El ministro de Inmigración Eric Besson ha dicho que la enmienda es prácticamente simbólica, ya que busca motivar el orgullo de ser francés, al igual que otras iniciativas de Sarkozy, que se ha concentrado en temas que afectan a los ciudadanos de origen inmigrante, sea la lucha contra el crimen o su campaña de reforzar la identidad nacional.
El Parlamento francés aprobó el jueves una enmienda a la ley de inmigración que permitiría revocar la ciudadanía a un inmigrante si es declarado culpable de asesinar a un policía, una medida que los críticos dicen crearía una categoría inferior de ciudadanos.
Con más de la mitad de los legisladores ausentes, la enmienda impulsada por el gobierno conservador de Nicolas Sarkozy recibió 75 votos a favor, 57 en contra y una abstención. La iniciativa permitiría quitar la ciudadanía a los habitantes naturalizados hace menos de diez años si son declarados culpables de asesinar a funcionarios públicos, destacó AP.
Sarkozy, que propuso la idea en un discurso en julio, considera que la nacionalidad francesa "debería ser ganada". Sin embargo, los legisladores de la oposición de izquierda lo acusan de querer ganarse los favores del ultraderechista Frente Nacional para reforzar sus débiles cifras en las encuestas antes de las elecciones presidenciales del 2012.
Los legisladores comenzaron el martes a debatir varias enmiendas del gobierno a un proyecto que endurece la ley migratoria. Gran parte de las iniciativas buscan convertir en ley las reglas acordadas en un pacto de la Unión Europea, pero las enmiendas son exclusivas de Francia.
La ley completa será votada el 12 de octubre antes de pasar al Senado. Sin embargo, es probable que sus críticos lleven el caso al Consejo Constitucional.
Los legisladores de izquierda dijeron que la enmienda es anticonstitucional y traiciona el espíritu de Francia.
"Esta medida es políticamente inaceptable en la tierra de los derechos humanos, en nuestra república que apoya la igualdad como un valor esencial", dijo el legislador Jean-Pierre Dufau, que dijo que la iniciativa era una medida "cínica" que busca "atraer votantes del Frente Nacional".
Otra socialista, Daniele Hoffman-Rispal, dijo que la medida sería un estigma para todos los ciudadanos nacidos en el extranjero y que está equivocada porque los crímenes violentos, por más graves que sean, no amenazan los intereses vitales del estado.
Hasta ahora, un ciudadano puede perder su nacionalidad por traición o terrorismo.
El ministro de Inmigración Eric Besson ha dicho que la enmienda es prácticamente simbólica, ya que busca motivar el orgullo de ser francés, al igual que otras iniciativas de Sarkozy, que se ha concentrado en temas que afectan a los ciudadanos de origen inmigrante, sea la lucha contra el crimen o su campaña de reforzar la identidad nacional.
Esta última fue interpretada como una medida para estigmatizar a los jóvenes franceses de segunda y tercera generación, que en gran parte son musulmanes.
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