Nueva york, 06 de septiembre de2007 LA NACION
La Academia Internacional Khalil Gibran, la primera escuela pública bilingüe de Nueva York que enseñará el idioma y la cultura árabes, abrió ayer sus puertas a los 55 alumnos inscriptos, que ingresaron en el establecimiento custodiados por una veintena de policías.
La controversia radica en que la flamante institución, según sus críticos, podría servir como base de propagación del radicalismo islámico y podría transformar a sus estudiantes en outsiders extremistas islámicos.
Sin embargo, la funcionaria responsable del desarrollo educativo, Garth Harris, afirmó ayer: "[Khalil Gibran] no es una escuela religiosa. Este establecimiento simplemente busca la excelencia, como decenas de otras escuelas bilingües de Nueva York que enseñan chino, francés o ruso".
Los 55 escolares inscriptos -informó Garth- tienen entre 11 y 12 años, son de distintas religiones, y sólo nueve hablan árabe correctamente. Además del programa educativo normal, la escuela dictará cursos de idioma, cultura e historia árabes.
Según explicó, "algunos padres eligieron la escuela para que sus hijos aprendan el lenguaje de sus orígenes, mientras que otros lo hicieron para favorecer el ingreso de sus niños en el mercado laboral internacional".
Tricia Hopkins, una de las madres que inscribieron a sus hijos en la Khalil Gibran, pronosticó: "Mi hijo podrá en el futuro participar de negociaciones de paz, porque será totalmente bilingüe luego de sus estudios".
Si bien la inauguración de ayer se asemejó mucho al primer día de clases de cualquier otra escuela, la noticia de la apertura había desatado, en los meses previos, un verdadero choque de civilizaciones en la ciudad. Los problemas comenzaron en febrero, cuando el alcalde Michael Bloomberg anunció sus planes para crear la Academia Internacional Khalil Gibran (bautizada en honor a un célebre filósofo y poeta libanés cristiano, autor de El profeta), idea que fue recibida con resistencia en el barrio donde se iba a instalar, Park Slope, en Brooklyn.
El rechazo de los vecinos fue tan fuerte que obligó a que el Departamento de Educación de la ciudad la reubicara en Boerum Hill, una zona donde residen muchos de los 70.000 árabes que viven en esta multicultural ciudad, de 8 millones de habitantes.
El golpe de gracia
Pero la oposición a la escuela recién comenzaba. El siguiente ataque provino de varios periódicos de la ciudad, que comenzaron a alimentar una campaña en su contra con editoriales y titulares que resaltaban los riesgos de que la escuela promueva una visión radical del Islam.
Así, en una columna del conservador The New York Sun, por ejemplo, la editorialista Alicia Colón destacó que Osama ben Laden debía estar encantado de que se abriera esta escuela: "Nueva York, la ciudad que sufrió el peor ataque terrorista de nuestra historia, se inclina en una reverencia de homenaje para albergar y tal vez preparar a futuros extremistas", escribió Colón, quien comparó la Academia Internacional Khalil Gibran con una madraza.
Quien dio el golpe de gracia, no obstante, fue el diario popular The New York Post, cuando hace varias semanas tituló una entrevista con la entonces directora de la escuela, Debbie Almontaser, "La directora de la intifada", ya que durante la conversación Almontaser defendió el uso de la palabra "intifada" [alzamiento, en árabe] en unas remeras que vende el grupo Mujeres Arabes Activas en las Artes y los Medios de Brooklyn.
Dos días después, Almontaser, que emigró de Yemen a Estados Unidos cuando tenía tres años, habla árabe y es muy respetada en el ámbito educativo por sus esfuerzos por promover el diálogo interreligioso, presentó su renuncia para evitar mayores polémicas. En su lugar, el Departamento de Educación nombró a una funcionaria poco conocida, Danielle Salzberg, de origen judío y que no habla ni una palabra de árabe.
"Es escandaloso. No es justo que se hagan tantos comentarios negativos sólo porque la escuela enseñará árabe", apuntó Mohammad Razvi, padre de un niño de 11 años que asiste a la escuela. "Después de los atentados del 11 de Septiembre, las comunidades árabes no fueron comprendidas aquí. Creo que esta escuela mostrará nuestras buenas intenciones", apuntó, por su parte, el imán Shamsi Ali, del Centro Islámico de Manhattan.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La Academia Internacional Khalil Gibran, la primera escuela pública bilingüe de Nueva York que enseñará el idioma y la cultura árabes, abrió ayer sus puertas a los 55 alumnos inscriptos, que ingresaron en el establecimiento custodiados por una veintena de policías.
La controversia radica en que la flamante institución, según sus críticos, podría servir como base de propagación del radicalismo islámico y podría transformar a sus estudiantes en outsiders extremistas islámicos.
Sin embargo, la funcionaria responsable del desarrollo educativo, Garth Harris, afirmó ayer: "[Khalil Gibran] no es una escuela religiosa. Este establecimiento simplemente busca la excelencia, como decenas de otras escuelas bilingües de Nueva York que enseñan chino, francés o ruso".
Los 55 escolares inscriptos -informó Garth- tienen entre 11 y 12 años, son de distintas religiones, y sólo nueve hablan árabe correctamente. Además del programa educativo normal, la escuela dictará cursos de idioma, cultura e historia árabes.
Según explicó, "algunos padres eligieron la escuela para que sus hijos aprendan el lenguaje de sus orígenes, mientras que otros lo hicieron para favorecer el ingreso de sus niños en el mercado laboral internacional".
Tricia Hopkins, una de las madres que inscribieron a sus hijos en la Khalil Gibran, pronosticó: "Mi hijo podrá en el futuro participar de negociaciones de paz, porque será totalmente bilingüe luego de sus estudios".
Si bien la inauguración de ayer se asemejó mucho al primer día de clases de cualquier otra escuela, la noticia de la apertura había desatado, en los meses previos, un verdadero choque de civilizaciones en la ciudad. Los problemas comenzaron en febrero, cuando el alcalde Michael Bloomberg anunció sus planes para crear la Academia Internacional Khalil Gibran (bautizada en honor a un célebre filósofo y poeta libanés cristiano, autor de El profeta), idea que fue recibida con resistencia en el barrio donde se iba a instalar, Park Slope, en Brooklyn.
El rechazo de los vecinos fue tan fuerte que obligó a que el Departamento de Educación de la ciudad la reubicara en Boerum Hill, una zona donde residen muchos de los 70.000 árabes que viven en esta multicultural ciudad, de 8 millones de habitantes.
El golpe de gracia
Pero la oposición a la escuela recién comenzaba. El siguiente ataque provino de varios periódicos de la ciudad, que comenzaron a alimentar una campaña en su contra con editoriales y titulares que resaltaban los riesgos de que la escuela promueva una visión radical del Islam.
Así, en una columna del conservador The New York Sun, por ejemplo, la editorialista Alicia Colón destacó que Osama ben Laden debía estar encantado de que se abriera esta escuela: "Nueva York, la ciudad que sufrió el peor ataque terrorista de nuestra historia, se inclina en una reverencia de homenaje para albergar y tal vez preparar a futuros extremistas", escribió Colón, quien comparó la Academia Internacional Khalil Gibran con una madraza.
Quien dio el golpe de gracia, no obstante, fue el diario popular The New York Post, cuando hace varias semanas tituló una entrevista con la entonces directora de la escuela, Debbie Almontaser, "La directora de la intifada", ya que durante la conversación Almontaser defendió el uso de la palabra "intifada" [alzamiento, en árabe] en unas remeras que vende el grupo Mujeres Arabes Activas en las Artes y los Medios de Brooklyn.
Dos días después, Almontaser, que emigró de Yemen a Estados Unidos cuando tenía tres años, habla árabe y es muy respetada en el ámbito educativo por sus esfuerzos por promover el diálogo interreligioso, presentó su renuncia para evitar mayores polémicas. En su lugar, el Departamento de Educación nombró a una funcionaria poco conocida, Danielle Salzberg, de origen judío y que no habla ni una palabra de árabe.
"Es escandaloso. No es justo que se hagan tantos comentarios negativos sólo porque la escuela enseñará árabe", apuntó Mohammad Razvi, padre de un niño de 11 años que asiste a la escuela. "Después de los atentados del 11 de Septiembre, las comunidades árabes no fueron comprendidas aquí. Creo que esta escuela mostrará nuestras buenas intenciones", apuntó, por su parte, el imán Shamsi Ali, del Centro Islámico de Manhattan.
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