Después de un mes de ayuno desde el alba hasta que el sol se pone, es decir, durante todas las horas de sol, y rezos diarios, unos 11.000 musulmanes se reunieron ayer en distintos puntos de los Camps Elisis para realizar los últimos cuatro rezos del Ramadán de este año. Precisamente, la fiesta que marca el fin del Ramadán, la Eid al-Fitr, se puede llegar a prolongar a lo largo de un par de días dependiendo de la localidad. En esta fiesta los dulces son los protagonistas indiscutibles. Es tradicional que durante estos días los niños y niñas reciban regalos, gratificaciones y dulces.
La comunidad islámica de Lleida ayer se dispersó en tres lugares dentro de los Camps Elisis, cedidos por el Ayuntamiento de Lleida, para sus rezos.
Los fieles liderados por el imán Abdelwahab Houzi realizaron sus oraciones en el lugar donde ya han estado todo el mes del Ramadán, cerca de la calle Victoriano Muñoz. Por otro lado, los miembros de la comunidad Aloumma lo hicieron en el pabellón 3 de la Fira Lleida y por su parte, los fieles del templo situado en la calle Clavell rezaron en el pabellón Antorxa.
Vestidos elegantes y con sus mejores trajes, los musulmanes leridanos acudieron ayer masivamente a los cuatro últimos rezos del Ramadán. En estas oraciones, como señala la tradición, pidieron perdón por sus pecados cometidos durante el año y abrazaron a los familiares y amigos más queridos como muestra de amor, paz y perdón.
Durante la celebración de la Eid al-Fitr, también conocida como la Fiesta de la Interrupción del Ayuno, los fieles se reunieron alrededor de la mesa con sus familiares más queridos para festejar juntos el final del Ramadán. Estas comidas están caracterizadas por contener alimentos de primera calidad y, además, pretenden transmitir la alegría que sienten los musulmanes por haber cumplido el Ramadán y ser merecedores de la Eid-Al Fitr. Esta festividad precede a la tradicional Fiesta del Cordero, que este año tendrá lugar hacia finales de octubre.
Durante esta fiesta, también conocida como la fiesta grande (Aid-al Kebir) o la fiesta del sacrificio (Aid al-Adha), cada familia musulmana que disponga de los recursos necesarios sacrificará un cordero. Se caracteriza por ser una velada de hermanamiento y perdón.
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