El funcionario considera que la instalación de una gran comunidad musulmana en su país podría traer cambios que no son bien vistos por su gobierno.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, reiteró hoy su rechazo a la inmigración de musulmanes, ya que considera que los musulamenes representan un peligro para su país ya que considera que dicha cultura es muy posesiva socialmente.
"Nadie puede exigir que Hungría cambie", dijo el jefe de gobierno derechista, citado por la agencia de noticias nacional MTI, en un discurso pronunciado con motivo de la reunión anual de diplomáticos húngaros en Budapest.
Orban se declaró contrario a que la composición cultural y étnica de la población de Hungría cambie a causa de influencias externas.
No obstante, aseguró que Hungría no asume un punto de vista "antiislámico" y no quiere que el problema migratorio afecte a las relaciones de Hungría con países de cultura islámica. "Nos alegramos de tener restaurantes kebab en nuestras calles", afirmó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario