Pintura de la batalla de Alcoraz
La comunidad islámica de Zaragoza pidió en 2004 la retirada de un símbolo que representa la victoria cristiana sobre los musulmanes en la batalla de Alcoraz, donde la leyenda dice que se apareció el mismísimo San Jorge.
El escudo de Aragón se divide en cuatro elementos: el primero, situado en la zona superior izquierda, conmemora al legendario Reino de Sobrarbe; el segundo, a su derecha, representa la denominada «Cruz de Íñigo Arista», considerada desde el siglo XIV como blasón del Aragón antiguo; el tercero, y el más controvertido, es la Cruz de San Jorge cantonada con cuatro «cabezas de moro» (la llamada «Cruz de Alcoraz»), que recuerda, según la tradición, la ayuda del santo en la batalla por la conquista cristiana de Huesca en el siglo XI.
Marcelino Iglesias sugirió que podía importunar a la comunidad islámica
A razón de estas cabezas musulmanas, el escudo aragonés fue objeto de una fuerte polémica en 2004 cuando Marcelino Iglesias, expresidente de la Diputación General de Aragón, sugirió que podía importunar a la comunidad islámica de Zaragoza. Para el político maño, cambiar el escudo «es algo que nos concierne a todos, por sensibilidad. Y más ante el fenómeno de la inmigración». No en vano, pese a las quejas de la comunidad islámica, la heráldica de Aragón sigue manteniendo un símbolo que forma parte de su patrimonio desde 1340.
Muchos años antes, en 1096, tuvo lugar la batalla de Alcoraz en las cercanías de Huesca. Allí, el ejército aragonés, dirigido por el rey Sancho Ramírez, asediaba la ciudad desde el campamento establecido en el Castillo de Montearagón cuando el rey de Saraqusta –el nombre musulmán de Zaragoza– envió a su amigo de Huesca un ejército tan grande que «cuando los primeros estaban pasando el Gállego en Zuera los últimos todavía estaban cruzando el Ebro». Según relata la leyenda, San Jorge y un caballero alemán rescatado de Antioquía por este mismo santo apareció en el campo de batalla «para ayudar a matar a esos 40.000 soldados». Tras seis meses de asedio, el rey Pedro I, ya que Sancho Ramírez murió mientras inspeccionaba las murallas, conquistaba la ciudad de Huesca. Y fue al acabar la batalla cuando se encontraron sobre el campo las cabezas de cuatro reyes moros.
Escudo actual de Aragón
Posteriormente a esta fecha, y sobre todo a partir del siglo XIII, se popularizó la protección del mítico San Jorge sobre la Corona de Aragón, dando lugar a nuevas tradiciones sobre apariciones en combates. Además, la conquista de Huesca permitió restaurar el obispado y el cristianismo volvió a ser la religión predominante en la zona. El aragonés, nacido en las montañas pirenaicas, sustituyó poco a poco al árabe como lengua común, hasta la difusión y predominio del castellano a partir del siglo XV.
«Cabeza de moro», un elemento medieval
La «cabeza de moro» es un elemento iconográfico presente en numerosos escudos de origen medieval e incorporado al código heráldico donde se corresponde con la representación de una cabeza humana, de perfil, generalmente coloreada de color negro (sable), pero también de otros colores, y que puede estar adornada con una cinta, turbante o diferentes accesorios. Sin embargo, pese al nombre, los rasgos suelen ser los de una persona de etnia sub-sahariana, siendo también conocida como «cabeza de negro».
El emblema del papa Benedicto XVI cuenta con este elemento
En la actualidad, la «cabeza de moro» prevalece como elemento incorporado a los símbolos de diversos territorios, instituciones, organizaciones y personalidades de relevancia pública que, en muchos casos, ha despertado distintas polémicas por estar vinculados con episodios de violencia religiosa, como en los casos del escudo de Aragón en 2004, el del emblema del papa Benedicto XVI en 2005, o el de la villa portuguesa de Évora en 2001.
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