LOS 'TABLIGHIS', ¿INTEGRISTAS PACÍFICOS O TERRORISTAS?
• El movimiento islámico Tabligh predica desde Pakistán el respeto a los demás seres humanos Entre sus seguidores se hallan los integristas detenidos en el Raval
Año tras año, desde hace una década, Niaz, casado, padre de una niña y natural de Swabi, en la Provincia Frontera del Noroeste, cerca de la frontera con Afganistán, deja atrás a familia y amigos para buscar a Dios. Es este un reencuentro con lo divino que implica siempre una prolongada ausencia del hogar. Porque son cuatro meses en los que Niaz se dedica exclusivamente a orar, a salir en grupo por las mezquitas para transmitir la fe islámica o a escuchar las enseñanzas coránicas en corrillos presididos por los más sabios, sentado sobre las alfombras del principal centro del movimiento Jamaat Tabligh en Pakistán, en Raiwind, a unos 20 kilómetros de Lahore, cerca de la frontera con la India.
Son meses en los que Niaz duerme a ras de suelo, entre una impresionante muchedumbre de miles de fieles devotos; meses en los que espera su turno ordenadamente ante el lavadero para enjuagar la poca ropa que lleva consigo; meses en los que recibe como único sustento una escudilla de carne, verduras o legumbres y un pedazo de pan servidos por una eficaz cantina que alimenta diariamente a miles de comensales a un módico precio exento de beneficio económico. "Cuando vengo me siento mejor, me siento renacer", nos confiesa sin atisbo de duda.
El sustento familiar
En un país como Pakistán, donde la figura paterna constituye la principal fuente de sustento familiar, la pregunta surge de inmediato: ¿Y qué piensa tu familia de ello? "Mi mujer me echa de menos, pero se siente feliz por mí; la gente que viene a Raiwind luego es más respetada por sus familias cuando regresan a sus casas". ¿Y tu trabajo para dar de comer a tu mujer e hija? "No tengo trabajo; según las enseñanzas del Corán, allá donde estés, Dios promete que habrá comida". En un intento de demostrarme que cumple a rajatabla los principios de humildad y caridad que predica el movimiento Tabligh, Niaz insiste en cargar sobre sus espaldas mi pesada bolsa de trabajo, y en transportar con delicadeza mis botas en cada ocasión en que debo descalzarme para pisar una sala de oración en Raiwind.
Pero este movimiento que predica el respeto a los demás seres humanos y asegura preparar al creyente para la vida del más allá ha vuelto a estar en el epicentro de la polémica. Los presuntos integrantes de la célula terrorista detenida en Barcelona eran miembros declarados del Jamaat Tabligh, que cuenta con millones de adeptos y que resurgió con fuerza a comienzos del siglo pasado en la India aún colonizada por el imperio británico para dar un nuevo impulso a la fe islámica ante el empuje del evangelismo cristiano.
¿Apolíticos?
Los expertos están divididos al evaluar el fenómeno tabligh. Renombrados dirigentes políticos paquistanís, como el exprimer ministro Nawaz Sharif han mantenido estrechos vínculos con el mismo.
Pero también han frecuentado sus reuniones terroristas suicidas como Mohamed Siddique Khan o Shehzad Tanweer, dos de los cuatro autores de los atentados del 7-J contra el transporte público londinense. Mientras algunos académicos consideran al movimiento como una especie de antesala del terrorismo, otros insisten en su naturaleza pacífica. "No es inusual que Al Qaeda utilice las reuniones y los viajes organizados por el tabligh para detectar individuos susceptibles de ulterior radicalización y reclutamiento", se afirma en un estudio reciente. Olivier Roy, del prestigioso Centre National de Recherches Scientifiques, califica al Tabligh de "apolítico y cumplidor de la ley".
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