Lewiston, 06 Noviembre 2019,El Diario de Juárez
Safiya Khalid, resultó electa por un significativo margen
A solo una semana de la elección, Safiya Khalid estaba llorando. Había pasado los últimos seis meses tocando cientos de puertas en Lewiston, Maine, la ciudad a la que llegó como refugiada hace más de una década, y donde esperaba ser la primera somalí-estadounidense en ganar un escaño en el consejo municipal. De pronto, provocadores en línea, desde lugares tan lejanos como Alabama y Mississippi, lanzaron sus viles abusos, diciéndole que los musulmanes no tenían lugar en el gobierno estadounidense y que debería regresar a su país de origen, informó The Washington Post.
“Simplemente no podía soportarlo”, dijo Khalid a The Washington Post el martes por la noche. “Estaba llorando tanto que tenía los ojos completamente rojos”.
A Khalid, una demócrata, le preocupaba el hecho de que alguien había publicado su domicilio en las redes sociales. Pero también le preocupaba que los ataques alimentados por el odio se convirtieran en una distracción. Así que borró su cuenta de Facebook, pidió a sus amigos que se mantuvieran alerta y monitorearan aquellos comentarios inquietantes y volvió a tomar las calles con sus volantes y su portapapeles.
El martes por la noche, ganó la elección por un significativo margen. La victoria, dijo a sus partidarios, fue muestra de que “los organizadores comunitarios vencieron a los provocadores en Internet”.
A sus 23 años, Khalid podría ser la persona más joven en servir en el Consejo Municipal de Lewiston, así como la primer inmigrante somalí. Su victoria del martes por la noche fue uno de varios históricos parte-aguas en todo el país en las elecciones locales. En Virginia, mujeres musulmanas resultaron electas para el Senado estatal y el Consejo Escolar del Condado de Fairfax por primera vez. Nadia Mohamad, de 23 años, se convirtió en la primera mujer musulmana y la primera somalí elegida para el concejo municipal en St. Louis Park, Minnesota, mientras que Chol Majok, una mujer de 34 años que huyó de la violencia en Sudán del Sur, se convirtió en la primera refugiada electa a un cargo público en Syracuse, Nueva York.
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