El periodista norteamericano Christopher Caldwell, experto en la penetración de la política y la cultura del Islam en Europa, ha afirmado que "no es posible vivir en muchas culturas al mismo tiempo", en alusión al creciente fenómeno del multiculturalismo propiciado por las corrientes migratorias.
"No creo que sea posible siempre vivir en muchas culturas al mismo tiempo. Una cultura no es como un restaurante. Una cultura está conformada por una serie de normas, de creencias", dijo Caldwell en una entrevista concedida hoy a Efe con ocasión de la presentación de su libro "La revolución europea. Cómo el Islam ha cambiado el Viejo Continente" (Debate).
Asimismo, Caldwell, columnista del diario "Financial Times" y colaborador del "New York Times", destaca que la inmigración ha enriquecido a Europa. "Por supuesto que lo ha hecho, sin duda económicamente. Y era necesario, por lo menos en sus comienzos".
Y en el ámbito de la inmigración musulmana, Caldwell considera que "también está enriqueciendo a los países desde el punto de vista religioso porque se ha producido una especie de revivir religioso".
"Independientemente de los problemas que haya aportado el Islam a Occidente", ha hecho que los occidentales "piensen más profundamente en las cuestiones religiosas y ello es positivo porque mueve religiosamente a los occidentales, no tanto en un sentido teocrático, sino espiritual, cultural, y eso es positivo", manifestó.
Caldwell, quien desde hace más de diez años está investigando sobre la política y la cultura del Islam en Europa, afirmó que "el problema está en otro lugar. El Islam cuestiona o pone en tela de juicio la libertad religiosa tradicional que ha existido durante mucho tiempo en Europa".
"El Islam parece que reta todo eso, lo cuestiona. Debemos recordar que el derecho a la libertad religiosa es un derecho a la práctica religiosa, y cuando ese derecho entra en conflicto con lo que los europeos consideran sus valores, los europeos tienen que elegir", destacó.
"La ley francesa que prohíbe el uso del velo en las escuelas es legítima desde la práctica constitucional francesa, pero personalmente creo que es un poco hipócrita", afirmó Caldwell.
"En Francia todo el mundo percibía que el problema era el uso del velo islámico, ahora bien, ¿qué hicieron los políticos franceses? Pues presentar el problema como algo universal, como si se tratara de la cuestión de los símbolos religiosos frente a la laicidad", comentó.
"De este modo -prosiguió- para prohibir el velo, prohibieron también la cruz y la "kippá" y así quitaron derechos a los ciudadanos de los que llevaban disfrutando muchísimo tiempo", subrayó.
Caldwell sostiene que "el multiculturalismo existe en el ámbito del ocio, pero no puede existir en la base de las decisiones políticas importantes porque si la gente no entiende la cultura en la que funciona, entonces no tienen poder. Si no existe un punto fijo no se puede mover nada".
Sin embargo, "muchas de las cuestiones que abarca el multiculturalismo no tienen en cuenta los aspectos esenciales para organizar la sociedad", afirmó.
"Uno puede tener multiculturalismo en un ámbito de ocio, de turismo. Yo puedo ir a Guatemala la semana que viene y a la siguiente puedo ir al Tíbet, pero eso no me convierte en alguien multicultural", dijo el periodista norteamericano.
En este sentido, Caldwell subraya que "el multiculturalismo no puede existir en la base de las decisiones políticas importantes porque si la gente no entiende la cultura en la que funciona, entonces no tienen poder. Si no existe un punto fijo no se puede mover nada".
"Los intelectuales que ven la inmigración como un hecho positivo tal cual son miembros de una elite y para ellos la inmigración significa que hay una gran variedad de restaurantes, y que disponen de niñeras y jardineros y eso también significa emoción", dijo Caldwell.
"Por eso -subrayó- creo que el multiculturalismo hace que la gente que no forma parte de las elites tenga la sensación de ser unos desposeídos en su propio país".
A juicio de Caldwell, la inmigración masiva y concentrada en ciertos barrios de las grandes ciudades europeas produce "una gran variedad cultural" pero, recalca, "uno de los grandes problemas políticos que presenta es que afecta a las distintas clases sociales de forma diferente".
Sin embargo, comenta, "cuando los barrios se transforman en tal sentido, la gente que históricamente los habitaba pierde los elementos que tenían para hacer que la sociedad escuche su voz".
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
"No creo que sea posible siempre vivir en muchas culturas al mismo tiempo. Una cultura no es como un restaurante. Una cultura está conformada por una serie de normas, de creencias", dijo Caldwell en una entrevista concedida hoy a Efe con ocasión de la presentación de su libro "La revolución europea. Cómo el Islam ha cambiado el Viejo Continente" (Debate).
Asimismo, Caldwell, columnista del diario "Financial Times" y colaborador del "New York Times", destaca que la inmigración ha enriquecido a Europa. "Por supuesto que lo ha hecho, sin duda económicamente. Y era necesario, por lo menos en sus comienzos".
Y en el ámbito de la inmigración musulmana, Caldwell considera que "también está enriqueciendo a los países desde el punto de vista religioso porque se ha producido una especie de revivir religioso".
"Independientemente de los problemas que haya aportado el Islam a Occidente", ha hecho que los occidentales "piensen más profundamente en las cuestiones religiosas y ello es positivo porque mueve religiosamente a los occidentales, no tanto en un sentido teocrático, sino espiritual, cultural, y eso es positivo", manifestó.
Caldwell, quien desde hace más de diez años está investigando sobre la política y la cultura del Islam en Europa, afirmó que "el problema está en otro lugar. El Islam cuestiona o pone en tela de juicio la libertad religiosa tradicional que ha existido durante mucho tiempo en Europa".
"El Islam parece que reta todo eso, lo cuestiona. Debemos recordar que el derecho a la libertad religiosa es un derecho a la práctica religiosa, y cuando ese derecho entra en conflicto con lo que los europeos consideran sus valores, los europeos tienen que elegir", destacó.
"La ley francesa que prohíbe el uso del velo en las escuelas es legítima desde la práctica constitucional francesa, pero personalmente creo que es un poco hipócrita", afirmó Caldwell.
"En Francia todo el mundo percibía que el problema era el uso del velo islámico, ahora bien, ¿qué hicieron los políticos franceses? Pues presentar el problema como algo universal, como si se tratara de la cuestión de los símbolos religiosos frente a la laicidad", comentó.
"De este modo -prosiguió- para prohibir el velo, prohibieron también la cruz y la "kippá" y así quitaron derechos a los ciudadanos de los que llevaban disfrutando muchísimo tiempo", subrayó.
Caldwell sostiene que "el multiculturalismo existe en el ámbito del ocio, pero no puede existir en la base de las decisiones políticas importantes porque si la gente no entiende la cultura en la que funciona, entonces no tienen poder. Si no existe un punto fijo no se puede mover nada".
Sin embargo, "muchas de las cuestiones que abarca el multiculturalismo no tienen en cuenta los aspectos esenciales para organizar la sociedad", afirmó.
"Uno puede tener multiculturalismo en un ámbito de ocio, de turismo. Yo puedo ir a Guatemala la semana que viene y a la siguiente puedo ir al Tíbet, pero eso no me convierte en alguien multicultural", dijo el periodista norteamericano.
En este sentido, Caldwell subraya que "el multiculturalismo no puede existir en la base de las decisiones políticas importantes porque si la gente no entiende la cultura en la que funciona, entonces no tienen poder. Si no existe un punto fijo no se puede mover nada".
"Los intelectuales que ven la inmigración como un hecho positivo tal cual son miembros de una elite y para ellos la inmigración significa que hay una gran variedad de restaurantes, y que disponen de niñeras y jardineros y eso también significa emoción", dijo Caldwell.
"Por eso -subrayó- creo que el multiculturalismo hace que la gente que no forma parte de las elites tenga la sensación de ser unos desposeídos en su propio país".
A juicio de Caldwell, la inmigración masiva y concentrada en ciertos barrios de las grandes ciudades europeas produce "una gran variedad cultural" pero, recalca, "uno de los grandes problemas políticos que presenta es que afecta a las distintas clases sociales de forma diferente".
Sin embargo, comenta, "cuando los barrios se transforman en tal sentido, la gente que históricamente los habitaba pierde los elementos que tenían para hacer que la sociedad escuche su voz".
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