El profesor valenciano de Historia del Derecho Rafael García. manuel castells
El profesor de Historia del Derecho Rafael García sostiene que no hay un conflicto con Occidente, «es un problema interno y geopolítico, no solo religioso»
En 1990, la Organización de la Conferencia Islámica promulgó la Declaración de los Derechos Humanos en el Islam (DDHHI), una suerte de respuesta a la Declaración Universal de las Naciones Unidas de1948 a través de la cual el mundo islámico gritaba a occidente que ellos también cuentan con una tradición basada en reglas mínimas de respeto a valores comunes.
Unas normas de convivencia que en el tenso mapa geopolítico actual marcado por la lucha internacional contra el terrorismo podrían parecer muy distantes a las del mundo occidental, tema sobre el que versará la conferencia que mañana viernes impartirá el profesor de Historia del Derecho Rafael García.
«Compartimos muchas cosas, como la preocupación por la solidaridad humanitaria (cuidado de ancianos, viudas, pobres). También recoge esta declaración unos derechos básicos, como el derecho a la vida (aunque hay limitaciones en muchos países, donde existe la pena de muerte, como también hay en Estados Unidos, por ejemplo)», explica el valenciano, profesor de la Universidad de Navarra.
Precisamente la asociación de antiguos alumnos de esta institución es quien ha organizado hoy la charla «Islam, Sharía y Derechos Humanos», que se celebrará a las 19.30 horas en la Fundación Mainel. «Asimismo compartimos el respeto por el medio ambiente entendido como un bien común que no se debe expoliar», añade.
«Hay muchas voces en el mundo islámico que defienden los derechos humanos», señala García. «Sin embargo, hay otros puntos que nos distancian jurídicamente. Entre ellos se encuentran los relacionados con derechos básicos y libertades, como la libertad religiosa, por ejemplo», detalla el profesor. «En países como Irán existen minorías cristianas, pero el problema no es tanto pertenecer otra religión sino ser del Islam y convertirte a otro credo después», recalca García.
Compatibilidad de tradiciones
En este sentido, «la libertad de expresión (sobre todo la relacionada con la religión) es otro de los puntos de choque entre ambos bloques», expone el experto, así como la igualdad entre el hombre y la mujer. «En términos generales, siempre hay excepciones, el papel de la mujer en los países de mayoría musulmana no se parece al de la mujer occidental», remarca. Teniendo en cuenta todos estos aspectos, ¿es compatible la tradición jurídica islámica con los derechos humanos reconocidos por la ONU?
Para responder a esta cuesitón, «es necesario analizar la evolución que ha experimentado la Sharía, la ley musulmana, en los dos últioms siglos. Al igual que con la declaración de la ONU, no existen mecanismo de aplicación y control de los artículos recogidos, por lo que depende de la legilación interna de cada país», explica el profesor.
«Como en Occidente, cada estado aplica la Sharía (el conjunto de prácticas o el camino que lleva hacia la rectitud) de forma diferente. Así, no es lo mismo el trato a la mujer en Líbano o Túnez que en Irán o Arabia Saudí», señala García.
«El problema es que la situación internacional actual no propicia un debate sereno. Son discursos muy radicales. Hay muchas personas que están repensando el Islam, hay debate interno por parte de las élites culturales en países como Egipto, Líbano, Túnez,.. o también de musulmanes en Europa o Estados Unidos. El cambio debe provenir de ellos, de los propios musulmanes», sentencia el profesor valenciano. «No es un conflicto entre el Islam y Occidente; es una cuestión interna, no solo religiosa ni política, sino geopolítica», apostilla García.
«Hay que estudiar la historia y estar en contacto con otra gente»
«El auge del islamismo político, que no es lo mismo que el islamismo terrorista, puede llevar a la opinión pública occidental a pensar más en las diferencias que nos separan que en las similitudes que nos acercan», subraya Rafael García. «Hay dos narrativas: por una parte, los islamistas piensan que en Occidente somos hipócritas, seculares y consumistas. En Occidente se les ve como fanáticos y radicales», explica el profesor. El método para superar los estereotipos es «conocer gente de diferentes países y estudiar Historia», opina. «La historia nos enseña que el islamismo político no ha existido desde siempre, y el terrorismo de este tipo tampoco. Igual que ha llegado puede irse», relata.
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