Alejandro Portes Profesor de Princeton y de la Universidad de Miami
El experto cree que el modelo de integración de España, similar al 'melting pot' de Estados Unidos, está funcionando
Alejandro Portes, catedrático de Sociología de las universidades norteamericanas de Princeton y Miami y uno de los mayores expertos mundiales en inmigración, ha encontrado en España un buen laboratorio para ahondar en sus teorías sobre la integración. Portes publicó en 2001 'Legacies', una profunda investigación sobre la segunda generación de inmigrantes en Estados Unidos, y tres lustros después ha visto la luz 'Spanish Legacies', sobre el mismo asunto, pero en España. «La principal conclusión es que el proceso de integración en España ha sido más suave y eficaz», sostiene Portes, que no duda a la hora de elegir entre los dos modelos clásicos en que las sociedades afrontan la inmigración. Para él, el 'melting pot' anglosajón, el 'dejar hacer', funciona mucho mejor que el modelo republicano francés, de asimiliación y que, a su juicio, ha creado una gran 'etnicidad reactiva', otro concepto básico en su obra. El profesor Portes, nacido en La Habana en 1944, ha inaugurado en Madrid el XII Congreso Español de Sociología, organizado por la Fundación Española de Sociología con la colaboración de la Fundación BBVA.
¿Por qué no aparece en España un partido contra la inmigración?
Quizá los españoles no tengan un sentido de superioridad frente a los extranjeros porque la suya es una sociedad abierta y antes fue un país de emigración. Aun así, los políticos de centro y de izquierda deberían hacer más para tratar de convencer a la gente de que la inmigración es positiva. Es difícil, Obama lo intentó y no lo ha conseguido. Pero en España habría que utilizar otros argumentos: el país pierde población por los cuatro costados, la fecundidad no reemplaza la mortalidad y además, hay emigración de jóvenes en busca de oportunidades. La inmigración es básica para España y eso deberían decirlo estos partidos en vez de callarse, porque quien calla otorga.
Según el cupo aprobado por la Unión Europea, España debe recibir 16.000 refugiados...
No va a pasar nada, ni siquiera se sabe si vendrán o se quedarán, ni querían venir aquí. Los precedentes dicen que los inmigrantes van donde quieren, no donde los asignan. Estados Unidos distribuyó por todo el país a vietnamitas y camboyanos y a los cuatro años estaban todos en California. El caso de España no es preocupante. Sí lo es el de Alemania, donde pueden darse tres opciones: si la situación se arregla en Siria, los refugiados pueden volver a Siria; pueden integrarse en Alemania; o el peor supuesto, si se quedan y se ven discriminados, puede darse un proceso de etnicidad reactiva y radicalizarse.
Lo que ha ocurrido en Francia...
En ese caso, hay un proceso de integración descendente. Los miembros de la segunda generación abandonan la escuela, se van a trabajitos y perciben una autoimagen de sí mismos como ciudadanos de segunda categoría. Ese es un caldo de cultivo muy fácil para que los imanes radicalizados les den una explicación coherente de su vida. En Francia ha habido mucha etnicidad reactiva, en parte a causa del proceso francés de integración, que contrariamente al español, ha sido demasiado duro y no tolera la idea de que existan etnias separadas de lo francés. El modelo republicano asume que todas las personas que nacieron en Francia son iguales, pero no lo son. Hay grandes diferencias y el modelo no ha respondido a las necesidades de esa población. La única relación que muchos de esos jóvenes tienen con el Estado es la Policía, que se comporta como un verdadero ejército de ocupación. Y se radicalizan.
¿Por qué prefiere usted el 'melting pot' antes que la asimilación?
El modelo americano, dejar hacer, es bueno. El mejor es el de España, no hacer nada. Las escuelas tratan de incorporar a los jóvenes, la gente va buscando su nivel y la sociedad los acepta porque, al contrario que Francia, la sociedad española está fragmentada, por las autonomías, no es un país unitario y no existe un sentido tan exaltado de la nacionalidad. Y eso ayuda a la integración. España es un ejemplo de integración y la diferencia entre España y Estados Unidos es que aquí el elemento común es la sociabilidad, mientras que allí son las oportunidades económicas. Podemos decir que hasta ahora la inmigración ha sido un 'no problema' para España. ¿Qué pasará dentro de diez años? Pues que el problema más serio de España con la inmigración es que no hay inmigración suficiente. España necesita población si quiere crecer. Pero no me parece que tengamos señales de que dentro de diez años en España habrá una situación como la de Francia. Lo que sí sabemos es que dentro de una generación vamos a ver a chinos en posiciones de poder en España, y eso se ve porque sus empresas tienen éxito y sus jóvenes son brillantes académicamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario