Melilla, 12 de septiembre de 2007, infomelilla.com
Los fieles observarán con rigor los cinco rezos del día en las diferentes mezquitas y aprovecharán el crepúsculo para desarrollar una intensa actividad social.
Más de 30.000 melillenses de confesión islámica comienzan el próximo jueves, 13 de septiembre, a celebrar el mes del Ramadán, cuatro semanas de ayuno y abstinencia en las que se fomenta la solidaridad, la oración y la ayuda a los más necesitados.
Los musulmanes melillenses observarán con rigor los cino rezos del día en las diferentes mezquitas y aprovecharán el crepúsculo para desarrollar una intensa actividad social en la que suelen participar miembros de las otras comunidades, centrándose en la zona de Polígono y Rastro el epicentro de la celebración religiosa.
Del Ramadán los occidentales sólo conocen el aspecto más exterior: Desde el alba hasta que se pone el sol no se puede comer, beber ni mantener relaciones sexuales.
Sin embargo el ayuno, que es una de las formas visibles de adoración, también puede romperse mirando y diciendo lo que no es debido. Con estos ejercicios de dominio de sí mismo el creyente musulmán manifiesta su veneración a Dios y su adhesión a la doctrina revelada en el Santo Coran al profeta Mahoma.
Si bien los enfermos, los niños y los que estén de viaje pueden ser dispensados de este esfuerzo, la alegría de los que tras un día de privación rompen el ayuno, es tan grande, que todos quieren (los niños los primeros) unirse al gozo de los que se someten a Dios, no por el atracón si no por la alegría del que encuentra a su Señor en la obediencia a sus decretos.
Las noches
Las noches de Ramadán suelen estar acompañadas por cenas festivas entre familiares y amigos en las que hay siempre un menú más extraordinario de lo habitual.
Para los musulmanes el Ramadán significa vivir la experiencia de un mes de fiesta por haber recibido de Dios el mensaje del Corán, y no es un mes de mortificación ni de penitencia principalmente, por lo que no es de extrañar que haya signos de fiesta como son banquetes, regalos, trajes nuevos y hasta arreglo de las casas.
En cualquier caso, para los musulmanes lo principal es la renovación de la fe durante este periodo. Para aquellos que busquen un equivalente en la liturgia cristiana, el Ramadán puede compararse con el Tiempo Pascual que se celebra durante 50 días tras la resurrección de Jesucristo.
La fecha del comienzo y fin del Ramadán no es la misma para todos los musulmanes. Para algunos depende de la visión de la luna (hay que verla realmente) por lo que en algunos países el Ramadán empieza antes que en otros, y dentro de un mismo país, según la climatología, pueden ser distintos los días tanto del principio como del final de estas fiestas. Para otros, basta con calcular simplemente cuando habrá luna naciente, aunque esta no sea avistada.
Finalmente, no hay que olvidar la fiesta dentro de la fiesta que es la Noche del Destino, y que no está precisada en el calendario musulmán. En ella se evoca la iluminación total de Mahoma al recibir el Corán. Los musulmanes suelen colocarla en las últimas noches del Ramadán. Se dice que cualquier petición del creyente sincero puede ser satisfecha cuando se hace en esa noche.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Los fieles observarán con rigor los cinco rezos del día en las diferentes mezquitas y aprovecharán el crepúsculo para desarrollar una intensa actividad social.
Más de 30.000 melillenses de confesión islámica comienzan el próximo jueves, 13 de septiembre, a celebrar el mes del Ramadán, cuatro semanas de ayuno y abstinencia en las que se fomenta la solidaridad, la oración y la ayuda a los más necesitados.
Los musulmanes melillenses observarán con rigor los cino rezos del día en las diferentes mezquitas y aprovecharán el crepúsculo para desarrollar una intensa actividad social en la que suelen participar miembros de las otras comunidades, centrándose en la zona de Polígono y Rastro el epicentro de la celebración religiosa.
Del Ramadán los occidentales sólo conocen el aspecto más exterior: Desde el alba hasta que se pone el sol no se puede comer, beber ni mantener relaciones sexuales.
Sin embargo el ayuno, que es una de las formas visibles de adoración, también puede romperse mirando y diciendo lo que no es debido. Con estos ejercicios de dominio de sí mismo el creyente musulmán manifiesta su veneración a Dios y su adhesión a la doctrina revelada en el Santo Coran al profeta Mahoma.
Si bien los enfermos, los niños y los que estén de viaje pueden ser dispensados de este esfuerzo, la alegría de los que tras un día de privación rompen el ayuno, es tan grande, que todos quieren (los niños los primeros) unirse al gozo de los que se someten a Dios, no por el atracón si no por la alegría del que encuentra a su Señor en la obediencia a sus decretos.
Las noches
Las noches de Ramadán suelen estar acompañadas por cenas festivas entre familiares y amigos en las que hay siempre un menú más extraordinario de lo habitual.
Para los musulmanes el Ramadán significa vivir la experiencia de un mes de fiesta por haber recibido de Dios el mensaje del Corán, y no es un mes de mortificación ni de penitencia principalmente, por lo que no es de extrañar que haya signos de fiesta como son banquetes, regalos, trajes nuevos y hasta arreglo de las casas.
En cualquier caso, para los musulmanes lo principal es la renovación de la fe durante este periodo. Para aquellos que busquen un equivalente en la liturgia cristiana, el Ramadán puede compararse con el Tiempo Pascual que se celebra durante 50 días tras la resurrección de Jesucristo.
La fecha del comienzo y fin del Ramadán no es la misma para todos los musulmanes. Para algunos depende de la visión de la luna (hay que verla realmente) por lo que en algunos países el Ramadán empieza antes que en otros, y dentro de un mismo país, según la climatología, pueden ser distintos los días tanto del principio como del final de estas fiestas. Para otros, basta con calcular simplemente cuando habrá luna naciente, aunque esta no sea avistada.
Finalmente, no hay que olvidar la fiesta dentro de la fiesta que es la Noche del Destino, y que no está precisada en el calendario musulmán. En ella se evoca la iluminación total de Mahoma al recibir el Corán. Los musulmanes suelen colocarla en las últimas noches del Ramadán. Se dice que cualquier petición del creyente sincero puede ser satisfecha cuando se hace en esa noche.
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