Se trata de un tramo que se remonta al siglo X y que delimitaba la medina musulmana.
La muralla que bordea la medina musulmana de Albarracín, en la parte oeste de la localidad, ya es visible. Oculta durante décadas por una densa vegetación que ha intensificado su deterioro, este recinto fortificado del siglo X es poco conocido. De hecho, pocos sabían de su existencia, cuyos restos deformados se atribuían habitualmente a un muro de contención.
Un proyecto desarrollado por la Fundación Santa María de Albarracín y financiado por la Dirección General de Patrimonio, mediante un convenio firmado hace dos años, ha permitido rescatar estas ruinas que presentaban continuos desprendimientos sobre el estrato rocoso en el que se asientan, elevándose por encima del espectacular cañón del río Guadalaviar.
Esta semana han concluido los trabajos de la segunda fase, que incluye un tramo de unos 20 metros de longitud que enlaza la zona de la catedral con el museo de Albarracín. El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, señaló que el lienzo, en el que se han invertido 90.000 euros, era uno de los que presentaba un peor estado de conservación, con continuas caídas de sillares y una maraña de vegetación adherida a las rocas.
La labor realizada hasta ahora, para cuya ejecución se ha precisado instalar un gran andamio colgado sobre el profundo desnivel orientado al río, ha consistido en la consolidación del muro y la reintegración de fragmentos desaparecidos.
Para completar este proyecto, que mejorará el recinto amurallado que delimita la zona más antigua del núcleo urbano de Albarracín, faltaría una tercera fase. A cada una de estas intervenciones se han destinado 90.000 euros.
La actuación en el tercer tramo de muralla, prevista para el próximo año, se presenta, a juicio de Antonio Jiménez, con menos complicación. El gerente señaló que el decrecimiento del desnivel sobre el cañón del Guadalaviar, así como una mayor definición de la muralla, hacen que "los trabajos resulten más fáciles de ejecutar". La intención de la Fundación Santa María, que ejecuta los trabajos a través de su centro de restauración, es comenzar la intervención de la tercera fase en la primavera de 2012. Mientras tanto, durante los meses más fríos del invierno, los operarios de esta entidad dedicarán su tiempo a la consolidación del interior de la catedral de Albarracín.
Antonio Jiménez señaló que para completar la restauración de toda la muralla que delimitaba el viejo núcleo de la ciudad se deberá acometer, asimismo, mejoras en la zona de la Torre Blanca, pero se lamentó de que en este caso no haya siquiera financiación. "Será un proyecto más complejo, porque en ese espacio figuran tramos de muralla de mayores proporciones, pueden sobrepasar los 4 metros de altura, además de estar asentados sobre desniveles muy profundos", explicaba el gerente de la Fundación. Añadió que lo ideal sería mantener una "continuidad en estas acciones", pero la recesión económica que afecta a todas las administraciones puede poner en peligro la prolongación de las obras.
Por otro lado, un total de 70 alumnos han participado a lo largo de este verano en los cursos de conservación y restauración de bienes culturales desarrollados por la Fundación Santa María de Albarracín con la colaboración del Instituto de Patrimonio Cultural de España y el Gobierno de Aragón.
Además de la formación, esta actividad, impartida por siete profesores, ha permitido rescatar un interesante patrimonio, la mayoría procedente del palacio episcopal. Se han impartido siete cursos dirigidos a la restauración de materiales metálicos, encuadernaciones, pintura de caballete, pintura mural, documento gráfico, tejidos y conservación preventiva.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La muralla que bordea la medina musulmana de Albarracín, en la parte oeste de la localidad, ya es visible. Oculta durante décadas por una densa vegetación que ha intensificado su deterioro, este recinto fortificado del siglo X es poco conocido. De hecho, pocos sabían de su existencia, cuyos restos deformados se atribuían habitualmente a un muro de contención.
Un proyecto desarrollado por la Fundación Santa María de Albarracín y financiado por la Dirección General de Patrimonio, mediante un convenio firmado hace dos años, ha permitido rescatar estas ruinas que presentaban continuos desprendimientos sobre el estrato rocoso en el que se asientan, elevándose por encima del espectacular cañón del río Guadalaviar.
Esta semana han concluido los trabajos de la segunda fase, que incluye un tramo de unos 20 metros de longitud que enlaza la zona de la catedral con el museo de Albarracín. El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, señaló que el lienzo, en el que se han invertido 90.000 euros, era uno de los que presentaba un peor estado de conservación, con continuas caídas de sillares y una maraña de vegetación adherida a las rocas.
La labor realizada hasta ahora, para cuya ejecución se ha precisado instalar un gran andamio colgado sobre el profundo desnivel orientado al río, ha consistido en la consolidación del muro y la reintegración de fragmentos desaparecidos.
Para completar este proyecto, que mejorará el recinto amurallado que delimita la zona más antigua del núcleo urbano de Albarracín, faltaría una tercera fase. A cada una de estas intervenciones se han destinado 90.000 euros.
La actuación en el tercer tramo de muralla, prevista para el próximo año, se presenta, a juicio de Antonio Jiménez, con menos complicación. El gerente señaló que el decrecimiento del desnivel sobre el cañón del Guadalaviar, así como una mayor definición de la muralla, hacen que "los trabajos resulten más fáciles de ejecutar". La intención de la Fundación Santa María, que ejecuta los trabajos a través de su centro de restauración, es comenzar la intervención de la tercera fase en la primavera de 2012. Mientras tanto, durante los meses más fríos del invierno, los operarios de esta entidad dedicarán su tiempo a la consolidación del interior de la catedral de Albarracín.
Antonio Jiménez señaló que para completar la restauración de toda la muralla que delimitaba el viejo núcleo de la ciudad se deberá acometer, asimismo, mejoras en la zona de la Torre Blanca, pero se lamentó de que en este caso no haya siquiera financiación. "Será un proyecto más complejo, porque en ese espacio figuran tramos de muralla de mayores proporciones, pueden sobrepasar los 4 metros de altura, además de estar asentados sobre desniveles muy profundos", explicaba el gerente de la Fundación. Añadió que lo ideal sería mantener una "continuidad en estas acciones", pero la recesión económica que afecta a todas las administraciones puede poner en peligro la prolongación de las obras.
Por otro lado, un total de 70 alumnos han participado a lo largo de este verano en los cursos de conservación y restauración de bienes culturales desarrollados por la Fundación Santa María de Albarracín con la colaboración del Instituto de Patrimonio Cultural de España y el Gobierno de Aragón.
Además de la formación, esta actividad, impartida por siete profesores, ha permitido rescatar un interesante patrimonio, la mayoría procedente del palacio episcopal. Se han impartido siete cursos dirigidos a la restauración de materiales metálicos, encuadernaciones, pintura de caballete, pintura mural, documento gráfico, tejidos y conservación preventiva.
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