HTAN KONE(BIRMANIA),26/08/2013,(Reuters/EP)
Las fuerzas de seguridad birmanas han restaurado el orden en la localidad de Htan Kone, ubicada en la región de Sagaing (norte), después de que un millar de budistas atacara viviendas y tiendas musulmanas, en el último episodio de violencia religiosa en el país asiático. El pasado sábado, alrededor de 1.000 budistas, pertrechados con armas blancas y palos, asaltaron Htan Kone y prendieron fuego a una veintena de viviendas y tiendas musulmanas, según han informado varios testigos y el Gobierno a través de un comunicado.
Según la versión del Ministerio de Información, el asalto a Htan Kone se produjo en respuesta al supuesto intento de violación de una mujer budista por parte de un hombre musulmán. Sin embargo, otras fuentes apuntan a que se trató de una simple discusión. Como en otras ocasiones, cuando el supuesto violador fue detenido, más de un centenar de personas se concentraron alrededor de la comisaría de Policía en la que estaba para que los agentes les permitieran ajusticiarlo.
Ante la negativa de las fuerzas de seguridad, los manifestantes recorrieron toda la localidad y atacaron los inmuebles regentados por la comunidad musulmana. También cargaron contra los efectivos que trataron de impedírselo. En este contexto, la Policía, apoyada por soldados, tuvo que realizar varios disparos al aire para calmar a la multitud e imponer el orden público en Htan Kone. "Con eso los budistas se fueron", ha dicho Saya Soe, una residente musulmana de 32 años de edad.
El sargento de la Policía Win Nyi ha indicado a la agencia de noticias Reuters que en total doce personas han sido detenidas por el ataque a la comunidad musulmana de Htan Kone. Los enfrentamientos entre las comunidades musulmana y budista en Birmania se reanudaron el año pasado en el estado de Rajine, en el norte, pero pronto se extendieron a otras ciudades, como Lashio, también en el norte, y Meiktila, en el centro.
Desde entonces, unas 200 personas han muerto y 140.000 --sobre todo musulmanas-- se han visto obligadas a abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos entre los dos grupos religiosos. Además, decenas de templos religiosos han sido destruidos. Birmania, cuya población es mayoritariamente budista, no reconoce a los musulmanes 'rohingya' como una de sus 135 minorías étnicas, sino que sostiene que son inmigrantes bangladeshíes que entraron en el país de forma ilegal, por lo que --argumenta-- no merecen la ciudadanía.
La comunidad internacional ha instado al Gobierno de Thein Sein a abordar la marginalización de los 'rohingya', en el marco del proceso de reformas políticas y económicas que emprendió en marzo de 2011, cuando asumió el poder tras décadas de Junta Militar.
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