Plaza central de Pozokoetxe (J.J.)
La comunidad musulmana tiene luz verde para abrir el templo en la calle Zuia Ibarra
La asociación de vecinos recibe quejas de la ciudadanía pero está "en compás de espera" hasta ver si da problemas
La apertura de la primera mezquita de Basauri en Pozokoetxe se ha convertido estos últimos meses en tema de conversación en bares y tiendas de este populoso barrio en el que según cuentan sus vecinos, "normalmente no pasa nada". El futuro templo islámico se abrirá en el antiguo gimnasio que aún conserva el letrero en la calle Zuia Ibarra. Esta pequeña vía luce actualmente sin comercio, con las lonjas vacías y sin actividad a excepción de un taller que mantiene el tipo a pesar de la crisis. La llegada de los fieles a rezar supondrá toda una novedad que los vecinos no saben si calificarla de positiva o negativa.
La mayoría de los ciudadanos preguntados recela del futuro templo. "No sabemos qué repercusión tendrá. Si meterán ruido por la noche o si, por el contrario, no molestan a nadie", señala Mari Carmen, una vecina cuyo balcón tiene vistas inmejorables sobre el futuro templo. Aunque reconoce que "en esta calle una mezquita no pega", esperará a que entre en funcionamiento para sacar conclusiones. Más contundente se muestra Feli, otra de las residentes en el portal de enfrente del antiguo gimnasio. "No me parece bien que habrán una mezquita en una calle con viviendas. Tendrían que ponerla fuera, en un polígono industrial o en las afueras, por lo menos", dice, temerosa de su seguridad y la de su familia "en días oscuros p o por la noche", mantiene.
Como Feli, son muchos los vecinos que a los que no ha agradado la idea de convivir con un templo del Islam. Muchos de ellos coinciden en que su postura sería igual de contraria si en vez de una mezquita fueran a abrir "una iglesia de otro tipo, de las que cantan o cualquier otra. Una lonja no es lugar para ponerla", sentencia Leire, vecina de Pozokoetxe que habitualmente recorrer Zuia Ibarra para ir al autobús. Muchas de estas quejas han sido trasladadas a la asociación de vecinos del barrio que se ha hecho eco de ellas. Ante las quejas, este colectivo está "a la expectativa". "Por perjuicios no podemos actuar y posicionarnos en contra. Estamos en compás de espera", explica el portavoz de la asociación, Pedro Pérez de Mendiola.
No obstante, si cuando se estrene la mezquita el barrio se encuentra con problemas "de aparcamiento, de convivencia, de ruidos..." en la asociación "volveremos a plantear el asunto". También "sería bueno organizar una reunión con ellos y los vecinos para hablar", propone.
Según el portavoz el local alquilado "no tiene capacidad para más de treinta personas" por lo que no será una marea de fieles los que acudan. "Vendrán seguramente los viernes a la tarde", considera. Los vecinos apuntan que hasta el día 1 de enero han visto albañiles adecentando el local aunque "desde entonces no hemos visto más obras", admiten.
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