,600 millones de fieles del Islam.
El resultado está ampliando la demanda de servicios financieros que se apeguen a la ley islámica, o Shariah.
"La clase media tiene el lujo de tomar estas decisiones islámicas contra no islámicas", dijo Nordin Abdullah, que dirige KasehDia, una firma en Kuala Lumpur que asesora a compañías sobre cómo cumplir con la Shariah. "Son educados y tienen dinero".
El año pasado, el mayor prestamistas de Arabia Saudita, National Commercial Bank, revisó todas operaciones minoristas para hacerlas cumplir con la Shariah. Túnez y Marruecos autorizaron sus primeros bancos islámicos este año.
Y aunque los mayores bancos islámicos están en los estados ricos del Golfo, los mercados potenciales más atractivos están en Turquía y el norte de Africa y entre los musulmanes de Europa. Indonesia, la nación musulmana más poblada con más de 190 millones de musulmanes, es la veta madre.
El epicentro
Malasia, una nación predominantemente musulmana con un gobierno laico y una economía en rápido crecimiento e impulsada por las exportaciones, ha surgido como un centro para el desarrollo de la industria. Aquí, incluso los no musulmanes están aprovechando el rango de crecimiento de productos islámicos que ofrecen rendimientos competitivos.
Por ejemplo, David Ong-Yeoh, ejecutivo de relaciones públicas cansado de preocuparse por las crecientes tasas de interés de su hipoteca a tasa ajustable, refinanció a un préstamo a tasa fija a 30 años de una institución financiera islámica. Ahora, hace pagos regulares que incluyen un margen de utilidad predeterminado para el banco.
"Las condiciones son mejores que en los préstamos convencionales", dijo Ong-Yeoh, de 41 años.
Las finanzas islámicas también evitan prácticas prohibidas según la Shariah: Los banqueros islámicos no pueden recibir o proporcionar fondos para cualquier cosa que involucre alcohol, apuestas, pornografía, tabaco, armas o porcicultura.
El acaparamiento es mal visto en el Corán, de manera que los ahorros no perciben rendimiento a menos que se apliquen a un uso productivo. "El dinero no puede generar dinero", dicen los promotores de esta iniciativa.
Prohibida la usura
Los proponentes de la banca islámica dicen que estos son límites que cualquier inversionista socialmente consciente puede apoyar, sea musulmán o no.
También prevén un atractivo más amplio para la prohibición sobre los intereses de la banca islámica, que se origina en la prohibición del Corán contra la usura.
Esa es una visión que tiene una larga tradición religiosa e histórica. Cobrar altas tasas de interés por prestar dinero es repetidamente condenado en el Corán.
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