La máxima autoridad religiosa de Egipto, Al-Azhar, está saliendo de las sombras del derrocado presidente Hosni Mubarak mientras trata de resguardar un prestigio manchado por décadas de sumisión al ex líder.
En el interior de sus murallas, los jeques de Al-Azhar han pasado más de 1.000 años estudiando las escrituras sagradas del Islam e interpretando su significado para los fieles, erigiendo una autoridad sin rival en el mundo musulmán.Parte de su lustre se opacó cuado el presidente Gamal Abdel Nasser lo puso bajo la autoridad del Estado en 1961. Cuarenta años más tarde, los jeques de Al-Azhar fueron presionados para apoyar el duro régimen de seguridad que consolidó las tres décadas de Mubarak en el poder.
Junto a la reputación de un líder poco popular, Al-Azhar decayó justo cuando predicadores con menos conocimientos religiosos empezaron a divulgar su dogmática versión del Islam usando internet y televisión satelital.En 2007 Muhammad Sayyid Tantawi, director de Al-Azhar durante más de una década hasta su muerte el año pasado, anunció que los periodistas que divulgaran rumores sobre el estado de salud de Mubarak deberían "recibir 80 latigazos".
Para restaurar su reputación, las principales figuras de Al-Azhar están reinventando la institución como una defensora de la democracia, de la reforma del Estado y, lo que tal vez resulte más sorprendente, del Gobierno secular."Muchas personas sienten que hay una fuerte necesidad de tener una institución así en el futuro para preservar la moderación del Islam ante oleadas encabezadas por entidades más estrictas y menos confiables", dijo Hassan Nafaa, jefe del departamento de ciencia política en la Universidad de El Cairo.
El cambio empezó a transitar los fríos pasillos de piedra de Al-Azhar meses antes de que el levantamiento expulsara a Mubarak de su cargo en febrero.En 2010, el primer ministro Ahmed Nazif supervisó el nombramiento de jeque Ahmed El-Tayeb, de espíritu más libre, para reemplazar a Tantawi.
Cuando millones de personas salieron a las calles para pedir la renuncia de Mubarak en enero, nunca llegó el esperado fatwa (decreto) de Azhar exigiéndoles a los egipcios a encolumnarse detrás de su presidente y la institución, en cambio, emitió un comunicado exhortando a la moderación.Muchos eruditos de Azhar se dieron de la mano con los manifestantes en el levantamiento y no fueron objeto de críticas de sus superiores.
CAMBIO "INEVITABLE"
Con Mubarak fuera, Azhar convocó a los intelectuales a colaborar en una visión del futuro político de Egipto.Un documento de 11 puntos publicado por Al-Azhar en junio proponía la libertad de opinión, de fe y derechos humanos en un Estado que sería "civil, protegido por la constitución y la ley".
"Al-Azhar quería desarrollarse (...) para reflejar los cambios que veía venir", dijo Mohamed Rafa'a al-Tahtawi, un ex portavoz de Azhar que trabajó en un primer borrador del documento político. Tahtawi dijo haber renunciado a su puesto en febrero para sumarse la revuelta, pero sus antiguos compañeros lo volvieron a recibir en la entidad como si nunca se hubiese ido.
"No hubo rechazo de un jeque de Al-Azhar ni de ningún otro funcionario. Por el contrario, fui alentado por todos. Creo que todo el mundo sabía que el cambio era inevitable y que nadie podía impedirlo", añadió Tahtawi. En un país cuya educación estatal atraviesa una crisis, la universidad de Al-Azhar ofrece algunas de las mejores carreras en ciencias modernas e idiomas, estudios comerciales, ingeniería y agricultura.
Al-Azhar dirige escuelas por todo Egipto y envía a expertos a enseñar a todo Oriente Medio y más allá. Muchos de los más influyentes eruditos y políticos del mundo musulmán son egresados.La sabiduría perdura, pero restaurar su autoridad sobre asuntos religiosos se ha tornado más vital que nunca después del debilitamiento del aparato de seguridad de Mubarak y del resurgimiento de grupos como los salafistas, que se oponen a la sumisión de líderes religiosos frente a la autoridad secular.
Los líderes de Al-Azhar ha empezado a contactarse con políticos que compiten por conformar un nuevo Gobierno electo, incluyendo a miembros de grupos islamistas como los Hermanos Musulmanes, que estuvieron oficialmente proscritos bajo Mubarak y es probable que desempeñen un rol decisivo en la política. El gobernante Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha dispuesto una cronología para elecciones parlamentarias en noviembre, seguida por elecciones presidenciales posiblemente a comienzos del año próximo.
Un jeque de Azar, Ahmed El-Tayeb, se reunió con el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, en mayo. El-Tayeb dijo que los Hermanos estuvieron "siempre cerca de Al-Azhar pero circunstancias del pasado no permitieron que tales encuentros se llevaran a cabo". "En el encuentro se habló de la importancia de alcanzar un discurso islámico unificado que sea moderado", dijo El-Tayeb según un reporte del periódico Al-Ahram.
El mes pasado, Al-Azhar ofició de mediador entre políticos liberales e islamistas que se oponían a su intento de sentar los principios de una nueva Constitución, una medida que los islamistas vieron como una maniobra para bloquear la creación de un Estado islámico.
Pero los secularistas muestran escepticismo respecto de la campaña de Al-Azhar en la política."¿Qué ocurrirá si no acordamos con Al-Azhar en algún punto? Resultará difícil discutirlo con una institución religiosa", dijo el analista de derechos humanos Gamal Eid, director de la Red Arabe de Información sobre Derechos Humanos con sede en El Cairo (ANHRI, por sus siglas en inglés).
"No se puede pedir un Estado civil y permitir que organizaciones religiosas participen en política", comentó.Actualmente Al-Azhar está haciendo presión para dejar de estar bajo el control estatal, argumentando que su líder debería ser nuevamente electo por el personal, y no elegido por el jefe de Estado.
"Al-Azhar se ha dado cuenta de que no hay forma de seguir funcionando como lo venía haciendo bajo el mandato de Mubarak. Sabe que debe atender su corrupción interna", dijo el analista político Nafaa. "Veo un fuerte deseo de regresar a ser un líder del mundo musulmán sunita", añadió.
(Editado en español por Marion Giraldo)
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
En el interior de sus murallas, los jeques de Al-Azhar han pasado más de 1.000 años estudiando las escrituras sagradas del Islam e interpretando su significado para los fieles, erigiendo una autoridad sin rival en el mundo musulmán.Parte de su lustre se opacó cuado el presidente Gamal Abdel Nasser lo puso bajo la autoridad del Estado en 1961. Cuarenta años más tarde, los jeques de Al-Azhar fueron presionados para apoyar el duro régimen de seguridad que consolidó las tres décadas de Mubarak en el poder.
Junto a la reputación de un líder poco popular, Al-Azhar decayó justo cuando predicadores con menos conocimientos religiosos empezaron a divulgar su dogmática versión del Islam usando internet y televisión satelital.En 2007 Muhammad Sayyid Tantawi, director de Al-Azhar durante más de una década hasta su muerte el año pasado, anunció que los periodistas que divulgaran rumores sobre el estado de salud de Mubarak deberían "recibir 80 latigazos".
Para restaurar su reputación, las principales figuras de Al-Azhar están reinventando la institución como una defensora de la democracia, de la reforma del Estado y, lo que tal vez resulte más sorprendente, del Gobierno secular."Muchas personas sienten que hay una fuerte necesidad de tener una institución así en el futuro para preservar la moderación del Islam ante oleadas encabezadas por entidades más estrictas y menos confiables", dijo Hassan Nafaa, jefe del departamento de ciencia política en la Universidad de El Cairo.
El cambio empezó a transitar los fríos pasillos de piedra de Al-Azhar meses antes de que el levantamiento expulsara a Mubarak de su cargo en febrero.En 2010, el primer ministro Ahmed Nazif supervisó el nombramiento de jeque Ahmed El-Tayeb, de espíritu más libre, para reemplazar a Tantawi.
Cuando millones de personas salieron a las calles para pedir la renuncia de Mubarak en enero, nunca llegó el esperado fatwa (decreto) de Azhar exigiéndoles a los egipcios a encolumnarse detrás de su presidente y la institución, en cambio, emitió un comunicado exhortando a la moderación.Muchos eruditos de Azhar se dieron de la mano con los manifestantes en el levantamiento y no fueron objeto de críticas de sus superiores.
CAMBIO "INEVITABLE"
Con Mubarak fuera, Azhar convocó a los intelectuales a colaborar en una visión del futuro político de Egipto.Un documento de 11 puntos publicado por Al-Azhar en junio proponía la libertad de opinión, de fe y derechos humanos en un Estado que sería "civil, protegido por la constitución y la ley".
"Al-Azhar quería desarrollarse (...) para reflejar los cambios que veía venir", dijo Mohamed Rafa'a al-Tahtawi, un ex portavoz de Azhar que trabajó en un primer borrador del documento político. Tahtawi dijo haber renunciado a su puesto en febrero para sumarse la revuelta, pero sus antiguos compañeros lo volvieron a recibir en la entidad como si nunca se hubiese ido.
"No hubo rechazo de un jeque de Al-Azhar ni de ningún otro funcionario. Por el contrario, fui alentado por todos. Creo que todo el mundo sabía que el cambio era inevitable y que nadie podía impedirlo", añadió Tahtawi. En un país cuya educación estatal atraviesa una crisis, la universidad de Al-Azhar ofrece algunas de las mejores carreras en ciencias modernas e idiomas, estudios comerciales, ingeniería y agricultura.
Al-Azhar dirige escuelas por todo Egipto y envía a expertos a enseñar a todo Oriente Medio y más allá. Muchos de los más influyentes eruditos y políticos del mundo musulmán son egresados.La sabiduría perdura, pero restaurar su autoridad sobre asuntos religiosos se ha tornado más vital que nunca después del debilitamiento del aparato de seguridad de Mubarak y del resurgimiento de grupos como los salafistas, que se oponen a la sumisión de líderes religiosos frente a la autoridad secular.
Los líderes de Al-Azhar ha empezado a contactarse con políticos que compiten por conformar un nuevo Gobierno electo, incluyendo a miembros de grupos islamistas como los Hermanos Musulmanes, que estuvieron oficialmente proscritos bajo Mubarak y es probable que desempeñen un rol decisivo en la política. El gobernante Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha dispuesto una cronología para elecciones parlamentarias en noviembre, seguida por elecciones presidenciales posiblemente a comienzos del año próximo.
Un jeque de Azar, Ahmed El-Tayeb, se reunió con el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, en mayo. El-Tayeb dijo que los Hermanos estuvieron "siempre cerca de Al-Azhar pero circunstancias del pasado no permitieron que tales encuentros se llevaran a cabo". "En el encuentro se habló de la importancia de alcanzar un discurso islámico unificado que sea moderado", dijo El-Tayeb según un reporte del periódico Al-Ahram.
El mes pasado, Al-Azhar ofició de mediador entre políticos liberales e islamistas que se oponían a su intento de sentar los principios de una nueva Constitución, una medida que los islamistas vieron como una maniobra para bloquear la creación de un Estado islámico.
Pero los secularistas muestran escepticismo respecto de la campaña de Al-Azhar en la política."¿Qué ocurrirá si no acordamos con Al-Azhar en algún punto? Resultará difícil discutirlo con una institución religiosa", dijo el analista de derechos humanos Gamal Eid, director de la Red Arabe de Información sobre Derechos Humanos con sede en El Cairo (ANHRI, por sus siglas en inglés).
"No se puede pedir un Estado civil y permitir que organizaciones religiosas participen en política", comentó.Actualmente Al-Azhar está haciendo presión para dejar de estar bajo el control estatal, argumentando que su líder debería ser nuevamente electo por el personal, y no elegido por el jefe de Estado.
"Al-Azhar se ha dado cuenta de que no hay forma de seguir funcionando como lo venía haciendo bajo el mandato de Mubarak. Sabe que debe atender su corrupción interna", dijo el analista político Nafaa. "Veo un fuerte deseo de regresar a ser un líder del mundo musulmán sunita", añadió.
(Editado en español por Marion Giraldo)
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