Estepa,22/05/2017,sevilla.abc.es, BORJA MORENO
Karim Ibnouzahar,Lahsen Ech-chaibi y José Serrano posan en el Centro cultural islámico Badr- B. M.
La Asociación cultural Badr inaugura su centro islámico con un espíritu integrador
La población musulmana de Estepa prepara con esmero la llegada del mes del Ramadán. A la ilusión previa a esta importante celebración religiosa habrá que sumar este año una alegría más, la inauguración del Centro islámico Badr. Un espacio que nace con la intención de dar un paso más en la integración cultural de más de un centenar de familias que forman parte del pueblo desde hace muchos años.
Ubicado en una de las naves del polígono industrial Sierra Sur, en el número 2 de la calle Progreso, este centro nace como la iniciativa de un grupo de estepeños. Lahsen Ech-Chaibi, presidente de la Asociación centro cultural islámico Badr apunta que «nuestro fin es el de fomentar la integración de la población musulmana, tanto autóctona como migrante, en la comunidad estepeña».
El alcalde, Salvador Martín, asistió el pasado 28 de abril a la inauguración oficial del centro como muestra de apoyo a esta iniciativa. José Serrano es secretario de la junta directiva de la asociación, y explica cómo se han habilitado dos zonas de rezo, una para los hombres y otra para las mujeres, y un espacio multiusos para realizar diferentes actividades de formación y difusión de la cultura.
«Por un lado queremos poner a disposición de los musulmanes los medios necesarios para un óptimo desarrollo espiritual». En este sentido, José explica que el centro será un lugar de encuentro para la población musulmana de Estepa, pero también de pueblos cercanos como Gilena, Pedrera, Casariche o El Rubio. Pero también ocuparán parte de su tiempo en «fomentar el intercambio cultural y el respeto mutuo entre las culturas, en especial la islámica y la española». Con este fin se organizarán eventos culturales, se ayudará en traducciones, se darán clases de español y árabe y se verán proyecciones, entre otras cosas.
La apertura de este espacio es sólo un hito más para una población que comparte vida con el pueblo desde hace varias generaciones. Algunas familias, como la de Lahsen, llevan casi treinta años en Estepa. «Somos gente normal. Nunca hemos tenido ningún problema en el pueblo, que ha sido siempre muy acogedor», reconoce.
Además forman parte del día a día de la localidad, en puestos de abogados, médicos, empresarios y, como no podía ser de otra forma, trabajando en los productos estrella, el mantecado y la aceituna. Lahsen, que dirige una empresa de seguridad, señala que «sólo mediante el conocimiento y el respeto mutuo es posible avanzar en pro de la paz mundial».
Una labor para la que aseguran que lucharán activamente. «Queremos ser el motor de las relaciones entre la comunidad musulmana y el entorno social en el que vive», apunta José Serrano. La asociación estepeña se ofrece como mediadora ante cualquier posible conflicto que pudiera surgir.
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