Los musulmanes locales dieron fin en la mezquita a los 30 días de abstinencia. (Walter Moreno)
La comunidad musulmana en nuestra provincia finalizó , en la mezquita local de la Alameda, el tradicional rito islámico de ayuno de 30 días. En un particular clima de oración, hermandad y alegría, culminó ayer el sagrado mes de Ramadán de los musulmanes mendocinos.
La ceremonia se realizó en el Centro Islámico Árabe de Mendoza, en la Alameda, donde está emplazada la mezquita An Nur (La Luz), que ya resulta pequeña para albergar a los fieles que asisten a este tipo de encuentros u otros del culto.
La ceremonia de la víspera también sirvió para que la mayor parte de la comunidad conociera al nuevo imam de los musulmanes locales, sheij Mustafá El Khayat (43), procedente de la República Árabe de Egipto. El ayuno de Ramadán, uno de los cuatro pilares del islamismo, fue prescripto para formar a los musulmanes en la autodisciplina y en la obediencia a los mandatos de Dios o Alá.
A diferencias de otras religiones, que practican la abstinencia, el Islam no la considera una penitencia y los creyentes la reciben y asumen con alegría y anhelan la llegada del Ramadán porque durante este período construyen una nueva alternativa en sus vidas.
En ese lapso, de 30 días, los islámicos de aquí y del resto del mundo observan riguroso ayuno y abstinencia en las relaciones sexuales entre las horas que median desde el amanecer hasta el anochecer, es decir, mientras "la luz del día sea sobre la tierra".
Al finalizar el mes de Ramadán se desarrolla la celebración llamada Id al-fitr, que fue la vivida ayer en la Alameda, ante unas 150 personas, algunas de las cuales, especialmente las mujeres, además de cubrirse el rostro con el velo, se atavían con vestimentas especiales para la ocasión, blancas y verdes. En Mendoza, en el recinto de la mezquita, los asistentes, previamente despojados de sus zapatos antes de entrar, escucharon y pronunciaron rezos y alabanzas en presencia del imam El Khayat.
Finalmente, el líder espiritual de la comunidad brindó un mensaje, traducido por uno de los referentes importantes, Osman Amores, encargado de la difusión islámica. "Agradecemos a Dios -dijo el sheij- por cada creyente, por cada musulmán con quienes compartimos nuestra fe, y por todos aquellos que no comparten nuestras creencias y forma de vida, pero que se asocian a nuestra alegría".
Minutos después y tras el amistoso saludo de "kul am ua antum bijair" (Que todo el año estén en el bien), seguido de un abrazo, los asistentes a la ceremonia compartieron una merienda.
"El ayuno nos iguala"
Oficiando de introductora en las particularidades de la ceremonia, Salime Taha, hija del histórico sheij que tuvo la comunidad, José Taha, sostuvo: "El ayuno nos iguala, nos enseña amor, sinceridad y devoción, y a ocuparnos por el que está en necesidad y atravesando un mal momento".
Como este tipo de reuniones son abiertas, además de los practicantes había personas de otros cultos que se acercaron a saludar, como el pastor de la Iglesia Bautista del Centro, Manuel Olaya, y Laura Cortes, del Movimiento de los Focolares de la Iglesia Católica. También estaba Valentín Amores (81), el padre de Osman, quien a diferencia de su hijo no es musulmán sino católico, pero que mantiene una proverbial relación con quienes profesan el sagrado Corán, en una clara demostración de tolerancia y buenos auspicios.
Durante la reunión en la que se compartieron dulces de la repostería árabe y otros alimentos, se comentó que el Centro Islámico Árabe es una de las primeras instituciones de su tipo en América Latina, con fecha de fundación en 1926.
La comunidad musulmana local está formada por unas 600 familias descendientes de inmigrantes árabes, aunque también hay muchos con ascendencia española e italiana, y hasta un grupo de bolivianos y no pocos senegaleses, que el público reconoce como artesanos y vendedores ambulantes.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La comunidad musulmana en nuestra provincia finalizó , en la mezquita local de la Alameda, el tradicional rito islámico de ayuno de 30 días. En un particular clima de oración, hermandad y alegría, culminó ayer el sagrado mes de Ramadán de los musulmanes mendocinos.
La ceremonia se realizó en el Centro Islámico Árabe de Mendoza, en la Alameda, donde está emplazada la mezquita An Nur (La Luz), que ya resulta pequeña para albergar a los fieles que asisten a este tipo de encuentros u otros del culto.
La ceremonia de la víspera también sirvió para que la mayor parte de la comunidad conociera al nuevo imam de los musulmanes locales, sheij Mustafá El Khayat (43), procedente de la República Árabe de Egipto. El ayuno de Ramadán, uno de los cuatro pilares del islamismo, fue prescripto para formar a los musulmanes en la autodisciplina y en la obediencia a los mandatos de Dios o Alá.
A diferencias de otras religiones, que practican la abstinencia, el Islam no la considera una penitencia y los creyentes la reciben y asumen con alegría y anhelan la llegada del Ramadán porque durante este período construyen una nueva alternativa en sus vidas.
En ese lapso, de 30 días, los islámicos de aquí y del resto del mundo observan riguroso ayuno y abstinencia en las relaciones sexuales entre las horas que median desde el amanecer hasta el anochecer, es decir, mientras "la luz del día sea sobre la tierra".
Al finalizar el mes de Ramadán se desarrolla la celebración llamada Id al-fitr, que fue la vivida ayer en la Alameda, ante unas 150 personas, algunas de las cuales, especialmente las mujeres, además de cubrirse el rostro con el velo, se atavían con vestimentas especiales para la ocasión, blancas y verdes. En Mendoza, en el recinto de la mezquita, los asistentes, previamente despojados de sus zapatos antes de entrar, escucharon y pronunciaron rezos y alabanzas en presencia del imam El Khayat.
Finalmente, el líder espiritual de la comunidad brindó un mensaje, traducido por uno de los referentes importantes, Osman Amores, encargado de la difusión islámica. "Agradecemos a Dios -dijo el sheij- por cada creyente, por cada musulmán con quienes compartimos nuestra fe, y por todos aquellos que no comparten nuestras creencias y forma de vida, pero que se asocian a nuestra alegría".
Minutos después y tras el amistoso saludo de "kul am ua antum bijair" (Que todo el año estén en el bien), seguido de un abrazo, los asistentes a la ceremonia compartieron una merienda.
"El ayuno nos iguala"
Oficiando de introductora en las particularidades de la ceremonia, Salime Taha, hija del histórico sheij que tuvo la comunidad, José Taha, sostuvo: "El ayuno nos iguala, nos enseña amor, sinceridad y devoción, y a ocuparnos por el que está en necesidad y atravesando un mal momento".
Como este tipo de reuniones son abiertas, además de los practicantes había personas de otros cultos que se acercaron a saludar, como el pastor de la Iglesia Bautista del Centro, Manuel Olaya, y Laura Cortes, del Movimiento de los Focolares de la Iglesia Católica. También estaba Valentín Amores (81), el padre de Osman, quien a diferencia de su hijo no es musulmán sino católico, pero que mantiene una proverbial relación con quienes profesan el sagrado Corán, en una clara demostración de tolerancia y buenos auspicios.
Durante la reunión en la que se compartieron dulces de la repostería árabe y otros alimentos, se comentó que el Centro Islámico Árabe es una de las primeras instituciones de su tipo en América Latina, con fecha de fundación en 1926.
La comunidad musulmana local está formada por unas 600 familias descendientes de inmigrantes árabes, aunque también hay muchos con ascendencia española e italiana, y hasta un grupo de bolivianos y no pocos senegaleses, que el público reconoce como artesanos y vendedores ambulantes.
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