El informe del Ararteko sobre la mezquita de Zaramaga que desveló ayer EL CORREO y en el que da un tirón de orejas al Gabinete Maroto, ha abierto otro capítulo en esta controvertida historia. Mientras el equipo de gobierno a través de su concejal de Urbanismo, Miguel Garnica, asegura que «nunca» ha tratado de «impedir la libertad de culto» de la comunidad paquistaní y que solo persigue «el consenso», la oposición municipal exigió que cumpla la ley y permita la apertura del templo en Martín Olave.
Las acusaciones de «prevaricación», «trasgresión de principios básicos» o «actuación arbitraria» recayeron sobre el equipo de gobierno. Y es que la ‘sentencia’ de Íñigo Lamarca en la que cuestiona la mediación del alcalde – los poderes públicos «no pueden intervenir, valorar o sustituir la voluntad» del colectivo paquistaní de abrir ese local – no ayuda a acercar posturas. Al contrario, en este tema Maroto sigue enfrentado a PNV, PSE y Bildu.
Garnica respondió ayer al Ararteko, al que en parte da la razón ya que, recalca, el PP «siempre ha defendido» que los promotores de la mezquita cumplen los requisitos legales para sacar adelante el proyecto. Pero discrepa en las valoraciones que Lamarca hace sobre su papel de mediador. El Gobierno local solo persigue, dice, «mejorar la convivencia» y que el templo se abra con el beneplácito de los vecinos, «de los que 2.000 han firmado en contra», recuerda.
Garnica, que pidió «rebajar la tensión» sobre esta polémica, negó ningún intento de «impedir la libertad de culto» de los musulmanes y recordó que Vitoria tiene ocho mezquitas «y nos hemos reunido con todos los imanes para analizar la situación». Insiste en que el colectivo ha aceptado la petición del alcalde de dejar provisionalmente en el aire su proyecto. «Trabajamos por un acuerdo», insistió.
«Informe prescindible»
El presidente de Iparralde, la asociación de vecinos contraria a la mezquita en Martín Olave, se manifestó en iguales términos. «Ambas partes tenemos voluntad de entendernos. Ellos han dicho que no harán nada sin el consentimiento de los vecinos y creo en su palabra», dijo Fernando Cuesta. Fue muy duro con el informe del Ararteko. «Era prescindible, no aporta nada ni ayuda».
La lectura de la oposición es otra. El portavoz del PNV, Gorka Urtaran, cree que Lamarca «constata» que Maroto «ha estado a punto de trasgredir los principios básicos del Estado democrático, social y de derecho». Patxi Lazcoz, del PSE, dijo que «sería inadmisible y totalmente deleznable que el Ayuntamiento actuara al margen del camino que marca la ley». Y Kike Fernández de Pinedo, de Bildu, se centró en los aspectos legales de este proceso en la misma línea que el informe del Ararteko. Si está todo en regla, «no permitir que se iniciasen las obras sería cometer un acto de prevaricación».
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Las acusaciones de «prevaricación», «trasgresión de principios básicos» o «actuación arbitraria» recayeron sobre el equipo de gobierno. Y es que la ‘sentencia’ de Íñigo Lamarca en la que cuestiona la mediación del alcalde – los poderes públicos «no pueden intervenir, valorar o sustituir la voluntad» del colectivo paquistaní de abrir ese local – no ayuda a acercar posturas. Al contrario, en este tema Maroto sigue enfrentado a PNV, PSE y Bildu.
Garnica respondió ayer al Ararteko, al que en parte da la razón ya que, recalca, el PP «siempre ha defendido» que los promotores de la mezquita cumplen los requisitos legales para sacar adelante el proyecto. Pero discrepa en las valoraciones que Lamarca hace sobre su papel de mediador. El Gobierno local solo persigue, dice, «mejorar la convivencia» y que el templo se abra con el beneplácito de los vecinos, «de los que 2.000 han firmado en contra», recuerda.
Garnica, que pidió «rebajar la tensión» sobre esta polémica, negó ningún intento de «impedir la libertad de culto» de los musulmanes y recordó que Vitoria tiene ocho mezquitas «y nos hemos reunido con todos los imanes para analizar la situación». Insiste en que el colectivo ha aceptado la petición del alcalde de dejar provisionalmente en el aire su proyecto. «Trabajamos por un acuerdo», insistió.
«Informe prescindible»
El presidente de Iparralde, la asociación de vecinos contraria a la mezquita en Martín Olave, se manifestó en iguales términos. «Ambas partes tenemos voluntad de entendernos. Ellos han dicho que no harán nada sin el consentimiento de los vecinos y creo en su palabra», dijo Fernando Cuesta. Fue muy duro con el informe del Ararteko. «Era prescindible, no aporta nada ni ayuda».
La lectura de la oposición es otra. El portavoz del PNV, Gorka Urtaran, cree que Lamarca «constata» que Maroto «ha estado a punto de trasgredir los principios básicos del Estado democrático, social y de derecho». Patxi Lazcoz, del PSE, dijo que «sería inadmisible y totalmente deleznable que el Ayuntamiento actuara al margen del camino que marca la ley». Y Kike Fernández de Pinedo, de Bildu, se centró en los aspectos legales de este proceso en la misma línea que el informe del Ararteko. Si está todo en regla, «no permitir que se iniciasen las obras sería cometer un acto de prevaricación».
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