Imagen de la mezquita de Al Nuri, en 2017/Foto: Ap
El proyecto supone “un mensaje de esperanza” para la sociedad iraquí.
Un rayo de luz se propagó ayer sobre Mosul, la ciudad iraquí que, en su día, dio paso al inicio del reino del terror del auto proclamado Estados Islámico (EI). Esa certidumbre se produjo en el inicio de la reconstrucción de la Gran Mezquita de Mosul, Al Nuri, destruida por los propios combatientes islámicos el 21 de junio de 2017, ante la rabia de perder el control de la ciudad. Su destrucción supuso un duro golpe para el EI, ya que no solo demolieron uno de los lugares cultos y sagrados de los musulmanes, sino por la destrucción del punto inicial de toda ciudad islámica, construidas alrededor de las mezquitas.
La ceremonia, organizada por el departamento de Asuntos Religiosos Suníes, constó con la colocación de la primera piedra de la mezquita y su famoso Minarete, llamado Al Hadba (“El Jorobado”), la cual fue construida entre 1172 y 1173. A dicho acto acudieron representares del gobierno iraquí, así como la directora de la UNESCO en Irak, Louise Haxthausen.
La reconstrucción de la Mezquita, que fue el símbolo de identidad de la ciudad, transmite “los esfuerzos realizados en difundir un mensaje de esperanza, moderación y apertura, frente al fanatismo y el extremismo ideológico, religioso y cultural” aseguró el presidente del departamento de Asuntos Religioso Suníes, Abdelatif al Hamim, a la prensa.
El proyecto costará 50 millones de dólares y será financiado por Emiratos Árabe Unidos, después de que ambos llegarán a un acuerdo el pasado mes de abril. Por su parte, su reconstrucción se inicia seis días después del atentado contra una patrulla en la provincia de Nínive, al norte del país, coincidiendo con el primer aniversario de victoria contra el grupo terrorista.
Mosul, junto con Raqqa, fueron los dos grandes bastiones que tuvo bajo su control el Estado Islámico desde su expansión en 2014. Antes de sufrir tres años bajo la Sharía (la ley islámica) impuesta brutalmente, en Mosul era una de las ciudades más diversas de Irak, ya que contaba con una población de dos millones de habitantes, formados por árabes, kurdos, asirios, turcomanos y muchas otras minorías religiosas. La toma de Mosul supuso la metamorfosis del Estado Islámico debido a que, en ese precioso lugar, fue donde proclamaron su llamado “califato” y la convirtieron en su capital económica, poniendo ,así, en jaque a Occidente.
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