El térmimo arroba procede del árabe y en esa lengua su significado era “cuarta parte”. En informática se usa en las direcciones de correo electrónico. Hoy aparece un nuevo uso, totalmente incorrecto, como *Estimad@s amig@s" para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo.
Con el auge del correo electrónico, le sacamos el polvo a una palabra que teníamos archivada, hacía mucho tiempo, en el “almacén de las cosas usadas”: el término ‘arroba’.
Si rastreamos la etimología, vemos que se remonta al árabe y que, en esa lengua, su significado era “cuarta parte”.
El sustantivo es femenino y el diccionario nos indica que señala un peso equivalente a 11,502 kg; también se indica que es una medida para líquidos y que su valor oscila según la naturaleza de los líquidos y el lugar en que se use.
Vinculado a este origen, se dan las expresiones ‘por arrobas’, para indicar “a montones” y ‘echar por arrobas’, para señalar que se exageran mucho las cosas.
De allí, saltamos al ámbito informático y sabemos que todos tuvimos que aprender a dibujarla en las direcciones de correo electrónico. Nos decían que era una ‘a’ con el rasgo envolvente, que la hacía aparecer en el centro de un trazo circular: @. Además, tuvimos que encontrarla y aprender a usarla en el teclado.
Pero, y he aquí el motivo de la nota, aparece un nuevo uso, este no autorizado ni normativamente correcto: el que se da en propagandas y en mensajes que invaden nuestro buzón de correos: *Estimad@s amig@s. Si bien, al leerlo, entiendo que el que escribió el texto quería ahorrar espacio, tiempo y tinta, no sé cómo leerlo en voz alta: *¿estimadoas amigoas? o, a la inversa, *¿estimadaos amigaos? ¡Qué disparate!
Ante la invasión de este tipo de producciones, visito la voz autorizada de la Academia en su Panhispánico de dudas y me encuentro allí con que el tema se ha tratado como “género arroba” y que se ha condenado su uso; leámoslo: “Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos, ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: *l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias como ocurre en *Día del niñ@, donde la contracción ‘del’ solamente es válida para el masculino ‘niño’”.
Igualmente condenable es la moda, puesta en vigencia sobre todo en los discursos políticos, en donde se desdobla el género de los destinatarios: “a todos y a todas”, “a los ciudadanos y ciudadanas”.
La voz académica autorizada nos dice: “Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la QUE NO DEBE VERSE INTENCIÓN DISCRIMINATORIA ALGUNA, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva. [...] Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente. En las actividades deportivas, deberán participar por igual alumnos y alumnas”.
Fuente consultada: Real Academia Española (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Colombia: Santillana. El resaltado es nuestro.
* Nené Ramallo es la directora del Departamento de Letras, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo; es lingüista, especialista en dialectología.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Con el auge del correo electrónico, le sacamos el polvo a una palabra que teníamos archivada, hacía mucho tiempo, en el “almacén de las cosas usadas”: el término ‘arroba’.
Si rastreamos la etimología, vemos que se remonta al árabe y que, en esa lengua, su significado era “cuarta parte”.
El sustantivo es femenino y el diccionario nos indica que señala un peso equivalente a 11,502 kg; también se indica que es una medida para líquidos y que su valor oscila según la naturaleza de los líquidos y el lugar en que se use.
Vinculado a este origen, se dan las expresiones ‘por arrobas’, para indicar “a montones” y ‘echar por arrobas’, para señalar que se exageran mucho las cosas.
De allí, saltamos al ámbito informático y sabemos que todos tuvimos que aprender a dibujarla en las direcciones de correo electrónico. Nos decían que era una ‘a’ con el rasgo envolvente, que la hacía aparecer en el centro de un trazo circular: @. Además, tuvimos que encontrarla y aprender a usarla en el teclado.
Pero, y he aquí el motivo de la nota, aparece un nuevo uso, este no autorizado ni normativamente correcto: el que se da en propagandas y en mensajes que invaden nuestro buzón de correos: *Estimad@s amig@s. Si bien, al leerlo, entiendo que el que escribió el texto quería ahorrar espacio, tiempo y tinta, no sé cómo leerlo en voz alta: *¿estimadoas amigoas? o, a la inversa, *¿estimadaos amigaos? ¡Qué disparate!
Ante la invasión de este tipo de producciones, visito la voz autorizada de la Academia en su Panhispánico de dudas y me encuentro allí con que el tema se ha tratado como “género arroba” y que se ha condenado su uso; leámoslo: “Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos, ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: *l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias como ocurre en *Día del niñ@, donde la contracción ‘del’ solamente es válida para el masculino ‘niño’”.
Igualmente condenable es la moda, puesta en vigencia sobre todo en los discursos políticos, en donde se desdobla el género de los destinatarios: “a todos y a todas”, “a los ciudadanos y ciudadanas”.
La voz académica autorizada nos dice: “Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la QUE NO DEBE VERSE INTENCIÓN DISCRIMINATORIA ALGUNA, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva. [...] Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente. En las actividades deportivas, deberán participar por igual alumnos y alumnas”.
Fuente consultada: Real Academia Española (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Colombia: Santillana. El resaltado es nuestro.
* Nené Ramallo es la directora del Departamento de Letras, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo; es lingüista, especialista en dialectología.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario