Los palestinos de Gaza celebran la fiesta de Eid al Fitr en un creciente aislamiento motivado por el cambio de régimen en Egipto y la destrucción de un 80 por ciento de los túneles por los que se abastecía de productos desde el Sinaí.
La cruda rutina de la franja, donde viven un millón y medio de palestinos, la mayoría en condiciones de pobreza, se exacerba durante fiestas como la que ha comenzado hoy en casi todo el mundo musulmán, y que pone fin al mes de ayuno del Ramadán.
"Los vendedores en Gaza experimentamos una severa reducción del negocio a lo largo del año. Esperamos la gran temporada del Eid, o el inicio del curso escolar para compensar nuestras pérdidas", refiere Ahmed Helmi, comerciante de una tienda de accesorios para mujeres del centro de Gaza capital.
De 26 años, Helmi trata de echar algo de optimismo al período de fiesta y espera, al menos, poder cubrir con él las pérdidas que ha acumulado desde que comenzó el año.
Y es que pese a que la situación económica no es boyante para la gran mayoría de los palestinos, el corazón de Gaza ha sido estos últimos días un hervidero de gentes, y la rutina se ha visto interrumpida por los atascos y la presencia en sus calles de gran cantidad de hombres, mujeres y niños con bolsas de regalos.
Ropa, calzado y juguetes para los más pequeños, o incluso harina y mantequilla para elaborar las tradicionales galletas del Eid, son elementos intrínsecos de una fiesta que comenzó la pasada noche cuando los guías espirituales confirmaron haber visto la luna del mes de Shawal, el décimo del calendario islámico.
La tradición prescribe el comienzo de la fiesta con el avistamiento de la luna nueva en cada lugar, pero la mayoría de países de esta confesión prefiere hacerlo de acuerdo con Arabia Saudí.
De tres días de duración, Eid al Fiter tiene sus propias tradiciones en la franja, como que los padres compren principalmente ropa y las mujeres cocinen platos ligeramente salados.
Un grupo de niños celebra la fiesta de Eid al Fiter que acaba con el mes de ayuno del Ramadán en el Estadio al-Yarmok, en Gaza (Palestina). Los palestinos de Gaza afrontan un mayor aislamiento motivado por el cambio de régimen en Egipto y la destrucción de un 80% de los túneles por los que se abastecía de productos desde el Sinaí. (Ali Ali / EFE)
Majed Mattar, de 48 años y padre de seis hijos, cree que independientemente de su situación económica, "los padres tienen que hacer lo que esté a su alcance para llevar algo que satisfaga a los hijos, incluso darles algo de dinero para que se puedan comprar juguetes".
Mattar solía trabajar para las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) antes de que los islamistas de Hamás se hicieran con el control del territorio en 2007, aunque él, así como el resto de antiguos funcionarios, aún cobra su sueldo. "Con la elevada tasa de pobreza y desempleo, no creo que Gaza pudiera sobrevivir sin nuestros salarios", añade.
De acuerdo con estadísticas internacionales y palestinas, la pobreza supera el 60 por ciento y el desempleo ronda el 35.
Los economistas atribuyen la grave situación económica, por un lado, a los efectos del bloqueo israelí, que impide la entrada de trabajadores a su territorio por motivos de seguridad y como sanción hacia un régimen que aún exhorta a la destrucción de Israel.
Por el otro, la división interna entre los propios palestinos, con un gobierno en Gaza y en otro en Cisjordania, no termina de crear las condiciones para un desarrollo sostenible.
A estos dos factores se ha sumado el último mes el derrocamiento del presidente islamista de Egipto, Mohamed Mursi, y la campaña militar en el Sinaí contra extremistas islámicos.
Un informe del Ejército egipcio apuntaba ayer, miércoles, que durante el mes de julio sus fuerzas destruyeron 102 túneles y unos 40 depósitos con 2,7 millones de litros de combustible de contrabando para la franja palestina.
Los túneles eran una de las vías de aprovisionamiento de la franja frente al bloqueo israelí, que aunque levantado parcialmente en 2010 aún impide en gran medida la libre entrada de materiales de doble uso civil y militar.
"La mayor parte de los túneles fueron destruidos en las dos ofensivas israelíes en Gaza de 2009 y 2012 y, más recientemente, por el Ejército egipcio, en particular tras el derrocamiento de Mursi", explica Omer Shaban, economista de un centro de análisis estratégicos con sede en la franja.
El ostracismo, advierte, "puede provocar el hundimiento de su economía y de la vida de la población en general, porque ya existe una severa escasez de combustible, productos básicos y materiales de construcción".
El movimiento islamista señala en un comunicado que la clausura del paso de Rafah, fronterizo con Egipto, y la destrucción de los túneles en la zona, ayudan "a la ocupación israelí a reforzar el bloqueo y destruir la economía", y augura que "la franja pronto afrontará una verdadera crisis humana".
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