Cientos de refugiados protestaron hoy ante el Parlamento australiano para denunciar la incertidumbre que afrontan luego de que Australia sustituyera las visas de protección permanente por otras temporales. Los manifestantes entregaron una petición al legislativo donde solicitan un acuerdo bipartidista para poner fin al tratamiento 'áspero e inhumano' de las personas que buscan protección en territorio australiano.
Entre los participantes en la protesta estaban personas originarias de Irak, Irán, Sri Lanka, Sudán y Somalia, así como musulmanes de la etnia rohingyá de Myanmar, reporta la cadena local ABC.
Muchos poseen visas válidas por hasta cinco años bajo la condición de vivir fuera de las grandes ciudades, una medida introducida por el gobierno conservador electo en 2013 para quienes llegan al país por mar.
A diferencia de ellos, aquellos que llegan por otras vías tienen acceso a visas de protección permanente. A la incertidumbre por la falta de documentación, se suma la situación en los centros de detención para inmigrantes ubicados en Nauru, isla perteneciente al estado de Micronesia, y a Manus, el quinto islote más grande de Papúa Nueva Guinea.
La existencia de estos centros, calificados como cárceles al aire libre, ha hecho que la ONU critique en repetidas ocasiones la medida defendida por Australia como una forma de prevenir la trata de personas y salvar vidas en el mar.
Bajo la excusa de que no se sabe qué tipo de personas podrían llegar al país, el gobierno australiano liderado por el primer ministro Scott Morrison planea derogar determinados beneficios para los solicitantes de asilo como el traslado para recibir atención médica.
Morrison, que fungía como ministro de Inmigración, dirigió en 2013 la Operación Fronteras Soberanas, un conjunto de polémicas medidas contra la inmigración ilegal y la llegada de refugiados al país que le valieron el apoyo de los sectores más conservadores.
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