Un legislador ahora busca qué servir a los alumnos judíos y musulmanes, quienes por su religión no comen cerdo
Francia busca formas de reconciliar las creencias religiosas con los valores seculares a la hora de servir almuerzos en las escuelas y para un legislador la mejor salida es que las comidas de los estudiantes consistan solamente en vegetales.
La propuesta del legislador Yves Jego de servir almuerzos vegetarianos como una opción en un país donde la carne es vista como parte de la tradición gastronómica.
Después de prohibir los velos musulmanes en 2004, Francia ahora busca qué servir a los alumnos judíos y musulmanes, quienes por su religión no comen cerdo.
Jego, un político de centro derecha, está ganando apoyo al plan que presentará el mes entrante y que busca imponer comidas vegetarianas además de los menús clásicos, ayudando a musulmanes, judíos y vegetarianos.
"¿Podemos obligar a un niño católico a comer carne en Viernes Santo porque no hay otra cosa, o a un judío o musulmán comer cerdo?", preguntó Jego en una petición en internet. En días, la propuesta juntó 72.000 firmas y ha sido compartida miles de veces en Facebook y Twitter.
El legislador presentó la petición la semana pasada en respuesta a una orden del alcalde conservador de Chalon-sur-Saone, en el este de Francia, de retirar las opciones a la carne de cerdo de los menús de las escuelas. Este mes una corte dio luz verde a la orden del alcalde Gilles Platret a pesar de que la decisión podía causar discordia. En Francia radica la población musulmana más grande de Europa, calculada en unos 5 millones y también la más grande de judíos.
Las escuelas frecuentemente ofrecen alternativas a la carne de cerdo, pero nada obligatorio a nivel nacional. En 2008, Lyon se volvió la primera ciudad importante en imponer menús alternativos sin carne en las escuelas. En meses recientes, varios alcaldes de poblados medianos han anunciado su intención de hacer lo mismo.
Jego dice que la alternativa vegetariana es "una solución simple y totalmente secular" para poner fin a una "disputa religiosa" y "permitir que aquellos que no quieren comer carne o pescado, por la razón que sea, tengan una dieta balanceada". La propuesta ha recibido apoyo de algunos políticos de derecha e izquierda, así como de grupos ecologistas y vegetarianos.
Sin embargo, el ministro de Agricultura Stephane Le Foll —también portavoz del gobierno socialista— ha criticado la idea por considerar que puede afectar a los ganaderos. En semanas recientes hubo protestas por los bajos precios de la carne de cerdo.
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