El sociólogo Alejandro Portes. ANTONIO HEREDIA
En EEUU sólo uno de cada diez, según un estudio de Alejandro Portes, catedrático de sociología en las universidades de Princeton y Miami.
España es un país sin una política de integración de inmigrantes.
Y ¡sorpresa!: es precisamente por eso por lo que el grado de integración de los inmigrantes es muy alto. Hasta el punto de que el 81% de los hijos de inmigrantes nacidos el país saca pecho y dice sentirse español y sólo el 5% afirma haber sido víctima de discriminación en los últimos tres años.Lo dice, con datos en la mano, toda una eminencia en la materia: Alejandro Portes, catedrático de sociología en las universidades de Princeton y Miami y uno de los mayores especialistas mundiales en sociología de la inmigración.
Portes se dedica a estudiar desde hace diez años la situación de los inmigrantes de segunda generación en España, para lo cual ha entrevistado en Madrid y en Barcelona a unas 7.000 personas nacidas en España de padres extranjeros o que llegaron al país a una edad temprana (antes de los 12 años).
Los ha entrevistado además a lo largo de varios años (2006, 2010 y 2012), para observar su evolución en el tiempo. Para finalizar, ha comparado esos datos con los de otro estudio similar realizado en Estados Unidos, un país con un 13% de inmigrantes frente al 16% de España. Y la conclusión a la que ha llegado es rotunda: España es un país donde los inmigrantes se integran muy bien. Desde luego, mucho mejor que en los United States of America.
La prueba más contundente se encuentra en el número de hijos de inmigrantes que dicen sentirse españoles. El porcentaje de inmigrantes de segunda generación que se ven a sí mismos como españoles es del 49%. Y la cifra se dispara nada menos que al 81% entre los chavales nacidos en España de padres extranjeros, dejando fuera a los que llegaron al país siendo niños.
En Estados Unidos, sin embargo, la proporción de hijos de inmigrantes que se consideran a sí mismos como americanos es sólo del 13,5%. Y un dato más a favor de España: mientras los inmigrantes de segunda generación en Estados Unidos que sienten autoidentificación nacional aún se reduce más a medida que estos crecen, en España sin embargo aumenta.Otra evidencia clamorosa se obtiene cuando se pregunta a los adolescentes inmigrantes de segunda generación si se han sentido discriminados en los últimos tres años. En España sólo el 5% asegura haberlo sido, frente a un 95% que dice que nunca o casi nunca ha pasado por ello.
Un panorama radicalmente distinto al de Estados Unidos, donde el 62% asegura haber sido víctima de discriminación, una cifra diez veces superior a la de España. Portas lo tiene claro: "En España nunca ha habido un modelo de inmigración, no ha habido intentos de forzar a los inmigrantes a adoptar la cultura del país, se les ha dejado a su aire. Y el resultado es que ha tenido mucho más éxito a la hora de integrar a los inmigrantes que aquellos países que han tratado de imponer la integración desde las altas esferas del Estado", aseguraba esta mañana en la Fundación BBVA.
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