India,27/12/2019,france24.com,Con EFE y Reuters/Álvaro Cordero
Los manifestantes llevan pancartas y banderas durante una protesta contra la nueva Ley de Ciudadanía, en Aurangabad, en el estado occidental de Maharashtra, India, el 27 de diciembre de 2019. Stringer via Reuters
Los opositores llevan manifestándose más de dos semanas contra la polémica Ley de Ciudadanía impulsada por el Gobierno que permite a los residentes de Pakistán, Bangladesh y Afganistán obtener la nacionalidad siempre y cuando no sean musulmanes.
Las protestas en India continúan a pesar de las constantes restricciones del Gobierno en materia de derecho de reunión y conexión a Internet. La polémica Ley de Ciudadanía impulsada por el Gobierno de Modi es la causa de todo. Esta ley pretende dar la nacionalidad india a todas aquellas personas nacidas en Pakistán, Bangladesh o Afganistán, siempre y cuando no sean musulmanas.
Las protestas se repitieron una jornada más en diferentes puntos del país, en especial en las principales ciudades y regiones fronterizas. En la capital, miles de personas se dirigieron hacia la residencia del primer ministro indio, Narendra Modi, pero fueron frenadas por las autoridades antes de que se pudieran acercar.
Y es que el refuerzo policial ha aumentado en las últimas jornadas exponencialmente en algunos lugares, llegando a cuadruplicar las cifras de la semana pasada. Uno de los sitios más afectados por las protestas es la región norteña de Uttar Pradesh. Una región de 200 millones de habitantes donde el 20% de la población es musulmana.
Allí, un grupo de estudiantes de la universidad de mayoría musulmana, Jamia Millia Islamia, de la capital, donde un polémico desalojo hace dos semanas redobló las protestas, marchó hacia la fuertemente protegida delegación del Gobierno de Delhi en el estado de Uttar Pradesh.
Los estudiantes se manifestaron contra la actuación policial en ese estado, donde se registraron la mayoría de las, al menos 25, muertes registradas en todo el país desde que comenzó esta contestación social. Las restricciones en el estado han sido fuertes, llegándose a prohibir las reuniones numerosas de personas y el acceso a Internet en gran parte de la región.
Las protestas contra la enmienda legal se sucedieron también en otras ciudades de la India como Bangalore (sur), Calcuta (este), Hyderabad (centro) y Bombay (oeste). En esta última ciudad, seguidores del gobernante partido Bharatiya Janata (BJP) también realizaron una manifestación a favor de la polémica ley.
Los partidarios del gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP) de la India portan banderas nacionales de la India durante una manifestación en apoyo de una nueva ley de ciudadanía, en Mumbai, India, el 27 de diciembre de 2019. Prashant Waydande / Reuters
Las restricciones empiezan a causar los primeros problemas económicos
Los cortes de Internet están generando un auténtico agujero en las cuentas de los principales operadores de India. Desde que comenzaron las manifestaciones, hace dos semanas, se estima que han perdido 350.000 dólares cada hora.
Los indios consumen un promedio de casi 10 gigabytes de datos por mes en sus celulares, el más alto del mundo, según el fabricante sueco de equipos de telecomunicaciones Ericsson. El país es el mercado más grande para los usuarios de las empresas de redes sociales Facebook y WhatsApp.
Este cierre sin precedentes de estos servicios ahonda en la profunda crisis de las compañías indias y hace saltar las alarmas sobre los derechos de la que se supone es la mayor democracia del mundo.
Los manifestantes sostienen pancartas durante una protesta contra una nueva ley de ciudadanía en Mumbai, India, 27 de diciembre de 2019 Francis Mascarenhas / Reuters
Expulsión de extranjeros
Además de las restricciones impuestas a los locales, las autoridades indias han expulsado, hasta el momento, a dos ciudadanos extranjeros por sumarse a las manifestaciones. El último caso se produjo este mismo viernes, cuando una turista noruega que participó en manifestaciones y publicó fotografías de ellas, afirmó que fue obligada a abandonar el país.
La mujer, que se encontraba haciendo turismo, publicó en Facebook, el pasado 23 de diciembre, varias fotografías de las protestas en el sur del país y en una de ellas aparece portando una pancarta, junto a un texto apoyando a las marchas.
El lunes, abandonó el país el estudiante alemán de posgrado, de intercambio en el Instituto Indio de Tecnología de Chennai, Jakob Lindenthal, que también participó en las protestas contra la ley de ciudadanía.
Lindenthal relató en una entrevista al diario The Indian Express que los funcionarios de Inmigración le interrogaron sobre su participación en las protestas y le exhortaron a salir del país, sin notificárselo por escrito.
La enmienda legal fue aprobada por las dos cámaras del Parlamento indio hace dos semanas y, desde entonces, la contestación social ha mantenido su pulso al Ejecutivo de Modi con numerosas manifestaciones que, especialmente la semana pasada, tuvieron un carácter violento que dejó numerosos destrozos y más de una veintena de fallecidos, la mayoría en Uttar Pradesh.
En concreto, la norma busca regularizar a los inmigrantes ilegales con origen afgano, paquistaní y bangladesí llegados a la India antes del 31 de diciembre de 2014 y pertenecientes a las religiones hindú, sij, budista, jain, parsi y cristiana.
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