• El edil de Derechos Civiles discrepa del proyecto de ley de la Generalitat<--Oración en la mezquita de la calle de Erasme de Janer, en Barcelona. Foto: FERRAN NADEU, EL PERIÓDICO
BARCELONA, 7/1/2008, EL PERIÓDICO.-
El Ayuntamiento de Barcelona lanzó ayer un jarro de agua fría a una de las más anheladas reivindicaciones de la comunidad musulmana local: la construcción de un gran centro de oración, un poco a imagen y semejanza de la mezquita madrileña de la M-30. El concejal de Derechos Civiles, Joaquim Mestre (ICV-EUiA), dijo que el proyecto es inviable porque no existe "una única comunidad musulmana en Barcelona, sino muchas, y de obediencias diferentes", y descartó que el ayuntamiento ceda suelo público para las obras.
Una afirmación que se opone a lo que prevé el proyecto de ley sobre centros de culto aprobado el pasado noviembre por la Generalitat, pendiente ahora de tramitación parlamentaria. "Los lugares de culto de cada confesión es un tema que debe resolver cada confesión", dijo Mestre a la agencia Europa Press.
Especificando que hablaba a título personal, Mestre se mostró en desacuerdo con la ley, promovida por el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira (ERC). "Entendiendo que el suelo público debe tener finalidades públicas y que hay separación entre administraciones e instituciones religiosas, no veo por qué hay que facilitarlo a entidades para hacer cultos", manifestó. Además, recordó, "el suelo público es escaso en Barcelona".
El edil recordó que la comunidad musulmana no es la única afectada, y puso como ejemplo las iglesias evangélicas de tendencia pentecostal que en la última década, en algunos casos de la mano de los inmigrantes latinoamericanos, han arraigado en Catalunya. Y añadió que si la situación con la Iglesia católica es distinta no es solo por una cuestión histórica y de arraigo, "sino porque esta tiene una situación de preferencia por el concordato con el Estado, que fija unas obligaciones mutuas".
DIFERENTES COMUNIDADES
Mestre añadió otra razón a su rechazo, sustentada en estudios que apuntan la existencia de hasta tres grandes comunidades musulmanas en Barcelona --al igual que sucede con las cristianas-- lo que hace difícil construir un gran recinto que dé servicio a todos los fieles.
"Hay una cierta organización por razones de procedencia", declaró, en referencia a la división entre marroquís, paquistanís y subsaharianos. Un trabajo del 2004 de Joan Estruch, catedrático de sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona, incluye a los colectivos de conversos --bastante liberales--, e incide en que hay que tener en cuenta la vieja partición entre sunís y chiís.
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