Turquía se ha transformado en el nuevo país modelo para los millones de musulmanes que hoy día luchan por su libertad.
En su calidad de democracia con un toque islámico, Turquía podría funcionar de puente entre Europa y el mundo árabe. Sin embargo, las “mentes estrechas” de los líderes de la Unión Europea no quieren que la nación turca se les una.
La democracia no se puede encargar de una tienda occidental, opina la política más joven de Turquía, Pinar Akyasan. “No se puede comprar en Europa o América. La debemos alcanzar por cuenta propia, y eso es lo que millones de jóvenes musulmanes están haciendo en el Magreb y en Oriente Medio”.
Escribiendo historia
En una terraza en la plaza Taksim de Estambul, la menuda veinteañera coloca su Ipad sobre la mesa y abre los sitios web de varias emisoras árabes. No quiere perderse los últimos acontecimientos mientras concede la entrevista. “En este momento, se está escribiendo historia en la región. La juventud expulsa a los dictadores. Y créame: ¡lo lograrán!” Como vicepresidenta de la sección juvenil del oficialista partido AK del primer ministro Recep Erdogán, Akyasan mantiene contactos con jóvenes políticos de países árabes. “Quieren aprender de la forma en que nos hemos organizado en Turquía, tanto en las calles como en las universidades.”
Turquía es en la actualidad un país guía para los millones de musulmanes que luchan por su libertad. “El modelo turco, democracia para musulmanes, es el ejemplo a seguir”, afirma Cengiz Aktar, profesor de Estudios Europeos en la Universidad Bahcesehir en Estambul. Lo que logran los turcos, también pueden hacerlo los demás, es según Aktar la idea: “Turquía es una muestra de que la democracia y la modernización pueden combinarse con el Islam.”
Telenovelas turcas
Millones de árabes miran fascinados las inmensamente populares telenovelas turcas, en las que se muestra un moderno estilo de vida de los musulmanes. El último episodio de la novela Gümüs fue visto por 85 millones de telespectadores árabes. “El número de divorcios en Arabia Saudita aumenta en forma proporcional a la popularidad de nuestras telenovelas”, dice el profesor Ayhan Kaya, director del Instituto Europeo de la Universidad de Bilgi. “Las novelas tienen un efecto emancipador. Las mujeres musulmanas se dan cuenta de que hay alternativas a su situación.”
La influencia política y económica de Turquía en la región continúa en aumento. El país se ha transformado en la 16ª economía mundial. En esta posición, Turquía, que es candidata para ingresar en la Unión Europea, puede funcionar como puente entre Europa y el mundo árabe. Así lo opinan intelectuales turcos. Sin embargo, Europa no parece querer comprometerse. Principalmente Alemania y Francia se resisten. Y en Holanda, el Partido de la Libertad del populista Geert Wilders rechaza de plano la posibilidad, porque Turquía es un país islámico.
En los ojos del profesor Aktar, esto denota una actitud poco visionaria. “En su mediocridad, los políticos europeos no comprenden el impacto del modelo turco en los actuales acontecimientos de los países árabes.”
A la espera
Hace ya décadas que la Unión Europea tiene a Turquía en la espera, debido a delicadas cuestiones como el trato a la minoría kurda, el conflicto con Grecia sobre Chipre y los intentos de limitar la libertad de expresión. “Quien critique al gobierno en Turquía corre peligro”, afirma un manifestante, quien junto a una treintena de periodistas protesta por el arresto de varios colegas. A los periodistas se les acusa de colaborar en un eventual golpe de Estado.
La oposición considera que estas detenciones son un indicativo de las inclinaciones fundamentalistas del Gobierno de Erdogán. “Pero mejor verlo como dolores de crecimiento de un país en transición”, escribe el influyente columnista Yavuz Baydar. A pesar de todas las carencias, Turquía sigue siendo una democracia. “Por tal razón, los musulmanes en otros países miran con admiración a la nueva Turquía”.
Según Yavuz Baydar, Europa jamás logrará comprender lo que está ocurriendo en el mundo árabe sin la asistencia de Turquía. “Tenemos muchos conocimientos de la cultura en esos países. Por ello, es en el interés de Europa tener un socio tan fuerte como Turquía en una región que de momento sigue siendo inestable.”
Islamofobia
En el café en el centro de Estambul, la joven política Akyasan consulta con una mano su correo electrónico, y con la otra golpea la mesa para reforzar sus argumentos. “Por supuesto que los jóvenes árabes nos ven como ejemplo.” Con Europa las posibilidades van disminuyendo, debido a la creciente islamofobia en países como Holanda, Dinamarca y Francia. “Pero sí sienten afinidad con nosotros, los turcos. Compartimos la misma cultura.”
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
En su calidad de democracia con un toque islámico, Turquía podría funcionar de puente entre Europa y el mundo árabe. Sin embargo, las “mentes estrechas” de los líderes de la Unión Europea no quieren que la nación turca se les una.
La democracia no se puede encargar de una tienda occidental, opina la política más joven de Turquía, Pinar Akyasan. “No se puede comprar en Europa o América. La debemos alcanzar por cuenta propia, y eso es lo que millones de jóvenes musulmanes están haciendo en el Magreb y en Oriente Medio”.
Escribiendo historia
En una terraza en la plaza Taksim de Estambul, la menuda veinteañera coloca su Ipad sobre la mesa y abre los sitios web de varias emisoras árabes. No quiere perderse los últimos acontecimientos mientras concede la entrevista. “En este momento, se está escribiendo historia en la región. La juventud expulsa a los dictadores. Y créame: ¡lo lograrán!” Como vicepresidenta de la sección juvenil del oficialista partido AK del primer ministro Recep Erdogán, Akyasan mantiene contactos con jóvenes políticos de países árabes. “Quieren aprender de la forma en que nos hemos organizado en Turquía, tanto en las calles como en las universidades.”
Turquía es en la actualidad un país guía para los millones de musulmanes que luchan por su libertad. “El modelo turco, democracia para musulmanes, es el ejemplo a seguir”, afirma Cengiz Aktar, profesor de Estudios Europeos en la Universidad Bahcesehir en Estambul. Lo que logran los turcos, también pueden hacerlo los demás, es según Aktar la idea: “Turquía es una muestra de que la democracia y la modernización pueden combinarse con el Islam.”
Telenovelas turcas
Millones de árabes miran fascinados las inmensamente populares telenovelas turcas, en las que se muestra un moderno estilo de vida de los musulmanes. El último episodio de la novela Gümüs fue visto por 85 millones de telespectadores árabes. “El número de divorcios en Arabia Saudita aumenta en forma proporcional a la popularidad de nuestras telenovelas”, dice el profesor Ayhan Kaya, director del Instituto Europeo de la Universidad de Bilgi. “Las novelas tienen un efecto emancipador. Las mujeres musulmanas se dan cuenta de que hay alternativas a su situación.”
La influencia política y económica de Turquía en la región continúa en aumento. El país se ha transformado en la 16ª economía mundial. En esta posición, Turquía, que es candidata para ingresar en la Unión Europea, puede funcionar como puente entre Europa y el mundo árabe. Así lo opinan intelectuales turcos. Sin embargo, Europa no parece querer comprometerse. Principalmente Alemania y Francia se resisten. Y en Holanda, el Partido de la Libertad del populista Geert Wilders rechaza de plano la posibilidad, porque Turquía es un país islámico.
En los ojos del profesor Aktar, esto denota una actitud poco visionaria. “En su mediocridad, los políticos europeos no comprenden el impacto del modelo turco en los actuales acontecimientos de los países árabes.”
A la espera
Hace ya décadas que la Unión Europea tiene a Turquía en la espera, debido a delicadas cuestiones como el trato a la minoría kurda, el conflicto con Grecia sobre Chipre y los intentos de limitar la libertad de expresión. “Quien critique al gobierno en Turquía corre peligro”, afirma un manifestante, quien junto a una treintena de periodistas protesta por el arresto de varios colegas. A los periodistas se les acusa de colaborar en un eventual golpe de Estado.
La oposición considera que estas detenciones son un indicativo de las inclinaciones fundamentalistas del Gobierno de Erdogán. “Pero mejor verlo como dolores de crecimiento de un país en transición”, escribe el influyente columnista Yavuz Baydar. A pesar de todas las carencias, Turquía sigue siendo una democracia. “Por tal razón, los musulmanes en otros países miran con admiración a la nueva Turquía”.
Según Yavuz Baydar, Europa jamás logrará comprender lo que está ocurriendo en el mundo árabe sin la asistencia de Turquía. “Tenemos muchos conocimientos de la cultura en esos países. Por ello, es en el interés de Europa tener un socio tan fuerte como Turquía en una región que de momento sigue siendo inestable.”
Islamofobia
En el café en el centro de Estambul, la joven política Akyasan consulta con una mano su correo electrónico, y con la otra golpea la mesa para reforzar sus argumentos. “Por supuesto que los jóvenes árabes nos ven como ejemplo.” Con Europa las posibilidades van disminuyendo, debido a la creciente islamofobia en países como Holanda, Dinamarca y Francia. “Pero sí sienten afinidad con nosotros, los turcos. Compartimos la misma cultura.”
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