Los trabajadores del campo tienen que modificar sus horarios para poder conciliar su actividad laboral
ALMERÍA,8 octubre 2007, ideal.es,E. S. /J. E. R. /A. L. O.
<-- Las oraciones se repiten cinco veces al día. IDEAL
La comunidad islámica de la provincia se acerca en estos días al final de lo que es una de las celebraciones más importantes de su religión: el Ramadán. Alrededor de 14.000 musulmanes realizan un ayuno diario para cumplir con sus prescripciones religiosas en El Ejido mientras que la cifra supera las 90.000 personas en toda la provincia y no será hasta el 12 o el 13 de octubre -depende de la luna- cuando finalice. El Ramadán es el ayuno y abstinencia total de comida, bebida y relaciones sexuales desde que sale hasta que se oculta el sol. La práctica de este ayuno es, según el Islam, un deber del musulmán adulto, sano y que no se encuentre de viaje, bien sea hombre o mujer. Pero a la hora de hablar de ella se tiene en cuenta que debe estar fuera del periodo de la menstruación para poder practicar el ayuno.
Estos son las principales requisitos para llevarlo a cabo durante un mes. Por lo demás, el ritmo de vida debe de mantenerse como en el resto del año aunque no siempre sea posible. En ese sentido, destaca la importancia en la agricultura intensiva de los trabajadores musulmanes y merece la pena echar un vistazo a como se compatibiliza el trabajo y los preceptos religiosos.
«El 80 por ciento de los trabajadores del campo son de origen marroquí y casi el cien por cien son musulmanes practicantes así que a veces el Ramadán se puede incurrir en un mayor cansancio en las tareas agrícolas», destaca María Vázquez, delegada de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de España (ATIME) en Almería.
En ese sentido, Vázquez apunta la necesidad de que se recoja en el convenio de los trabajadores del campo la jornada continua para el periodo del ayuno. «Sería conveniente que los agricultores ofrecieran una jornada continua, por ejemplo de 8 de la mañana a cuatro de la tarde, y que si fuera demasiado se redujera en una o dos horas que fueran recuperables tras el Ramadán». Esa concesión a los trabajadores, prosiguió, es deber de «las patronales agrarias que deberían de ponerse las pilas en este asunto y recoger esta jornada continúa en los convenios».
No obstante, cabe señalar que en el convenio del campo que se acaba de firmar y con vigencia para los tres próximos años, se hace alusión al periodo de Ramadán. Aunque no se dedica una norma determinada, sí aborda el tema para terminar otorgando libertad a las partes implicadas, es decir, propietarios de explotaciones agrarias y trabajadores.
En estos momentos, la única obligación a la que están sometidos los empresarios es a dar dos días libres a los musulmanes por respeto a sus tradiciones: Uno es el día que concluye el Ramadán y el otro, la conocida como 'Fiesta del Cordero'. Eso sí, ambas jornadas de descanso no cuentan con remuneración.
Para el responsable del departamento de Migraciones de COAG, Juan Rull, el convenio actual no es malo al tener en cuenta que «recoge la posibilidad de que el empleado realice una jornada continuada, así como reducir su duración en seis horas y que el resto sean recuperables cuando finalice el Ramadán o establecer un salario proporcional al tiempo trabajado». Pero la verdad es que al quedar establecido todo mediante el mutuo acuerdo entre las partes, las condiciones laborales en estos días dependen de la negociación que lleve a cabo el trabajador y de la voluntad del empresario.
Asaja-Almería, a través de su presidente, Francisco Vargas, sostiene que «el agricultor está muy concienciado, y facilita la práctica a sus trabajadores». Una de las opciones más aceptadas por los productores es comenzar la jornada justo después de la última comida -antes del amanecer- y acortarla en siete horas. Vargas señala que la decisión responde a que «si los empleados se exponen a altas temperaturas, al no poder beber agua, es imposible afrontar las tareas».
Otra de las soluciones que se aportan es que los interesados se tomen en este periodo las vacaciones aunque esta opción es preferida por un menor número de musulmanes. Pocos también son los que deciden ausentarse del puesto de trabajo durante el periodo del Ramadán.
La mayor parte de los que optan por no trabajar, aseguran desde las agrupaciones agrarias, suelen avisar con antelación para que el agricultor pueda organizar la labor, aunque siempre está presente una minoría que se marcha sin avisar o explica que va a faltar un periodo determinado que después se alarga y dificulta la coordinación en los invernaderos.
Para evitar estos inconvenientes, algunos agricultores configuran la plantilla previamente teniendo en cuenta estas fechas. De esta manera, suelen contratar empleados de distintos países y diferentes creencias religiosas para poder hacer frente sin problemas a los días de Ramadán.
Buenas fechas
Lo que está claro es que este año, al coincidir el ayuno obligatorio durante el mes de septiembre, no está ocasionando especiales incidencias al tratarse de un periodo en el que la actividad es más relajada. Las patronales consultadas por IDEAL aseguraron que «este año el Ramadán se celebra en las mejores fechas teniendo en cuenta el volumen de trabajo del inicio de campaña». Por otra parte, como peores momentos para la labor en los invernaderos, señalaron que «son los meses de febrero y el periodo que transcurre desde abril a junio, donde las tareas se acumulan y las temperaturas aumentan».
Para los trabajadores de las cooperativas también es positiva la fecha, ya que en el sector del manipulado que el Ramadán coincidiera con los meses de diciembre y enero sería un auténtico contratiempo -se intensifica la actividad-. Desde las empresas de manipulado se mantiene que se adaptan a las necesidades de sus empleados musulmanes al adoptar medidas como el establecimiento de la media jornada. Está claro, opinan los empresarios, que el cambio en los hábitos alimenticios y en el descanso que tienen que afrontar merma en ocasiones su rendimiento, por lo que se hace necesario estas modificaciones. Aunque hay quien opina que durante este periodo está más fuertes ya que se está limpiando el cuerpo y el alma con esta práctica religiosa.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
ALMERÍA,8 octubre 2007, ideal.es,E. S. /J. E. R. /A. L. O.
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La comunidad islámica de la provincia se acerca en estos días al final de lo que es una de las celebraciones más importantes de su religión: el Ramadán. Alrededor de 14.000 musulmanes realizan un ayuno diario para cumplir con sus prescripciones religiosas en El Ejido mientras que la cifra supera las 90.000 personas en toda la provincia y no será hasta el 12 o el 13 de octubre -depende de la luna- cuando finalice. El Ramadán es el ayuno y abstinencia total de comida, bebida y relaciones sexuales desde que sale hasta que se oculta el sol. La práctica de este ayuno es, según el Islam, un deber del musulmán adulto, sano y que no se encuentre de viaje, bien sea hombre o mujer. Pero a la hora de hablar de ella se tiene en cuenta que debe estar fuera del periodo de la menstruación para poder practicar el ayuno.
Estos son las principales requisitos para llevarlo a cabo durante un mes. Por lo demás, el ritmo de vida debe de mantenerse como en el resto del año aunque no siempre sea posible. En ese sentido, destaca la importancia en la agricultura intensiva de los trabajadores musulmanes y merece la pena echar un vistazo a como se compatibiliza el trabajo y los preceptos religiosos.
«El 80 por ciento de los trabajadores del campo son de origen marroquí y casi el cien por cien son musulmanes practicantes así que a veces el Ramadán se puede incurrir en un mayor cansancio en las tareas agrícolas», destaca María Vázquez, delegada de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de España (ATIME) en Almería.
En ese sentido, Vázquez apunta la necesidad de que se recoja en el convenio de los trabajadores del campo la jornada continua para el periodo del ayuno. «Sería conveniente que los agricultores ofrecieran una jornada continua, por ejemplo de 8 de la mañana a cuatro de la tarde, y que si fuera demasiado se redujera en una o dos horas que fueran recuperables tras el Ramadán». Esa concesión a los trabajadores, prosiguió, es deber de «las patronales agrarias que deberían de ponerse las pilas en este asunto y recoger esta jornada continúa en los convenios».
No obstante, cabe señalar que en el convenio del campo que se acaba de firmar y con vigencia para los tres próximos años, se hace alusión al periodo de Ramadán. Aunque no se dedica una norma determinada, sí aborda el tema para terminar otorgando libertad a las partes implicadas, es decir, propietarios de explotaciones agrarias y trabajadores.
En estos momentos, la única obligación a la que están sometidos los empresarios es a dar dos días libres a los musulmanes por respeto a sus tradiciones: Uno es el día que concluye el Ramadán y el otro, la conocida como 'Fiesta del Cordero'. Eso sí, ambas jornadas de descanso no cuentan con remuneración.
Para el responsable del departamento de Migraciones de COAG, Juan Rull, el convenio actual no es malo al tener en cuenta que «recoge la posibilidad de que el empleado realice una jornada continuada, así como reducir su duración en seis horas y que el resto sean recuperables cuando finalice el Ramadán o establecer un salario proporcional al tiempo trabajado». Pero la verdad es que al quedar establecido todo mediante el mutuo acuerdo entre las partes, las condiciones laborales en estos días dependen de la negociación que lleve a cabo el trabajador y de la voluntad del empresario.
Asaja-Almería, a través de su presidente, Francisco Vargas, sostiene que «el agricultor está muy concienciado, y facilita la práctica a sus trabajadores». Una de las opciones más aceptadas por los productores es comenzar la jornada justo después de la última comida -antes del amanecer- y acortarla en siete horas. Vargas señala que la decisión responde a que «si los empleados se exponen a altas temperaturas, al no poder beber agua, es imposible afrontar las tareas».
Otra de las soluciones que se aportan es que los interesados se tomen en este periodo las vacaciones aunque esta opción es preferida por un menor número de musulmanes. Pocos también son los que deciden ausentarse del puesto de trabajo durante el periodo del Ramadán.
La mayor parte de los que optan por no trabajar, aseguran desde las agrupaciones agrarias, suelen avisar con antelación para que el agricultor pueda organizar la labor, aunque siempre está presente una minoría que se marcha sin avisar o explica que va a faltar un periodo determinado que después se alarga y dificulta la coordinación en los invernaderos.
Para evitar estos inconvenientes, algunos agricultores configuran la plantilla previamente teniendo en cuenta estas fechas. De esta manera, suelen contratar empleados de distintos países y diferentes creencias religiosas para poder hacer frente sin problemas a los días de Ramadán.
Buenas fechas
Lo que está claro es que este año, al coincidir el ayuno obligatorio durante el mes de septiembre, no está ocasionando especiales incidencias al tratarse de un periodo en el que la actividad es más relajada. Las patronales consultadas por IDEAL aseguraron que «este año el Ramadán se celebra en las mejores fechas teniendo en cuenta el volumen de trabajo del inicio de campaña». Por otra parte, como peores momentos para la labor en los invernaderos, señalaron que «son los meses de febrero y el periodo que transcurre desde abril a junio, donde las tareas se acumulan y las temperaturas aumentan».
Para los trabajadores de las cooperativas también es positiva la fecha, ya que en el sector del manipulado que el Ramadán coincidiera con los meses de diciembre y enero sería un auténtico contratiempo -se intensifica la actividad-. Desde las empresas de manipulado se mantiene que se adaptan a las necesidades de sus empleados musulmanes al adoptar medidas como el establecimiento de la media jornada. Está claro, opinan los empresarios, que el cambio en los hábitos alimenticios y en el descanso que tienen que afrontar merma en ocasiones su rendimiento, por lo que se hace necesario estas modificaciones. Aunque hay quien opina que durante este periodo está más fuertes ya que se está limpiando el cuerpo y el alma con esta práctica religiosa.
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