ovejas en la provincia de Valladolid. Foto: Agronews Castilla y León
En el presente trabajo se analizará el consumo de carne en Argelia, teniendo en cuenta para ello tanto el sector de los animales vivos que son aquellos que se encuentran bajo el código arancelario 01, como el sector de los productos cárnicos sin procesar englobados dentro del código arancelario 02.
Teniendo en cuenta la condición de país musulmán de Argelia, el cerdo no forma parte de las posibilidades de negocio en este mercado. En lo referente al resto de especies, el gobierno pretende fomentar el autoabastecimiento frente a las importaciones, con el objetivo de reducir lo más posible su dependencia del exterior.
La producción nacional de carne en Argelia es menor que la demanda. El aumento de la población y la falta de tradición ganadera durante la época negra produjo que el país viera reducida su cabaña ganadera. En el ejercicio 2017 se produjeron 544.000 toneladas de carne roja, lo cual no fue suficiente, haciéndoles dependientes de la importación en un 30%. Por su lado la producción de carne blanca aumentó desde 2009 en un 153%. La exportación, sin embargo, es anecdótica y apenas representativa.
La importación, al tratarse de un país musulmán, ha de contar con un certificado “halal” que clasifique el producto como apto para el consumo de musulmanes. Los principales proveedores de productos cárnicos son India, España y Brasil, y se basa principalmente en productos de bovinos.
Lo mismo ocurre con la importación de animales vivos, en la que la mayoría de las importaciones se trata de ganado bovino, procedentes principalmente de Francia, España y Alemania.
Cabe destacar, que las importaciones de ovino y caprinos tienen unas características particulares.
La importación del ganado ovino se encuentra prohibida salvo excepciones puntuales hechas por las autoridades para garantizar el suministro en ciertas festividades religiosas. En el caso del ganado caprino, se queda a la espera de las negociones entre los Ministerios de Agricultura español y argelino para la firma de la derogación sanitaria que permita retomar la importación desde España.
La demanda de productos cárnicos del país es creciente. Con una población de 42 millones de personas, de las cuales el 45% es menos de 25 años, y con una tasa de crecimiento poblacional del 1,9% se espera que la población, y por tanto la demanda de productos alimentarios, se mantenga en aumento continuado.
En lo referente al consumo de carne roja, la población argelina consume 18kg anuales, 7 kg menos e lo recomendado por la OMS, por lo que se puede seguir esperando el aumento de estas cifras.
Por otro lado, el consumo de carne blanca ha aumento en los últimos 20 años en 10kg, situándose en los 20kg por habitante al año. Hay que señalar la fuerte estacionalidad de este consumo, ya que en el mes del Ramadán, la ruptura del ayuno se acompaña de platos ricos en carnes, disparando así el consumo de la misma.
En cuanto a los precios, sería relevante destacar que los productos cárnicos de producción local tienen un mayor precio, que aquellos importados. Esto es debido a los elevados costes de producción y a la escasez de estos, lo que sitúa al producto importado en una situación de ventaja.
En concreto sería el bovino local el que contaría con un margen de beneficios mayor, seguido de la carne fresca importada, muy por delante de la carne de ovino local, lo cual sitúa a la carne de ovino importada en una situación de ventaja frente a la local.
El producto español en general es considerado un bien de calidad en Argelia, junto con los productos procedentes de países europeos como Italia, Francia o Alemania. Las marcas españolas presentes en el mercado cuentan con una buena percepción por parte del consumidor argelino, que las considera, en algunas ocasiones, de mayor calidad que el producto local. La importación de cerca de 54 millones de dólares de productos cárnicos y 31 de animales vivos, España se sitúan como el segundo proveedor de Argelia en ambos, demostrando la confianza del mercado argelino en la producción española.
La forma de distribución más común para entrar en el mercado argelino es a través de la figura del importador/distribuidor, debido al papel multifuncional de éste en el mercado argelino. Son los mayoristas los que se encuentran en contacto con los importadores o distribuidores, y después ponen a disposición del minorista los productos.
El acceso al mercado argelino es complicado y está en constante cambio. Los productos cárnicos, salvo los de origen bovino, en este caso se encuentran doblemente gravados debido a la implantación de unas medidas de adicionales de salvaguarda, llamados DAPS. Sin embargo, los animales vivos no se encuentran gravados, ya que el gobierno espera fomentar la importación de estos para su transformación en el suelo nacional.
Las únicas formas de pago aceptadas en Argelia son los créditos documentarios, las remesas documentarias y las transferencias. Las que más garantías de cobro ofrecen son los créditos documentarios, mientras que las transferencias se recomiendan únicamente para los casos de relación matriz filial.
Las perspectivas del sector hacen pensar que evolucionará hacia la producción nacional, disminuyendo las importaciones de carne y aumentando la de animales vivos. Este cambio aún deberá esperar hasta que la capacidad de sacrificio aumente para poder hacer frente a la demanda de carne interna. El gobierno apuesta por esta opción, que se aprecia en la adjudicación de terrenos con este fin y en la ausencia de Derechos de Salvaguarda para la importación de animales vivos como si lo tiene la carne.
Para las empresas españolas la obsolescencia de la tecnología tanto de las explotaciones como de los mataderos supone una oportunidad de negocio. La falta de conocimiento de las nuevas tecnologías empuja a muchas empresas argelinas a buscar partenariados con empresas españolas del sector que tengan el conocimiento y la experiencia necesarias para iniciarse en nuevos modelos productivos.
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