La mezquita de la defensa del Islam

Ceuta,26 de marzo de 2008, el Faro de Ceuta

Entre las callejuelas de la barriada Príncipe Alfonso despunta, si se eleva la vista al cielo, el imponente minarete de la mezquita Masyid Bader, recortando en franjas blancas y verdes el añil del cielo. Los fieles coinciden en el sentimiento de protección que les concede su presencia, que se eleva sobre los tejados de las casas. Para Reduan Alí, vicepresidente de la comunidad islámica perteneciente a este centro de oración, la torre que flanquea el edificio religioso refleja la personalidad de su imam, Mohamed Chelaf, encargado de Bader desde su fundación en 1986. “Como persona, por su profesionalidad, por su carácter reservado y por la serenidad que transmite”, enumera Alí.

Desde entonces dirige las oraciones diarias, los discursos de los viernes y las celebraciones por los días festivos como es el caso de la culminación del Ramadán o la Fiesta del Sacrificio. Además ha impartido la enseñanza coránica a menores y adultos, entre ellos al propio Alí, alumno suyo durante muchos años. Sin embargo, no es el único simbolismo que esconde Bader. Laarbi Maateis, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta -UCIDCE-, en la cual se integraron “para dar unidad al colectivo musulmán en la ciudad” en palabras de Alí, “su nombre corresponde a una zona ubicada en Arabia Saudí, cerca de La Meca, conocida popularmente por una batalla que enfrentó a los corais, un pueblo no creyente, con los musulmanes. La gran batalla de Bader se inició porque se oponían al mensaje del Islam y querían invadir el territorio musulmán. El éxito de los fieles fue rotundo en la defensa frente al enemigo”, relata Maateis.

La adscripción de Bader a la UCIDCE coincide con la primera vez en la historia de la mezquita que se recibe una subvención de la Fundación Pluralismo y Convivencia, 3.000 euros aproximadamente, para desarrollar el programa de actividades durante el año 2008, además de destinar parte a equipamiento, mantenimiento y reparación de obras, así como a la celebración de las fiestas del Nacimiento del Profeta y la Noche del Destino.

Precisamente, esta incorporación provocó que en 2007 se hablara en la prensa de que Bader, entre otras, eran comunidades “fantasma”. “Nos sorprendió que se nos nombrara. Hoy queremos hacer saber a la opinión pública donde se encuentra ubicada, los metros, la altura de su minarete, cuántas plantas tiene y quiénes la representan. Estamos abiertos las 24 horas del día para que todo aquel que lo desee pueda visitarnos”, aclara Alí.

Entre los objetivos que se ha marcado la comunidad Bader se encuentra la de potenciar el rol de la mujer. “Nuestra secretaria es mujer, Rahma, que se hace cargo de todas las gestiones relativas a la comunidad. Es una persona muy competente y culta”, puntualiza Alí.
El imam Chelaf carece, al igual que otros religiosos de la ciudad, de un documento de residencia que le acredite su estancia legal en Ceuta y, por lo tanto, no se encuentra protegido por la ley. “Actualmente, se encuentra pendiente de la concesión del visado de residencia para desarrollar actividades religiosas”, explica el vicepresidente de Bader.

“Aún recuerdo cuando, en los 80, el imam nos castigaba porque no habíamos memorizado El Corán correctamente y, en esa hora y cuarto que estaba ausente tomando el té, nosotros jugábamos hasta que un rayo de luz daba en un punto concreto de la pared y sabíamos que su vuelta estaba cercana, así que dejábamos de jugar y volvíamos a los estudios”, recuerda con cariño Alí. Bader y Chelaf forman parte de la infancia de muchos vecinos de la barriada.

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