BARCELONA,19/10/2015,SER Cataluña,AITOR ÁLVAREZ
Fieles rezando en la mezquita de Terrassa / Pablo Tallón
Los rectores de los seminarios catalanes alertan de que muchos jóvenes se sienten más atraídos por la religión musulmana que por la católica
Hace años que la iglesia está preocupada por la falta de vocación que hay en Cataluña. No hay suficiente candidatos a Mosén. Y ahora, los rectores de los seminarios catalanes, que son los centros de formación de los futuros sacerdotes, añaden un problema más: aseguran que la llegada de inmigrantes que tienen la religión musulmana como propia ha influenciado al resto de la sociedad catalana. Alertan que esto puede hacer tambalear los principios democráticos.
El rector del Seminario Conciliar de Barcelona, Josep Maria Turull, asegura que los jóvenes catalanes quedan "boquiabiertos ante algunos hechos religiosos, como el mundo musulmán" y cree que "es sorprendente que sean acogidos con más facilidad, a pesar de las dificultades de compatibilidad con planteamientos democráticos de nuestro país, bien consolidados”.
Según Turull, también hay muchos jóvenes que muestran "indiferencia" ante el hecho religioso e incluso "beligerancia". Ante esto, el rector afirma que construir una iglesia más plural, que dé más protagonismo a las mujeres y elimine el celibato, "no solucionaría el problema de la falta de vocación".
A pesar de este problema reconocido, los religiosos aseguran que en los últimos años se ha notado una ligera recuperación. En parte, esto es gracias a la llegada de seminaristas del extranjero. El rector del seminario Mayor Interdiocesano de Barcelona, Norbert Miracle, considera esta nueva tendencia un hecho generalizado en Cataluña, que no sólo afecta a la iglesia.
Milagro asegura que "salir por Barcelona es ver personas de los cinco continentes, que no son sólo turistas, que han venido a ganarse la vida" y cree que esto se traslada también a la iglesia.
Actualmente hay cerca de un centenar de aspirantes a cura a los tres seminarios catalanes. Cada curso, la nueva promoción no pasa de la veintena, una cifra que se ha estabilizado en la última década. Según Turull, los estudiantes nacidos fuera de Cataluña "no pasan del 10%".
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