Castillo de Turégano. / A. DE TORRE
El proyecto prevé la mejora de la accesibilidad y de las dotaciones para adaptar el monumento a las visitas turísticas
La Comisión Territorial de Patrimonio autorizó ayer el proyecto promovido por el Ayuntamiento de Turégano para la rehabilitación de la iglesia-castillo de la localidad. El acuerdo considera «correctos» los criterios generales de la intervención, pero establece una serie de «prescripciones» que deberán subsanarse y requiere más información sobre algunos aspectos relevantes de la propuesta que se plantea. El proyecto autorizado prevé cinco puntos de actuación: dotaciones y accesibilidad, puesta en valor del conjunto arquitectónico, dotación de un módulo de acceso e información, organización de recorridos por el monumento y mejoras en las instalaciones.
Entre las numerosas intervenciones a llevar a cabo, se va a realizar la restauración de paramentos y revocos de la iglesia y la nivelación y relleno de zonas del pavimento en su entorno. La actuación en el templo incluye un estudio de las policromías interiores que desvela que a lo largo del tiempo se han aplicado hasta cinco capas de pintura y se propone la retirada de la última capa, monocromática y en muy mal estado, para conservar la cuarta capa pictórica realizada con mejor técnica y de mejor calidad. También se acometerá la consolidación del adarve del castillo en su conjunto y la colocación de barandillas de seguridad en algunos puntos, además de la recuperación de almenas del parapeto exterior y otras reposiciones volumétricas con piedras caídas en el recinto de las que se va a hacer acopio.
En lo que pudo ser el patio de armas, se prevé la instalación del módulo de información y acceso, utilizando materiales de envejecimiento rápido, como la madera de alerce, que permitan que en poco tiempo este módulo adquiera un aspecto más antiguo que contribuya a su mejor integración en el entorno.
El origen del castillo de Turégano se remonta a la época celta, fue habitado después por romanos y convertido en fortaleza en época musulmana. Se reconstruyó en el siglo XV convirtiéndose en casa-fuerte de los obispos segovianos señores de esta villa, quienes aprovecharon la primitiva capilla de San Miguel del siglo XII, ensanchándola a costa del patio de armas de la fortaleza. Esta obra otorgó al castillo su fisonomía actual y lo convirtió en un monumento singular por la fusión fortaleza-iglesia.
La iglesia románica de San Miguel tiene planta rectangular con torres cilíndricas con barbacanas y almenas y un robusto y gran torreón cuadrangular y torres de menor altura adosadas a los lados. En el interior tiene tres naves separadas por pilares con columnas adosadas en los frentes.
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