Arteixo siempre presumió de ejemplo de integración interracial. Pero su alcaldesa, la socialista Pilar Souto, teme que la decisión del nuevo colegio de primaria de sancionar a una alumna por llevar velo islámico o reavivadas protestas de algunos vecinos contra el local social que sirve de mezquita a la comunidad musulmana, la mayor y más antigua de Galicia, haya encendido una mecha de intolerancia. Souto (Arteixo, 1961), que gobierna en coalición con Terra Galega, redobla sus llamamientos "a convivir en paz".
Pregunta. La inmigración sólo representa un 6% de la población. Los musulmanes son medio millar de un total de 30.600 habitantes.
Respuesta. Tenemos 55 nacionalidades diferentes, y la comunidad más amplia es la sudamericana. La magrebí lleva aquí 40 años. Nunca hubo problemas. Hay protestas por la mezquita que es en realidad el local social de una asociación. Vecinos la denunciaron por el ruido cuando rezan. Ya están buscando otra ubicación a instancias del propio ayuntamiento. Su local no necesita una licencia de actividad, pero sí cumplir condiciones mínimas de seguridad y uso que hoy no tiene. Parece ser que ya compraron otro.
P. ¿Por qué surge de pronto esta polémica? El director del colegio habló de intereses creados y políticos. La comunidad musulmana también, ¿cree que es un intento de dañar al PSOE ante las elecciones?
R. Posiblemente. Es un problema importante, está en juego la convivencia de un pueblo que ha dado durante muchísimos años muestras de integración. Y voy a defender eso por encima de todo, piensen lo que piensen mis vecinos. No calculo los votos que podría ganar o perder con una u otra actitud. Solo creo en el respeto hacia las personas, sean de la raza o nacionalidad que sean.
P. ¿Cree que son minoría los vecinos que están molestos?
R. Pregunté a la Policía Local si en años anteriores hubo problemas. Me dicen que nunca. Hablé con la asociación de vecinos donde ellos tienen el local actual, y tampoco. Realmente creo que ha sido un grupo muy minoritario de personas que ha inducido a otras. No sé la razón.
P. La polémica norma del colegio también es política. El representante del gobierno local en el consejo escolar votó a favor.
R. Yo le pregunté al edil cómo tomó esa decisión sin consultarlo antes con el resto del Gobierno. Pero no fue así y nos enteramos cuando la niña ya está sancionada. No teníamos conocimiento de ello, ningún concejal del gobierno, ni siquiera el que está en el consejo escolar. El tema ahora está servido y, para mí, tiene mucha trascendencia.
P. ¿Por eso instó por carta al conselleiro de Educación a intervenir en el asunto y establecer una norma para todos los centros educativos?
R. No se debe cargar a cada centro con esa responsabilidad. Aún no tuve respuesta. Creo que la consellería tiene que intervenir, para mediar, que es lo que yo pretendí hacer, para apaciguar la situación. Todos debemos ser conscientes de la importancia de este tema. Va más allá de la norma interna de un colegio.
P. ¿Están vulnerados los derechos a la educación y libertad de culto?
R. Hay una niña que está sufriendo por una decisión contra una actitud suya, llevar el velo, que no es nueva. La niña tiene derecho a la educación y debe ser apartada de toda esta polémica. Intento parar esa tensión que transmite algún sector de la sociedad.
P. ¿Teme que esa prohibición se extienda a otros centros de Arteixo?
R. Sí y mucho. Me preocupa que surja un problema entre los propios niños que no han tenido jamás un problema de convivencia pero que reproducen en el colegio lo que oyen en casa o en la calle. Los adultos tenemos la responsabilidad. Cuando se toma una decisión, hay que pensar antes en las consecuencias. En los demás centros no hay problemas. Pero ¿qué pasará si otros también adoptan esa prohibición? Podría ocurrir que las niñas musulmanas de Arteixo que lleven velo no puedan ir a clase en su municipio. O que un centro se desmarque, y entonces todas deban concentrarse allí. Mi obligación es prevenir, y no dejo de apelar al sentido común. A ver si nos damos cuenta de que hemos creado un problema que no existía.
P. ¿Cuál fue la reacción de la asociación de madres y padres?
R. De todo tipo. Hay gente que defiende que se mantenga el reglamento como está, que debe quitarse el velo y acatar nuestras costumbres. Otros creen excesiva la polémica. Otros quieren que se anulen todos los símbolos religiosos.
P. ¿Sigue sin conseguir hablar con la dirección del colegio?
R. Fue imposible por teléfono, y les envíe un correo electrónico con ánimo de rebajar la tensión. No pretendo inmiscuirme en sus competencias, que es aprobar un reglamento. La responsabilidad es suya. Nadie supo todavía decirme de quien partió la propuesta de esa prohibición. Pero no pido que se revise, no me corresponde.
P. Algunos cuestionan su benevolencia con ese colectivo.
R. No los trato mejor o peor, los trato como iguales y es lo que más agradecen. Tengo una relación muy cordial. Tras el incendio provocado en su local, el año pasado, hubo algún enfrentamiento verbal con vecinos, fue muy desagradable. La asociación musulmana me dijo que estaba ofendida pero que en ningún caso quería conflictos y que olvidaría el asunto. Siempre son muy respetuosos.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Pregunta. La inmigración sólo representa un 6% de la población. Los musulmanes son medio millar de un total de 30.600 habitantes.
Respuesta. Tenemos 55 nacionalidades diferentes, y la comunidad más amplia es la sudamericana. La magrebí lleva aquí 40 años. Nunca hubo problemas. Hay protestas por la mezquita que es en realidad el local social de una asociación. Vecinos la denunciaron por el ruido cuando rezan. Ya están buscando otra ubicación a instancias del propio ayuntamiento. Su local no necesita una licencia de actividad, pero sí cumplir condiciones mínimas de seguridad y uso que hoy no tiene. Parece ser que ya compraron otro.
P. ¿Por qué surge de pronto esta polémica? El director del colegio habló de intereses creados y políticos. La comunidad musulmana también, ¿cree que es un intento de dañar al PSOE ante las elecciones?
R. Posiblemente. Es un problema importante, está en juego la convivencia de un pueblo que ha dado durante muchísimos años muestras de integración. Y voy a defender eso por encima de todo, piensen lo que piensen mis vecinos. No calculo los votos que podría ganar o perder con una u otra actitud. Solo creo en el respeto hacia las personas, sean de la raza o nacionalidad que sean.
P. ¿Cree que son minoría los vecinos que están molestos?
R. Pregunté a la Policía Local si en años anteriores hubo problemas. Me dicen que nunca. Hablé con la asociación de vecinos donde ellos tienen el local actual, y tampoco. Realmente creo que ha sido un grupo muy minoritario de personas que ha inducido a otras. No sé la razón.
P. La polémica norma del colegio también es política. El representante del gobierno local en el consejo escolar votó a favor.
R. Yo le pregunté al edil cómo tomó esa decisión sin consultarlo antes con el resto del Gobierno. Pero no fue así y nos enteramos cuando la niña ya está sancionada. No teníamos conocimiento de ello, ningún concejal del gobierno, ni siquiera el que está en el consejo escolar. El tema ahora está servido y, para mí, tiene mucha trascendencia.
P. ¿Por eso instó por carta al conselleiro de Educación a intervenir en el asunto y establecer una norma para todos los centros educativos?
R. No se debe cargar a cada centro con esa responsabilidad. Aún no tuve respuesta. Creo que la consellería tiene que intervenir, para mediar, que es lo que yo pretendí hacer, para apaciguar la situación. Todos debemos ser conscientes de la importancia de este tema. Va más allá de la norma interna de un colegio.
P. ¿Están vulnerados los derechos a la educación y libertad de culto?
R. Hay una niña que está sufriendo por una decisión contra una actitud suya, llevar el velo, que no es nueva. La niña tiene derecho a la educación y debe ser apartada de toda esta polémica. Intento parar esa tensión que transmite algún sector de la sociedad.
P. ¿Teme que esa prohibición se extienda a otros centros de Arteixo?
R. Sí y mucho. Me preocupa que surja un problema entre los propios niños que no han tenido jamás un problema de convivencia pero que reproducen en el colegio lo que oyen en casa o en la calle. Los adultos tenemos la responsabilidad. Cuando se toma una decisión, hay que pensar antes en las consecuencias. En los demás centros no hay problemas. Pero ¿qué pasará si otros también adoptan esa prohibición? Podría ocurrir que las niñas musulmanas de Arteixo que lleven velo no puedan ir a clase en su municipio. O que un centro se desmarque, y entonces todas deban concentrarse allí. Mi obligación es prevenir, y no dejo de apelar al sentido común. A ver si nos damos cuenta de que hemos creado un problema que no existía.
P. ¿Cuál fue la reacción de la asociación de madres y padres?
R. De todo tipo. Hay gente que defiende que se mantenga el reglamento como está, que debe quitarse el velo y acatar nuestras costumbres. Otros creen excesiva la polémica. Otros quieren que se anulen todos los símbolos religiosos.
P. ¿Sigue sin conseguir hablar con la dirección del colegio?
R. Fue imposible por teléfono, y les envíe un correo electrónico con ánimo de rebajar la tensión. No pretendo inmiscuirme en sus competencias, que es aprobar un reglamento. La responsabilidad es suya. Nadie supo todavía decirme de quien partió la propuesta de esa prohibición. Pero no pido que se revise, no me corresponde.
P. Algunos cuestionan su benevolencia con ese colectivo.
R. No los trato mejor o peor, los trato como iguales y es lo que más agradecen. Tengo una relación muy cordial. Tras el incendio provocado en su local, el año pasado, hubo algún enfrentamiento verbal con vecinos, fue muy desagradable. La asociación musulmana me dijo que estaba ofendida pero que en ningún caso quería conflictos y que olvidaría el asunto. Siempre son muy respetuosos.
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