El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, en la Academia del Bolshoi. El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, en la Academia del Bolshoi. RIA NOVOSTI REUTERS
Moscú respaldará en la ONU el anteproyecto de resolución para combatir a los yihadistas
Rusia está dispuesta a apoyar la lucha contra los terroristas del Estado Islámico, aunque manteniendo las distancias respecto a Washington. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, se mostró ayer partidario de prestar apoyo a Irak en la lucha contra el grupo yihadista.
"Moscú está dispuesto a seguir respaldando a los dirigentes de Irak en su lucha contra la amenaza terrorista, en primer lugar, del Estado Islámico", explicó una la nota del Ministerio de Exteriores sin detallar el alcance de esa ayuda, que en el momento actual incluye material militar.
Además, Rusia respaldará en el Consejo de Seguridad de la ONU el anteproyecto de una resolución que EEUU presentó para combatir a los yihadistas en Siria e Irak. "Apoyaremos este documento, que toma en cuenta nuestras prioridades y en cuya redacción hemos participado", explicó el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Guenadi Gatilov.
Rusia no quiere que los radicales suníes se hagan tan fuertes como para desestabilizar sus regiones del Cáucaso, con una importante población musulmana. Y tampoco le interesa que EEUU aumente demasiado su presencia cerca de Siria. Prefiere que sean los países afectados quienes luchen y que no haya tropas de tierra de terceros.
Hacer a EEUU perder peso
El interés de Rusia es hacer a EEUU perder peso en la zona: al fin y al cabo, a diferencia de Washington, Moscú tiene buenas relaciones con los gobiernos de Siria e Irán. Sumando a Irak bajo su manto controlaría el ámbito chií en esa parte del mundo.
La coalición internacional, encabezada por Estados Unidos, bombardeó anteanoche campos de petróleo bajo control del Estado Islámico en la provincia nororiental siria de Deir al Zur, fronteriza con Irak. También bombardearon ayer por la mañana bases en las afueras de la localidad de Al Mayadin, donde supuestamente hay campos de entrenamiento para combatientes extranjeros.
Pero Moscú cree que los ataques contra las posiciones del Estado Islámico en territorio sirio no se deben llevar a cabo sin el consentimiento de Damasco. El jefe de la diplomacia rusa hizo hincapié en el marco de la Asamblea General de la ONU en la importancia de establecer una "cooperación con las autoridades sirias".
Lavrov confirmó el apoyo de Rusia a la independencia, la integridad territorial y la soberanía de Irak. Para Rusia la lucha contra los grupos terroristas en Irak y Siria debe renunciar a su política de doble rasero. Pero EEUU se encuentra en Siria entre dos enemigos que se pelean entre sí. Lavrov cree que la dimisión de Bashar al Asad no resolverá el problema, y exhortó a dejar de lado los "caprichos" en la resolución de este tipo de crisis. "¿Asad desaparecerá y todo estará en orden? No, no lo estará", enfatizó. El político ruso abogó por la creación de un grupo de contacto sobre Siria con participación de todos los países de la región, incluido Irán.
'Estados tapón'
El grupo yihadista, conocido anteriormente como Estado Islámico de Irak y el Levante, había centrado sus operaciones en Siria pero en junio pasado atacó los territorios del norte y el oeste de Irak, donde se le unieron extremistas suníes, ex militares del ejército de Sadam Husein y pequeños grupos terroristas. Según algunos analistas rusos, Rusia debe crear un cinturón de 'Estados tapón' de cara al futuro.
"Rusia tiene que formar un cinturón de Estados para hacer frente a la penetración del islamismo radical en el norte", opina Boris Dolgov, miembro del Instituto de Orientalismo de la Academia de Ciencias rusa. En una mesa redonda celebrada esta semana, Dolgov explicó que para formar este cinturón se debe reforzar el potencial militar de Armenia, imposibilitar la adhesión de Azerbaiyán a coaliciones antirrusas y mejorar la capacidad militar de Kazajstán, Tayikistán, Kirguizistán y Uzbekistán, que al fin y al cabo son la antesala de Rusia en la zona.
Los yihadistas han proclamado un califato que se extiende desde Alepo, en el norte de Siria, hasta la provincia de Diyala, en el este de Irak. Esta crisis llega con las relaciones entre Washington y Moscú bajo mínimos: "No vemos ninguna razón para tomar medidas a fin de mejorar las relaciones con EEUU, que solo quiere castigar a Rusia", dijo Lavrov.
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