ALMERÍA,08.10.07 – ideal.es,E. S. /A. L. O.
En Almería y el Ejido, dos núcleos importantes en los que se asiente la comunidad musulmana, se cuenta en estos momentos con tres mezquitas. En la capital, está en un local en el parque Nicolás Salmerón mientras que en El Ejido la primera de ellas, la Mezquita Essunna, está ubicada en el barrio de la Loma de la Mezquita en una vía perpendicular a la misma-calle San Bernardo- y la segunda se levanta en el núcleo ejidense de Las Norias. Sin duda, la agricultura es el sector económico en el que trabajan la mayoría de los marroquíes.
Pero hay otros donde también se está produciendo una presencia cada vez mayor como es el sector alimenticio. El autoempleo está siendo para muchos inmigrantes de origen marroquí una salida a la carencia de trabajo y una fuente de ingresos casi segura. Es el caso de Mohamed. De origen marroquí, Mohamed vive en el municipio ejidense desde hace diez años y hace tres que montó su propio negocio en el barrio de la Loma de la Mezquita.
La carnicería
En estos días, la carnicería de Mohamed se llena de musulmanes -principalmente mujeres- que acuden para comprar y llenar sus neveras antes de preparar el 'banquete' que celebran cada noche a partir de la puesta de sol. «Son días de trabajo porque los vecinos piden bastante género ya que la cena se puede alargar mucho tiempo durante la noche», explicó el empresario. La celebración del Ramadán es, además, para muchos musulmanes un mes en el que aprovechan para aunar más la familia.
Mohamed cumple con el Ramadán y exige a sus dos hijos que lo hagan. «De momento son pequeños y no tienen la obligación de cumplirlo, pero así poco a poco se les va inculcando el ayuno aunque no lo cumplan del todo», añadió.
A este empresario también le cuesta trabajar durante el Ramadán ya que durante la jornada «estar rodeado de carne hace más complicado hacerle frente al vacío del estómago», puntualizó Mohamed. Aún así este marroquí matizó que «es muy gratificante llegar hasta el final del Ramadán».
Dentro de los momentos más importantes en todo el mes del ayuno, y que ya se encuentra más que cerca, es la oración del fin del Ramadán. El parque municipal de los aledaños del pabellón de deportes de El Ejido y, probablemente, el parque de las Almadrabillas, se convertirán ese día en algunos de los puntos de encuentro de la provincia de los musulmanes que desde el pasado 13 de septiembre hasta el 12 de octubre han cumplido con sus preceptos religiosos. Conocida como 'Eid al Firt' o celebración del final del ayuno marcado por el Ramadán es entonces una de las fiestas más seguidas dentro del Islam.
El año pasado, en la capital se adaptó una parte del recinto para que las mujeres participaran en el rezo y los imanes abogaron por el respeto y la convivencia entre culturas y religiones. La alegría reina en los musulmanes durante una jornada en la que aprovechan para visitar a familiares y amigos, con los que se toma el té y se prueban dulces tradicionales, y recuerdan que el Ramadán es más que el ayuno y pasa por recordar que no se puede hablar mal de nadie ni desear el mal a ninguna persona.
Una vez que acaba ese día y transcurren setenta días, la comunidad musulmana procede a celebrar otra de sus fiestas más importantes: La fiesta del sacrificio del cordero.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
En Almería y el Ejido, dos núcleos importantes en los que se asiente la comunidad musulmana, se cuenta en estos momentos con tres mezquitas. En la capital, está en un local en el parque Nicolás Salmerón mientras que en El Ejido la primera de ellas, la Mezquita Essunna, está ubicada en el barrio de la Loma de la Mezquita en una vía perpendicular a la misma-calle San Bernardo- y la segunda se levanta en el núcleo ejidense de Las Norias. Sin duda, la agricultura es el sector económico en el que trabajan la mayoría de los marroquíes.
Pero hay otros donde también se está produciendo una presencia cada vez mayor como es el sector alimenticio. El autoempleo está siendo para muchos inmigrantes de origen marroquí una salida a la carencia de trabajo y una fuente de ingresos casi segura. Es el caso de Mohamed. De origen marroquí, Mohamed vive en el municipio ejidense desde hace diez años y hace tres que montó su propio negocio en el barrio de la Loma de la Mezquita.
La carnicería
En estos días, la carnicería de Mohamed se llena de musulmanes -principalmente mujeres- que acuden para comprar y llenar sus neveras antes de preparar el 'banquete' que celebran cada noche a partir de la puesta de sol. «Son días de trabajo porque los vecinos piden bastante género ya que la cena se puede alargar mucho tiempo durante la noche», explicó el empresario. La celebración del Ramadán es, además, para muchos musulmanes un mes en el que aprovechan para aunar más la familia.
Mohamed cumple con el Ramadán y exige a sus dos hijos que lo hagan. «De momento son pequeños y no tienen la obligación de cumplirlo, pero así poco a poco se les va inculcando el ayuno aunque no lo cumplan del todo», añadió.
A este empresario también le cuesta trabajar durante el Ramadán ya que durante la jornada «estar rodeado de carne hace más complicado hacerle frente al vacío del estómago», puntualizó Mohamed. Aún así este marroquí matizó que «es muy gratificante llegar hasta el final del Ramadán».
Dentro de los momentos más importantes en todo el mes del ayuno, y que ya se encuentra más que cerca, es la oración del fin del Ramadán. El parque municipal de los aledaños del pabellón de deportes de El Ejido y, probablemente, el parque de las Almadrabillas, se convertirán ese día en algunos de los puntos de encuentro de la provincia de los musulmanes que desde el pasado 13 de septiembre hasta el 12 de octubre han cumplido con sus preceptos religiosos. Conocida como 'Eid al Firt' o celebración del final del ayuno marcado por el Ramadán es entonces una de las fiestas más seguidas dentro del Islam.
El año pasado, en la capital se adaptó una parte del recinto para que las mujeres participaran en el rezo y los imanes abogaron por el respeto y la convivencia entre culturas y religiones. La alegría reina en los musulmanes durante una jornada en la que aprovechan para visitar a familiares y amigos, con los que se toma el té y se prueban dulces tradicionales, y recuerdan que el Ramadán es más que el ayuno y pasa por recordar que no se puede hablar mal de nadie ni desear el mal a ninguna persona.
Una vez que acaba ese día y transcurren setenta días, la comunidad musulmana procede a celebrar otra de sus fiestas más importantes: La fiesta del sacrificio del cordero.
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