Los vecinos acuerdan en asamblea recoger firmas y proponer usos alternativos al local que acogió los vestuarios del campo de fútbol
El «no» unánime de los vecinos de la calle Puerto de Barazar hacia la mezquita que el colectivo pakistaní intenta instalar en la lonja que hasta hace unos meses hacía las funciones de vestuarios del campo de fútbol de la Vitoriana se volvió a oír con intensidad ayer en Zaramaga. La asociación vecinal Iparralde había convocado una reunión en el centro cívico para trasladar, junto con Adolfo Gago, presidente de Vecinos de Vitoria y Álava, la voluntad de Javier Maroto de escuchar a los residentes afectados «y respetar su decisión». «El alcalde nos aseguró que si los vecinos rechazaban la ubicación, ésta se iba a descartar», explicaba a EL CORREO Fernando Cuesta, presidente del colectivo Iparralde.
Y así se lo comunicaron los dos líderes vecinales a quienes habían acudido a esta asamblea informativa. Pero los afectados traían otra propuesta preparada, y aunque Cuesta y Gago intentaron explicar los pasos que se había dado en su labor de mediación «en interés de los residentes» con el Ayuntamiento, los asistentes dejaron patente su desconfianza ante la oferta que traían desde la Alcaldía. Tras más de media hora en la que ambos intentaban exponer su planteamiento, los reunidos les pidieron que les dejasen tomar a ellos la decisión.
Una vez abandonaron la sala, David, uno de los vecinos afectados, tomó la palabra para justificar el rechazo hacia estos dos mediadores. «Lo que nos han dicho es prácticamente la verdad, pero estas personas no son de la asociación de vecinos de Zaramaga, son de la de Iparralde», argumentó el joven. «Ellos no se han puesto en ningún momento en contacto con Bizigarri, y han sido los que han convocado la reunión sin contar con la otra asociación», añadía.
La propuesta que traían «intenta solucionar el problema ahora, rápidamente, y vienen mandados por el alcalde», reprochaba David. «Tenemos que ir al Ayuntamiento y expresarle a Maroto que no aceptamos esta ubicación. Pero dando razones y soluciones», continuó.
Normativa vigente
«Tenemos que ponernos en contacto con los de Bizigarri, que hoy no han podido venir, y organizar una campaña de recogida de firmas, pero no sólo de nuestra zona, sino de todo el barrio, en el menor plazo posible, para que vean que nuestra postura está respaldada», explicó. «Hay que tener en cuenta que en el barrio ya hay un local donde los pakistaníes ya tienen licencia de obra, pero ahora se les ha ofrecido un lugar mejor y es normal que lo acepten», apostilló, antes de recordar «que hay una normativa que impide que a una lonja municipal se le dé un uso diferente al que ha tenido siempre, salvo mediante consenso de los grupos políticos».
De hecho, esa sería su baza para pedir que no se reconviertan los viejos vestuarios en mezquita. «Hay que recordar que no sólo es la parte exterior, sino que encima del local hay viviendas, y están pared con pared con un bajo». Por eso, planteaba a sus vecinos que aportasen ideas para darle otro uso. «Puede ser un pequeño centro cívico para los mayores del barrio», apuntaba, aunque otros pedían destinarlo al equipo deportivo de Zaramaga.
Los asistentes llegaron al acuerdo de convocar otra reunión este viernes, aunque sus argumentos no convencían a todos. Vecinos de la calle Martín Olave, donde estuvo la primera ubicación prevista para el centro religioso, se sentían ofendidos «Que usen el argumento de que hay otra lonja que ya tiene licencia me parece muy poco solidario. Es como si nosotros no fuésemos Zaramaga», lamentaban.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
El «no» unánime de los vecinos de la calle Puerto de Barazar hacia la mezquita que el colectivo pakistaní intenta instalar en la lonja que hasta hace unos meses hacía las funciones de vestuarios del campo de fútbol de la Vitoriana se volvió a oír con intensidad ayer en Zaramaga. La asociación vecinal Iparralde había convocado una reunión en el centro cívico para trasladar, junto con Adolfo Gago, presidente de Vecinos de Vitoria y Álava, la voluntad de Javier Maroto de escuchar a los residentes afectados «y respetar su decisión». «El alcalde nos aseguró que si los vecinos rechazaban la ubicación, ésta se iba a descartar», explicaba a EL CORREO Fernando Cuesta, presidente del colectivo Iparralde.
Y así se lo comunicaron los dos líderes vecinales a quienes habían acudido a esta asamblea informativa. Pero los afectados traían otra propuesta preparada, y aunque Cuesta y Gago intentaron explicar los pasos que se había dado en su labor de mediación «en interés de los residentes» con el Ayuntamiento, los asistentes dejaron patente su desconfianza ante la oferta que traían desde la Alcaldía. Tras más de media hora en la que ambos intentaban exponer su planteamiento, los reunidos les pidieron que les dejasen tomar a ellos la decisión.
Una vez abandonaron la sala, David, uno de los vecinos afectados, tomó la palabra para justificar el rechazo hacia estos dos mediadores. «Lo que nos han dicho es prácticamente la verdad, pero estas personas no son de la asociación de vecinos de Zaramaga, son de la de Iparralde», argumentó el joven. «Ellos no se han puesto en ningún momento en contacto con Bizigarri, y han sido los que han convocado la reunión sin contar con la otra asociación», añadía.
La propuesta que traían «intenta solucionar el problema ahora, rápidamente, y vienen mandados por el alcalde», reprochaba David. «Tenemos que ir al Ayuntamiento y expresarle a Maroto que no aceptamos esta ubicación. Pero dando razones y soluciones», continuó.
Normativa vigente
«Tenemos que ponernos en contacto con los de Bizigarri, que hoy no han podido venir, y organizar una campaña de recogida de firmas, pero no sólo de nuestra zona, sino de todo el barrio, en el menor plazo posible, para que vean que nuestra postura está respaldada», explicó. «Hay que tener en cuenta que en el barrio ya hay un local donde los pakistaníes ya tienen licencia de obra, pero ahora se les ha ofrecido un lugar mejor y es normal que lo acepten», apostilló, antes de recordar «que hay una normativa que impide que a una lonja municipal se le dé un uso diferente al que ha tenido siempre, salvo mediante consenso de los grupos políticos».
De hecho, esa sería su baza para pedir que no se reconviertan los viejos vestuarios en mezquita. «Hay que recordar que no sólo es la parte exterior, sino que encima del local hay viviendas, y están pared con pared con un bajo». Por eso, planteaba a sus vecinos que aportasen ideas para darle otro uso. «Puede ser un pequeño centro cívico para los mayores del barrio», apuntaba, aunque otros pedían destinarlo al equipo deportivo de Zaramaga.
Los asistentes llegaron al acuerdo de convocar otra reunión este viernes, aunque sus argumentos no convencían a todos. Vecinos de la calle Martín Olave, donde estuvo la primera ubicación prevista para el centro religioso, se sentían ofendidos «Que usen el argumento de que hay otra lonja que ya tiene licencia me parece muy poco solidario. Es como si nosotros no fuésemos Zaramaga», lamentaban.
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