Reino Unido, 08-02-2008,EFE.-
Unas palabras pronunciadas el jueves por el primado de la Iglesia anglicana, Rowan Williams, sobre la inevitabilidad de que el Reino Unido termine aceptando ciertos aspectos de la sharia han provocado una auténtica tormenta de indignación en este país.
El primado anglicano explicó que la introducción de la ley islámica se limitaría a algunos aspectos de la vida cotidiana sin que se plantee en ningún caso la aplicación de castigos inhumanos o normas represivas y discriminatorias que hay en algunos Estados islámicos como Arabia Saudí.
Pese a esas matizaciones, los políticos de los principales partidos, así como destacados musulmanes se han mostrado unánimes en el rechazo de los argumentos esgrimidos por el primado e incluso algún obispo, aunque bajo el manto del anonimato, ha expresado su 'sorpresa y preocupación'.
El presidente de la Comisión para la Igualdad y los Derechos Humanos, Trevor Phillips, calificó sus comentarios de 'confusos y nada útiles' mientras que el Consejo Islámico de Gran Bretaña insistió en que la mayoría de los musulmanes de este país no quiere que se introduzca la sharia.
La baronesa Sayeeda Warsi, de origen paquistaní y primera musulmana en ser nombrada por los conservadores para ocupar un escaño en la Cámara de los Lores, expresó también su rechazo y dijo que 'todos los ciudadanos británicos deben estar sujetos a las leyes británicas desarrolladas por el Parlamento y los tribunales'.
La ministra del Interior del Gobierno laborista, Jacqui Smith, coincidió con Warsi en que 'en este país hay sólo una ley y es la determinada democráticamente, una ley que se sustenta en valores compartidos por todas las comunidades que viven en el país'.
El titular de Cultura, Andy Burnham, dijo que el arzobispo de Canterbury se había equivocado y explicó que no pueden funcionar dos sistemas legales en paralelo porque sería 'una receta para el caos'.
El diputado musulmán del Partido Laborista Khalid Mahmood expresó también su disgusto por las palabras del primado anglicano y dijo que ese tipo de discursos es contraproducente porque hace pensar a la gente que los musulmanes 'quieren separarse del resto de la comunidad y ser tratados de forma diferente'.
También un portavoz del primer ministro británico, Gordon Brown, se mostró contrario a la sharia y dijo que la ley islámica 'no puede utilizarse como justificación para violar las leyes inglesas ni deben introducirse elementos de la misma en un tribunal civil para resolver disputas contractuales'.
Para el líder demócrata liberal, Nick Clegg, 'la igualdad ante la ley es parte de la argamasa que cohesiona nuestra sociedad, y no podemos tener una situación en la que hay una ley para un individuo y leyes distintas para otro'.
En sus comentarios editoriales, la prensa británica no es menos crítica que los políticos con las palabras del arzobispo, y así el diario 'The Guardian' escribe que 'Rowan Williams tiene la extraña habilidad de crear problemas donde no existen'.
Williams 'trata de presentar la sharia como una faceta benigna de una religión igualmente benigna', pero, afirma el periódico, 'en el mundo real, es muy difícil imaginarse que se pudiera proteger el derecho de las mujeres musulmanas a la igualdad de trato de extenderse la sharia a los asuntos familiares'.
'The Sun' afirma que el arzobispo 'representa una peligrosa amenaza para nuestra nación' y sus palabras 'animan a los terroristas musulmanes que planean nuestra destrucción' pues las interpretarán como 'signo de que se está debilitando nuestra firmeza frente al extremismo'.
El periódico recuerda que mientras trataba de congraciarse con el Islam, uno de sus obispos, Michael Nazir-Ali, de la diócesis de Rochester, ha tenido que recurrir a la protección de la policía tras recibir amenazas de muerte por haber afirmado que hay zonas del país dominadas por los musulmanes a las que resulta peligroso acercarse para un cristiano.
La sharia o ley islámica establece un código que regula todos los aspectos de la vida de un musulmán, desde el régimen alimenticio hasta el velo, el matrimonio, el divorcio y la poligamia.
Los tribunales británicos no reconocen actualmente los matrimonios islámicos contraídos en este país -pero sí los que se contrajeron en países musulmanes- a menos que los contrayentes acudan al registro civil.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Unas palabras pronunciadas el jueves por el primado de la Iglesia anglicana, Rowan Williams, sobre la inevitabilidad de que el Reino Unido termine aceptando ciertos aspectos de la sharia han provocado una auténtica tormenta de indignación en este país.
El primado anglicano explicó que la introducción de la ley islámica se limitaría a algunos aspectos de la vida cotidiana sin que se plantee en ningún caso la aplicación de castigos inhumanos o normas represivas y discriminatorias que hay en algunos Estados islámicos como Arabia Saudí.
Pese a esas matizaciones, los políticos de los principales partidos, así como destacados musulmanes se han mostrado unánimes en el rechazo de los argumentos esgrimidos por el primado e incluso algún obispo, aunque bajo el manto del anonimato, ha expresado su 'sorpresa y preocupación'.
El presidente de la Comisión para la Igualdad y los Derechos Humanos, Trevor Phillips, calificó sus comentarios de 'confusos y nada útiles' mientras que el Consejo Islámico de Gran Bretaña insistió en que la mayoría de los musulmanes de este país no quiere que se introduzca la sharia.
La baronesa Sayeeda Warsi, de origen paquistaní y primera musulmana en ser nombrada por los conservadores para ocupar un escaño en la Cámara de los Lores, expresó también su rechazo y dijo que 'todos los ciudadanos británicos deben estar sujetos a las leyes británicas desarrolladas por el Parlamento y los tribunales'.
La ministra del Interior del Gobierno laborista, Jacqui Smith, coincidió con Warsi en que 'en este país hay sólo una ley y es la determinada democráticamente, una ley que se sustenta en valores compartidos por todas las comunidades que viven en el país'.
El titular de Cultura, Andy Burnham, dijo que el arzobispo de Canterbury se había equivocado y explicó que no pueden funcionar dos sistemas legales en paralelo porque sería 'una receta para el caos'.
El diputado musulmán del Partido Laborista Khalid Mahmood expresó también su disgusto por las palabras del primado anglicano y dijo que ese tipo de discursos es contraproducente porque hace pensar a la gente que los musulmanes 'quieren separarse del resto de la comunidad y ser tratados de forma diferente'.
También un portavoz del primer ministro británico, Gordon Brown, se mostró contrario a la sharia y dijo que la ley islámica 'no puede utilizarse como justificación para violar las leyes inglesas ni deben introducirse elementos de la misma en un tribunal civil para resolver disputas contractuales'.
Para el líder demócrata liberal, Nick Clegg, 'la igualdad ante la ley es parte de la argamasa que cohesiona nuestra sociedad, y no podemos tener una situación en la que hay una ley para un individuo y leyes distintas para otro'.
En sus comentarios editoriales, la prensa británica no es menos crítica que los políticos con las palabras del arzobispo, y así el diario 'The Guardian' escribe que 'Rowan Williams tiene la extraña habilidad de crear problemas donde no existen'.
Williams 'trata de presentar la sharia como una faceta benigna de una religión igualmente benigna', pero, afirma el periódico, 'en el mundo real, es muy difícil imaginarse que se pudiera proteger el derecho de las mujeres musulmanas a la igualdad de trato de extenderse la sharia a los asuntos familiares'.
'The Sun' afirma que el arzobispo 'representa una peligrosa amenaza para nuestra nación' y sus palabras 'animan a los terroristas musulmanes que planean nuestra destrucción' pues las interpretarán como 'signo de que se está debilitando nuestra firmeza frente al extremismo'.
El periódico recuerda que mientras trataba de congraciarse con el Islam, uno de sus obispos, Michael Nazir-Ali, de la diócesis de Rochester, ha tenido que recurrir a la protección de la policía tras recibir amenazas de muerte por haber afirmado que hay zonas del país dominadas por los musulmanes a las que resulta peligroso acercarse para un cristiano.
La sharia o ley islámica establece un código que regula todos los aspectos de la vida de un musulmán, desde el régimen alimenticio hasta el velo, el matrimonio, el divorcio y la poligamia.
Los tribunales británicos no reconocen actualmente los matrimonios islámicos contraídos en este país -pero sí los que se contrajeron en países musulmanes- a menos que los contrayentes acudan al registro civil.
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