Mérida,08 julio 2019,hoy.es
Imagen de archivo de la mezquita de Badajoz. / HOY
La histórica reivindicación de la comunidad musulmana de permitir el enterramiento por el rito islámico en Extremadura ya puede convertirse en una realidad gracias al protocolo firmado por la Junta y la Unión de Comunidades Islámicas, con la salvedad de que el cuerpo se depositará obligatoriamente en un ataúd, cuyo interior, no obstante, puede ser rellenado con tierra.
Corresponde ahora a los ayuntamientos, que tienen la competencia propia de los cementerios y actividades funerarias, facilitar el espacio para la práctica de esta inhumación de acuerdo a la normativa en materia de enterramiento y de policía sanitaria mortuoria. Esto será posible merced al protocolo suscrito por el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, el director gerente del Servicio Extremeño de Salud (SES), Ceciliano Franco, y el delegado de la Comisión Islámica de España en Extremadura, Adel Najjar.
«Es un paso importante para conseguir un derecho legítimo que reclamamos hace 20 años en Extremadura», subraya Adel Najjar, quien se congratula de este acuerdo que posibilita «normalizar» la vida del colectivo: «nosotros no pedimos privilegios, pedimos igualdad».
Los ayuntamientos, y especialmente el de Badajoz, reclamaban la normativa sanitaria por parte de la Junta para poder habilitar estos espacios dentro de los cementerios municipales y ahora ya tienen «la hoja de ruta». Ya «no hay excusas ni obstáculo legal» que impida «respetar el pluralismo de la sociedad», incide el representante de las 20 comunidades musulmanas que hay en Extremadura, cuya intención «no es crear 20 parcelas» en los distintos cementerios. En concreto, se pondrán en contacto con los alcaldes de aquellos municipios con un porcentaje elevado de población musulmana, para que acuerden la localidad en cuyo cementerio se habiliten estas parcelas. Como ejemplos, menciona las ciudades de Badajoz y de Navalmoral de la Mata, zona esta última en la que hay «13 comunidades musulmanas» asentadas en los municipios de Saucedilla, Jaraíz de la Vera o Talayuela.
«Los musulmanes somos de Extremadura, vivimos aquí, nuestros hijos han nacido aquí y queremos poder enterrar cerca a nuestros familiares fallecidos como el resto de extremeños», incide el también imán de la mezquita de Badajoz.
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