Una visita guiada invitaba a un paseo por los rincones de la ciudad musulmana La asistencia superó las previsiones del Centro de Información Turística
BADAJOZ,30 de enero de 2008, hoydigital, L. E.
<--El guía Fernando Fuentes ofrece sus explicaciones en la Torre de Espantaperros. / L. E.
Hubo un tiempo en que Badajoz era un reino, controlado por un monarca que no tenía más señor que Alá. Controlaba un extenso territorio, desde las actuales provincias de Zamora a Sevilla y desde Toledo hasta el Atlántico, y era toda una referencia artística, cultural y política en la fragmentada España medieval de los Reinos de Taifas.
Dentro de las fiestas de Al Mossassa, el Centro de Información Turística y Acogida de Visitantes organizó una de sus visitas guiadas a los rincones de la Badajoz islámica, muchos de ellos protagonistas de la fundación y esplendor de Badajoz. Las previsiones de los organizadores se vieron desbordadas y más de 60 visitantes acudieron a la cita, lo que obligó a organizar dos grupos en muchos momentos.
Las Casas Mudéjares, la muralla de la Alcazaba, el Museo Arqueológico y la Torre de Espantaperros fueron los enclaves elegidos para recrear este paseo por el tiempo. Más que nada, estos monumentos eran la excusa para volver a recordar el origen de Badajoz y de los pacenses, de la mano del guía Fernando Fuentes.
No por conocido, el relato es menos apasionante. Ibn Marwan era miembro de una familia aristócrata de muladíes (cristianos convertidos al Islam). Procedía de Mérida, aunque sus orígenes hay que buscarlos más al norte de la península. Después de muchas pugnas con el rey Mohamed I, logra la autorización de éste para fundar una ciudad junto al Guadiana. Él eligió el Cerro de San Cristóbal, pero al final tuvo que decantarse por el de la Muela.
Aunque no hay constancia arqueológica fehaciente, parece que se eligió un emplazamiento donde ya había asentada población desde el siglo VII. Era el año 875, y la ciudad de Batalyaws veía la luz.
El máximo esplendor para la nueva villa llegó con la descomposición Omeya y la llegada de los Reinos de Taifas, allá por el siglo XI. Sapur, regente hasta entonces, se convirtió en el rey. Fue sucedido tras una traición por Maslama al-Aftas, quien instituyó la dinastía Aftasí. Las lápidas de ambos se encontraron en la rauda (cementerio árabe) que estaba situada en las traseras de lo que hoy es la Facultad de Biblioteconomía.
Estos años, y los que les siguieron, fueron los del máximo esplendor del Badajoz islámico. Se convirtió en un referente del conocimiento, las ciencias y las letras en la Península Ibérica de aquella época.
Detalles
Además, la visita también contribuyó a conocer muchos detalles curiosos del centro histórico de Badajoz, a veces desconocidos. Las Casas Mudéjares, por ejemplo, estás consideradas como las viviendas más antiguas que existen en la ciudad. Datan del XV, aunque tienen restos que son muy anteriores.
Igualmente, el acceso principal a la Alcazaba por carretera fue abierto con explosivos a principios del siglo XX para que pudieran entrar las ambulancias al recinto del antiguo Hospital Militar, lo que hoy es la Facultad de Biblioteconomía.
El final del recorrido se desarrolló por los jardines de la Galera y la Torre de Espantaperros, uno de los monumentos más queridos y representativos de Badajoz y la torre albarrana por excelencia de la Alcazaba de Badajoz.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
BADAJOZ,30 de enero de 2008, hoydigital, L. E.
<--El guía Fernando Fuentes ofrece sus explicaciones en la Torre de Espantaperros. / L. E.
Hubo un tiempo en que Badajoz era un reino, controlado por un monarca que no tenía más señor que Alá. Controlaba un extenso territorio, desde las actuales provincias de Zamora a Sevilla y desde Toledo hasta el Atlántico, y era toda una referencia artística, cultural y política en la fragmentada España medieval de los Reinos de Taifas.
Dentro de las fiestas de Al Mossassa, el Centro de Información Turística y Acogida de Visitantes organizó una de sus visitas guiadas a los rincones de la Badajoz islámica, muchos de ellos protagonistas de la fundación y esplendor de Badajoz. Las previsiones de los organizadores se vieron desbordadas y más de 60 visitantes acudieron a la cita, lo que obligó a organizar dos grupos en muchos momentos.
Las Casas Mudéjares, la muralla de la Alcazaba, el Museo Arqueológico y la Torre de Espantaperros fueron los enclaves elegidos para recrear este paseo por el tiempo. Más que nada, estos monumentos eran la excusa para volver a recordar el origen de Badajoz y de los pacenses, de la mano del guía Fernando Fuentes.
No por conocido, el relato es menos apasionante. Ibn Marwan era miembro de una familia aristócrata de muladíes (cristianos convertidos al Islam). Procedía de Mérida, aunque sus orígenes hay que buscarlos más al norte de la península. Después de muchas pugnas con el rey Mohamed I, logra la autorización de éste para fundar una ciudad junto al Guadiana. Él eligió el Cerro de San Cristóbal, pero al final tuvo que decantarse por el de la Muela.
Aunque no hay constancia arqueológica fehaciente, parece que se eligió un emplazamiento donde ya había asentada población desde el siglo VII. Era el año 875, y la ciudad de Batalyaws veía la luz.
El máximo esplendor para la nueva villa llegó con la descomposición Omeya y la llegada de los Reinos de Taifas, allá por el siglo XI. Sapur, regente hasta entonces, se convirtió en el rey. Fue sucedido tras una traición por Maslama al-Aftas, quien instituyó la dinastía Aftasí. Las lápidas de ambos se encontraron en la rauda (cementerio árabe) que estaba situada en las traseras de lo que hoy es la Facultad de Biblioteconomía.
Estos años, y los que les siguieron, fueron los del máximo esplendor del Badajoz islámico. Se convirtió en un referente del conocimiento, las ciencias y las letras en la Península Ibérica de aquella época.
Detalles
Además, la visita también contribuyó a conocer muchos detalles curiosos del centro histórico de Badajoz, a veces desconocidos. Las Casas Mudéjares, por ejemplo, estás consideradas como las viviendas más antiguas que existen en la ciudad. Datan del XV, aunque tienen restos que son muy anteriores.
Igualmente, el acceso principal a la Alcazaba por carretera fue abierto con explosivos a principios del siglo XX para que pudieran entrar las ambulancias al recinto del antiguo Hospital Militar, lo que hoy es la Facultad de Biblioteconomía.
El final del recorrido se desarrolló por los jardines de la Galera y la Torre de Espantaperros, uno de los monumentos más queridos y representativos de Badajoz y la torre albarrana por excelencia de la Alcazaba de Badajoz.
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