La ruptura del ayuno se convierte, al caer la noche, en uno de los momentos clave de la celebración.
Carol Díaz, Valencia, 25 septiembre / sisepuede-.
Los musulmanes del mundo entero celebran durante estos días el mes del Ramadán, uno de los cinco pilares sobre los que se sostiene el Islam. Durante los 30 días que dura, ningún fiel adulto, salvo excepciones, podrá comer durante las horas de sol.
Sin embargo, el Ramadán es mucho más que un ayuno. Es un acto de superación, de estrechar lazos con los demás y también consigo mismos. Los 30.000 musulmanes que se calcula que hay en la Comunidad Valenciana no son una excepción.
Varios platos con dátiles y vasos con leche están dispuestos sobre la mesa del comedor de María José.
Es casi la hora y algunos invitados rezagados suben a toda prisa las escaleras del edificio. Todos están pendientes del reloj.
Por fin, el reloj marca las 20.12 horas. El sol se ha puesto y todo está listo para que ella y sus invitados rompan el ayuno. Celebran el Ramadán.
Varios amigos, en su mayoría españoles convertidos al Islam, se han reunido para festejarlo.
A la ruptura del ayuno, le sigue la oración. Para eso, se concentran en un pequeño cuarto de la casa.
Tras finalizar el rezo, el cuarto del día, todos los invitados (dos valencianos, un murciano y un sirio afincado en Valencia) se sientan a comer. Sobre la mesa, tortilla de patatas, mejillones y ensalada. Y para beber, zumos, refrescos y agua. Se trata de una comida atípica, pero María José explica, con una gran sonrisa, que es la comida que sabe hacer.
La ruptura del ayuno se puede considerar una verdadera fiesta. Por eso, es muy importante el contacto con otros musulmanes, porque «así se afianza la fe», explica. «Muchos de nosotros (los españoles
conversos) estamos solos.Por eso nos reunimos entre nosotros», dice María José.
Tan sólo unas horas antes, en la mezquita de Valencia donde ella trabaja como secretaria del Consejo Islámico de Valencia, habla sobre el significado que tiene el Ramadán para los millones de musulmanes que profesan esta religión. El Ramadán es un mes sagrado, porque fue cuando fue revelado el Corán. Por este motivo, María José explica que es un periodo de recogimiento, de hacer buenas obras, estar en comunicación con los demás, un mes de no criticar, de paciencia… «Un mes que nos prepara para ser mejores», afirma.
«Psicológicamente, el Ramadán te hace más fuerte. La mente domina el cuerpo. Estamos acostumbrados a dejarnos llevar por nuestros instintos. La mal interpretada Jihad realmente significa esfuerzo. Y la verdadera Jihad es la lucha interna dentro de uno mismo. El más fuerte es el que se domina a sí mismo», aclara María José.
«Tienes que vivir en tus carnes lo que millones y millones de personas viven a diario. Personas mal nutridas, sin nada que llevarse a la boca. Es una muestra de empatía, por solidaridad con estas personas», dice.
Limpieza del corazón
A la conversación se ha añadido un pequeño grupo de personas. Opinan sobre el verdadero significado del Ramadán. Chahid, un joven de 27 años de origen marroquí, asegura que «el Ramadán no es simplemente el hecho de abstenerse de comer, beber o fumar. El Ramadán es un filtro de limpieza. Te limpias por dentro, de corazón».
A su vez, este musulmán recuerda que es un mes dedicado al Corán y, por ese motivo, se debe procurar leer todo el libro sagrado.
Chahid decide abrir las puertas de su casa, en Picassent, para mostrar a SÍcómo celebra su familia la ruptura del ayuno. Para ello, además de su mujer y su hijo recién nacido, su hermana mayor y su esposo, así como varios de sus sobrinos, asisten a la celebración. Es domingo y el sol está poniéndose.
Esta vez la comida es típica marroquí. Platos como la Briwat, la Chabakiao los crepes esperan en la cocina a ser servidos. La ruptura del ayuno debe hacerse sobre las 20.10 horas. Cada día que pasa, las horas de sol se acortan y los horarios para la oración y la ruptura del ayuno varían.
La ruptura del ayuno va precedida por la duaa, una súplica a Dios para que éste acepte el sacrificio realizado durante el día de ayuno. Tras comer dátiles y leche, tal como se explica en el Corán, llega el momento de la oración. Todos muestran su alegría por vivir el mes del Ramadán.
Aseguran que les hará más fuertes. El objetivo, explica Latifa, la hermana mayor de Chahid, es comportarse bien. «Todos somos personas ante Dios», afirma.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Carol Díaz, Valencia, 25 septiembre / sisepuede-.
Los musulmanes del mundo entero celebran durante estos días el mes del Ramadán, uno de los cinco pilares sobre los que se sostiene el Islam. Durante los 30 días que dura, ningún fiel adulto, salvo excepciones, podrá comer durante las horas de sol.
Sin embargo, el Ramadán es mucho más que un ayuno. Es un acto de superación, de estrechar lazos con los demás y también consigo mismos. Los 30.000 musulmanes que se calcula que hay en la Comunidad Valenciana no son una excepción.
Varios platos con dátiles y vasos con leche están dispuestos sobre la mesa del comedor de María José.
Es casi la hora y algunos invitados rezagados suben a toda prisa las escaleras del edificio. Todos están pendientes del reloj.
Por fin, el reloj marca las 20.12 horas. El sol se ha puesto y todo está listo para que ella y sus invitados rompan el ayuno. Celebran el Ramadán.
Varios amigos, en su mayoría españoles convertidos al Islam, se han reunido para festejarlo.
A la ruptura del ayuno, le sigue la oración. Para eso, se concentran en un pequeño cuarto de la casa.
Tras finalizar el rezo, el cuarto del día, todos los invitados (dos valencianos, un murciano y un sirio afincado en Valencia) se sientan a comer. Sobre la mesa, tortilla de patatas, mejillones y ensalada. Y para beber, zumos, refrescos y agua. Se trata de una comida atípica, pero María José explica, con una gran sonrisa, que es la comida que sabe hacer.
La ruptura del ayuno se puede considerar una verdadera fiesta. Por eso, es muy importante el contacto con otros musulmanes, porque «así se afianza la fe», explica. «Muchos de nosotros (los españoles
conversos) estamos solos.Por eso nos reunimos entre nosotros», dice María José.
Tan sólo unas horas antes, en la mezquita de Valencia donde ella trabaja como secretaria del Consejo Islámico de Valencia, habla sobre el significado que tiene el Ramadán para los millones de musulmanes que profesan esta religión. El Ramadán es un mes sagrado, porque fue cuando fue revelado el Corán. Por este motivo, María José explica que es un periodo de recogimiento, de hacer buenas obras, estar en comunicación con los demás, un mes de no criticar, de paciencia… «Un mes que nos prepara para ser mejores», afirma.
«Psicológicamente, el Ramadán te hace más fuerte. La mente domina el cuerpo. Estamos acostumbrados a dejarnos llevar por nuestros instintos. La mal interpretada Jihad realmente significa esfuerzo. Y la verdadera Jihad es la lucha interna dentro de uno mismo. El más fuerte es el que se domina a sí mismo», aclara María José.
«Tienes que vivir en tus carnes lo que millones y millones de personas viven a diario. Personas mal nutridas, sin nada que llevarse a la boca. Es una muestra de empatía, por solidaridad con estas personas», dice.
Limpieza del corazón
A la conversación se ha añadido un pequeño grupo de personas. Opinan sobre el verdadero significado del Ramadán. Chahid, un joven de 27 años de origen marroquí, asegura que «el Ramadán no es simplemente el hecho de abstenerse de comer, beber o fumar. El Ramadán es un filtro de limpieza. Te limpias por dentro, de corazón».
A su vez, este musulmán recuerda que es un mes dedicado al Corán y, por ese motivo, se debe procurar leer todo el libro sagrado.
Chahid decide abrir las puertas de su casa, en Picassent, para mostrar a SÍcómo celebra su familia la ruptura del ayuno. Para ello, además de su mujer y su hijo recién nacido, su hermana mayor y su esposo, así como varios de sus sobrinos, asisten a la celebración. Es domingo y el sol está poniéndose.
Esta vez la comida es típica marroquí. Platos como la Briwat, la Chabakiao los crepes esperan en la cocina a ser servidos. La ruptura del ayuno debe hacerse sobre las 20.10 horas. Cada día que pasa, las horas de sol se acortan y los horarios para la oración y la ruptura del ayuno varían.
La ruptura del ayuno va precedida por la duaa, una súplica a Dios para que éste acepte el sacrificio realizado durante el día de ayuno. Tras comer dátiles y leche, tal como se explica en el Corán, llega el momento de la oración. Todos muestran su alegría por vivir el mes del Ramadán.
Aseguran que les hará más fuertes. El objetivo, explica Latifa, la hermana mayor de Chahid, es comportarse bien. «Todos somos personas ante Dios», afirma.
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