Los manifestantes vociferaron consignas en protesta del presidente de Francia y la violencia policial contra los protestantes
Los actos de los ‘chalecos amarillos’, convertidos en un movimiento contra Macron después de su comienzo en noviembre como una reacción contra el alza del combustible y empeoradas condiciones económicas, han continuado en su 10ª semana a pesar de las negociaciones del gobierno.
La multitud concentrada ayer en la Plaza de Invalides en París empezó a marchar hacia la Plaza de Italia. Los manifestantes vociferaron consignas en protesta del presidente de Francia y la violencia policial contra los protestantes.
En un segundo encuentro masivo de ayer, la policía intervino con gas lacrimógeno y agua a presión a los protestantes quienes arrojaban piedras y botellas. 20 personas fueron detenidas.
La tensión ocurrió entre manifestantes y la policía en actos realizados en Rouen, Caen, Rennes y Lyon. El Ministerio del Interior galo anunció que 84.000 personas asistieron a las manifestaciones en todo el país. Solo en París había 7.000.
Hasta el día de hoy se han realizado 200 encuentros con la asistencia de la ciudadanía para buscar solución a los problemas causados por las protestas en Francia.
La movilización de los chalecos amarillos que comenzaron el 17 de noviembre para protestar la subida de los costes de combustible y al empeoramiento de las condiciones económicas, pero que se convirtieron en el odio y rebelión contra el Gobierno de Macron, paso a la historia como la protesta más violenta del país en los últimos años.
El saldo de las protestas: 10 muertos, 2.000 heridas, 6.000 detenidos. 1.000 personas han sido condenadas a penas de prisión.
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