Shanghái,(China),15/08/2018,EFE
Un grupo de musulmanes de la etnia hui logró evitar la demolición de su mezquita en el municipio de Weizhou (Ningxia, noroeste de China), tras varios días de protestas pacíficas en las que acordaron con las autoridades que no se altere su apariencia sin la aprobación de la comunidad.
El diario independiente South China Morning Post publicó hoy que la protesta arrancó la semana pasada después de que el Gobierno les diera un ultimátum para demoler el edificio y los vecinos acudieran en masa a protegerlo.
El gobierno de Weizhou originalmente había exigido que la mezquita, que se completó el año pasado para reemplazar un centro más viejo, fuera derribada antes del viernes, diciendo que no se le habían otorgado los permisos necesarios de planificación y construcción.
Tras unos días de tensión, "todo está tranquilo ahora" en el municipio, dijo un residente que presenció la protesta, quien explicó que el jefe del partido del condado les ha dicho a todos "que la mezquita debe ser renovada, no demolida, y que la reconstrucción solo tendrá lugar después de que todos estén de acuerdo".
El Gobierno había propuesto anteriormente suavizar el "estilo árabe" de la mezquita mediante la eliminación de ocho de sus nueve cúpulas, una idea rechazada por la comunidad.
En China se calcula que hay unos 23 millones de musulmanes, aproximadamente un 1,7 % de la población, entre ellos minorías étnicas como los hui (repartidos en todo el país) u otras ligadas a los pueblos de Asia Central tales como uigures, kazajos, uzbecos, kirguises o tayikos.
Aunque asegura abogar por la libertad religiosa, el Gobierno de Pekín ha centrado sus esfuerzos en los últimos años en hacer que los grupos religiosos se alineen con la cultura china y la autoridad absoluta del Partido Comunista de China (PCCh).
Hasta ahora, según aseguran los habitantes de Ningxia (la única provincia con mayoría islámica del país), se les había dejado practicar su fe en paz pero, a medida que el Gobierno profundiza su represión contra otras minorías como los uigures de Xinjiang, los hui también están siendo atacados.
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