Un edificio a las afueras de Hotan, en la región china de Xinjiang, que podría ser un centro de reeducación, en una imagen del 31 de mayo de 2019. AFP/Archivos
"La mayoría" de los musulmanes internados en campos de reeducación en Xinjiang (noroeste de China) fueron liberados y encontraron trabajo, aseguró el martes un alto responsable regional, que no proporcionó cifras.
Expertos y organizaciones de defensa de los derechos humanos acusan a Pekín de haber internado hasta un millón de musulmanes, principalmente de etnia uigur, en esta región que en el pasado fue blanco de atentados atribuidos a independentistas o islamistas.
Pekín desmiente esta cifra y afirma que los campos son centros de formación profesional destinados a luchar contra la radicalización.
El vicepresidente de la región, Alken Tuniaz, de etnia uigur, aseguró en una rueda de prensa que "la mayoría de las personas que recibieron formación ya regresaron" a casa. "La mayoría acabó sus estudios y encontró un empleo", dijo, y celebró "la eficacia" de los centros.
El presidente de la región, Shohrat Zakir, uigur igualmente, precisó por su parte que los centros enseñaban tres cosas: el derecho, el chino y "el verdadero sentido de la religión".
Algunos exdetenidos afirmaron que fueron internados por motivos como llevar un velo o una barba demasiado larga.
Un hombre de negocios kazajo, que pasó cerca de dos meses en un campo, afirmó a la AFP que estos establecimientos tenían como único objetivo erradicar la creencia religiosa de sus internos. Estos son forzados a comer cerdo y cantar cada mañana himnos patrióticos, informó.
Los dos responsables regionales aplaudieron el progreso económico de Xinjiang bajo el régimen comunista, logrado a base de subvenciones colosales.
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