El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Geng Shuang, ha instado este sábado a Estados Unidos a respetar los hechos, dejar de lado los prejuicios y a no interferir en los asuntos internos del país asiático utilizando como excusa la política religiosa, según ha informado la agencia de noticias china Xinhua.
Por su parte, el diario ‘People’s Daily’, uno de los principales periódicos estatales y portavoz del Partido Comunista de China también ha exhortado a Estados Unidos a acabar con los «prejuicios» en relación con el tratamiento que reciben los uigures, una minoría étnica musulmana, en Xinjiang.
Así, Geng Shuang considera que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, han desacreditado la política religiosa así como la libertad de creencia durante una conferencia sobre este asunto celebrada en Washington.
Allí Pompeo describió el tratamiento por parte de China a la minoría uigur como «la mancha del siglo», antes de agregar que se trata de «una de las peores crisis humanitarias de la actualidad» y acusó a Pekín de presionar a varios países para que no asistiesen a este encuentro.
Sin embargo, el ‘People’s Daily’ ha insistido en el hecho de que China respeta los derechos religiosos y ha acusado a Estados Unidos de tener «motivos ocultos» y de utilizar la religión como pretexto para desprestigiar a China.
«Incluso utilizan la llamada libertad de creencia religiosa como excusa para acabar con la armonía nacional de China e interferir en los asuntos internos del país», reza el editorial publicado por este medio y recogido por la agencia de noticias Reuters.
Los críticos «no saben nada sobre la situación real» en Xinjiang, en donde el «sistema de formación profesional» se ha convertido en un medio «eficaz» para proteger a la población de la región del «terrorismo y el extremismo».
En este sentido, Geng ha indicado que los ciudadanos de China gozan de «plena libertad de creencia religiosa» y que el Gobierno del país protege la libertad religiosa de su pueblo. Por último ha pedido a Estados Unidos que no haga «falsas declaraciones infundadas que van en contra del sentido común».
Recientemente, 22 estados miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU enviaron una carta en la que exigen a Pekín que cese la persecución contra los uigures, una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en la región de Xinjiang (oeste).
La carta, fechada el 8 de julio, está dirigida al presidente del Consejo de Derechos Humanos y está firmada por 22 embajadores, entre ellos los de los países europeos –también España–, así como Australia, Canadá y Japón, pero no Estados Unidos, que abandonó este organismo de la ONU hace un año.
Expertos de Naciones Unidas y activistas denunciaron hace un año que al menos un millón de uigures y otros musulmanes están recluidos en centros de detención en Xinjiang.
Human Rights Watch (HRW) afirma que son detenidos sin proceso legal y sometidos a un adoctrinamiento político que incluye torturas. El Gobierno chino sostiene que son instalaciones educativas de ingreso voluntario donde se combate el extremismo.
En la carta, los firmantes expresaron su preocupación por la existencia de estos «centros de detención a gran escala, así como por la vigilancia y las restricciones, que afectan particularmente a los uigures y otras minorías en Xinjiang».
Asimismo, urgieron a China a permitir el acceso de expertos independientes a Xinjiang y los centros de detención, entre ellos la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
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