En el Foro internacional sobre inclusión y equidad en la educación, organizado por la Unesco en Cali, diferentes expertos explicaron qué estrategias se pueden usar para crear plataformas educativas incluyentes y romper estigmas.
Un informe presentado por la Unesco durante el Foro internacional sobre inclusión y equidad en la educación, realizado esta semana en Cali, señala que la discriminación es uno de los principales obstáculos para que niños migrantes y refugiados logren una educación de calidad en los países de acogida.
El tema que está expuesto en el Informe de seguimiento de la educación en el mundo de 2019, cobra especial relevancia para Suramérica que enfrenta la ola migratoria más grande de su historia. Más de 4 millones de venezolanos han dejado su país en busca de trabajo, comida y medicinas. Países como Colombia, Ecuador, Brasil, Perú y Chile han tenido que crear, en corto tiempo, sistemas de atención para cientos de niños, niñas y jóvenes migrantes y refugiados que llegan cada día.
Esta realidad trae a la agenda pública preguntas sobre la importancia de integrar a esos niños en los sistemas educativos y, sobre todo, cómo ayudar a las autoridades y los docentes en el proceso. Durante el foro de la Unesco expertos resaltaron la importancia de la integración de los estudiantes al sistema educativo de los países a los que llegan.
“La educación es un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por todos los estados”, le dijo a la Agencia Anadolu la brasileña coordinadora de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, Camilla Croso. Pero, además de ser una obligación internacional, la integración de los niños al sistema educativo puede significar beneficios pedagógicos y económicos a largo plazo para el país de acogida.
El director de la cátedra Unesco para la inclusión en la educación, Francisco Javier Gil, explica que la diversidad en los salones de clase y en el entorno laboral puede generar retornos económicos. “Hay que hacer una inversión al principio, pero el hecho de que las personas hayan nacido en diferentes territorios se integren enriquece el debate”, dice el experto.
Para lograr esta inclusión académica y sus beneficios existen importantes retos. El informe de más de 300 páginas reseñó una meta análisis de 328 estudios que indica que la discriminación percibida por los inmigrantes y refugiados se asociaba con depresión, temor y baja autoestima. El efecto es aún más fuerte en los niños.
Investigaciones a pequeña escala en Reino Unido indican que los adolescentes refugiados y solicitantes de asilo veían el reconocimiento de sus compañeros nativos del país como un factor que los alentaba a estudiar más.
En otro lado del mundo, estudiantes congoleses y somalíes en Uganda reportaron que la diferencia lingüística provocaba discriminación. A causa de esta afectación, los niños eran más propensos a abandonar la escuela y unirse a pandillas.
Camilla Croso explica que los colegios necesitan políticas y prácticas para hacer que los docentes y los niños sean acogedores. Para lograrlo “es importante conocer la cultura de los migrantes” y hacer intercambios culturales e históricos.
La educación, una aliada contra la xenofobia
Según el estudio, la educación es uno de los mejores antídotos contra la xenofobia. Datos de 12 países europeos señalan que un año más de escolaridad se vinculaba con un aumento de 8 a 10 puntos porcentuales en la probabilidad de tener actitudes más favorables respecto a los inmigrantes.
Pero además, las políticas incluyentes deben sobrepasar los colegios y llegar a la comunidad en general. “Para que podamos garantizar una educación inclusiva tenemos que tener coherencia en todas las políticas de estado. No vamos lograr un sistema educativo incluyente si luego el estado discrimina en otros sitios o si tenemos una sociedad discriminatoria en otros lados”, dice Croso.
Otro reto que enfrentan instituciones educativas a la hora de integrar los niños de una ola migratoria es la capacidad física de los planteles educativos y de los docentes, sobre todo cuando muchos de ellos llegan de golpe a un colegio.
Para superar este reto Croso explica que son necesarias políticas “intersectoriales”, es decir, que involucren las diversas entidades gubernamentales con la sociedad civil, los organismos internacionales y el sector privado. Esto es vital para resolver necesidades como la alimentación, el transporte y la atención en salud de los estudiantes.
A pequeña escala, una herramienta que podría ayudar a los docentes con salones sobrepoblados es aliarse con los alumnos. Fracisco Javier Gil explica que es importante que los docentes recurran a líderes estudiantiles para ayudarlos a llevar la carga. “En cada salón hay líderes y el profesor debe tomarlos como socios en el salón de clases”, dice el experto.
Todas estas herramientas pueden ayudar a países que enfrentan el desafío de integrar niños y niñas migrantes y refugiados.
Para Gil, es vital que los salones de clase reflejen la realidad social en la que están inmersos. “Si una escuela o una universidad está en un territorio donde el 5% de las personas son migrantes, dentro de la escuela debe haber un 5% de personas migrantes y lo mismo debe pasar dentro de la universidad. Si no ocurre eso hay que empezar a investigar por qué no, y quitar todas las barreras que están impidiendo que el salón de clase refleje la realidad social”, concluye Gil.
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