Este docente forma a profesionales de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado - Rocío Ruz
Manuel Torres es autor de varios libros sobre terrorismo yihadista y profesor universitario en Sevilla y Granada
El jiennense Manuel Torres (Mengíbar, 1978), profesor de los grados de Ciencias Políticas y Criminología en la Universidad Pablo de Olavide (UPO), es uno de los mayores expertos de España en terrorismo yihadista. Autor de libros como «Al Andalus 2.0. La ciberyihad contra España» y «El eco del terror. Ideología y propaganda en el terrorismo yihadista», tras los atentandos del 11-S decidió centrar su tesis doctoral sobre la actividad propagandística de los yihadistas en internet. Finalmente, el Ministerio de Defensa terminó premiando su tesis doctoral sobre «La dimensión propagandística del terrorismo yihadista global». Su grado de especialización le ha convertido en colaborador de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, tanto en actividades de análisis como formativas.
Usted tiene amigos musulmanes. ¿Habla con ellos sobre el terrorismo yihadista?
No aunque es un tema muy candente. Al final los musulmanes son los más afectados porque este terrorismo no sólo se ceba entre ellos, sino que también sufren una doble victimización. Son víctimas directas de atentados y víctimas de los prejuicios y estereotipos que se generan sobre ellos. Más del 90% de las víctimas de atentados terroristas yihadistas son musulmanes. En algunos países de mayoría musulmana los atentados terminan convirtiéndose en algo cotidiano. El terrorismo es un problema de seguridad en Europa pero en los países de mayoría musulmana es un problema existencial porque lo que está en juego es que al final termine gobernando una panda de fanáticos que pueden generar un estado totalitario.
Es difícil de comprender que los propios musulmanes sean víctimas de atentados perpetrados por terroristas yihadistas.
Es que los terroristas yihadistas niegan a sus víctimas musulmanas la condición de musulmanes porque bajo su visión de lo que es el islam aceptable se han alejado del grupo y del precepto. Los terroristas los consideran apóstatas y el pecado para la apostasía es la muerte. Los yihadistas son suníes y ellos ven a los chiíes como una rama herética, por lo que deben morir. El 90% de los musulmanes en el mundo son suníes y sólo hay unos pocos países en que los shiíes son mayoría, como Irán, Iraq y Líbano.
¿Se reúne con servicios de inteligencia de España para sus investigaciones?
Yo colaboro habitualmente con la Policía a nivel nacional porque es una colaboración mutua. Yo les aporto análisis sobre las amenazas, evolución del terrorismo en cuanto a objetivos y tácticas... Estamos hablando de interpretar hechos confusos, orientados al futuro.. Además, participo en la formación de personal de seguridad, cuerpos policiales...
Torres, en la Universidad Pablo de Olavide donde imparte clases
Torres, en la Universidad Pablo de Olavide donde imparte clases- Rocío Ruz
Es asesor de los Mossos. ¿Por qué no se tomaron las precauciones debidas cuando Bélgica advirtió acerca del imán de Ripoll?
Bueno, la Policía recibe normalmente cientos de avisos, que en su inmensa mayoría no llevan a nada. El gran problema del investigador es discriminar el ruido de la señal. En este caso, fue un policía local de Bélgica quien preguntó a un Mosso por ese imán que viene de Cataluña. Se cruzaron datos pero no halló nada. El imán estuvo investigado en una operación antiterrorista de 2005 y por su relación con una célula de apoyo a los fugados del 11-M, pero al final no se hallaron pruebas contra él.
¿Faltan recursos personales en la lucha contra la yihad en España?
Si hablas con los responsables de la lucha contraterrorista te dirán que sí pero es que para vigilar 24 horas a una persona que puede ser radical necesitas 6 personas cada día. No hay capacidad de controlar de manera intensiva a todos los sospechosos de radicalismo. La Policía y el Estado de Derecho puede minimizar la capacidad de esa organización para actuar, pero no anularla, como tampoco podemos eliminar por completo la violencia de género, los homicidios, el consumo de drogas...
¿Qué diferencia hay entre los terroristas del 11-M y los actuales? Ahora son cada vez más jóvenes, incluso de 17 años.
Eso tampoco ha cambiado tanto. El perfil del terrorista yihadista es el de un joven y varón. ¿Por qué? Pues porque la juventud es un estado propicio para albergar ideas radicales y de transformación del mundo. Los psicólogos hablan de apertura cognitiva y eso hace que los jóvenes estén dispuestos a cambiar todo, tienen más confianza en sus capacidades... que cuando cumples años y te vuelves más conservador. También encontramos entre los terroristas gente de 40 años, casada y con obligaciones familiares, incluso con estabilidad laboral...
Algunos de quienes participaron en esos atentados contaron con la colaboración de marroquíes. Hasta ahora Marruecos tenía controlado la radicalización con el registro de imanes. ¿Cree que también se le está yendo de las manos al país vecino la lucha contra el terrorismo?
Gracias a que la colaboración con Marruecos es intensa se ha ganado en eficacia en la lucha contra el terrorismo en España. Sin embargo, Marruecos tiene un problema muy grave porque hay una actividad de radicalismo dentro del país muy intensa y unos 2.000 ciudadanos suyos han ido a combatir a Siria e Iraq. En España han sido unos 200. No hay que perder de vista que aunque hemos sufrido ahora los atentados de Cataluña, España ha tenido el registro más exitoso del mundo en cuanto a prevención de terrorismo yihadista y en eso nos ha sido muy útil la experiencia de lucha contra ETA. No hay país en Europa que no haya tenido un atentando yihadista en 13 años, como ha ocurrido aquí. Por eso tampoco podemos fustigarnos porque hayamos sufrido estos atentados.
Las referencias a España en la propaganda yihadista batieron todos los registros en 2016. ¿Estaba cantado que nuestro país iba a ser objetivo de un atentando?
Evidentemente eso es un indicador de la amenaza. Cuanto más se amenaza al país de manera pública del país existe una mayor probabilidad de que se materialice un ataque porque se lanza una especie de llamada para que otra gente actúe de manera espontánea. Cuando más se agita ese avispero más posibilidad hay de ataques.
Donald Trump y varios países de Oriente apunten a Qatar como financiador de grupos terroristas.
Es cierto que Qatar es uno de los exportadores del islam radical, pero no sólo Qatar, también Arabia Saudí, realmente toda la monarquía del Golfo Pérsico. Una comunidad religiosa perfectamente integrada se transforma si abraza a ese dinero fácil que llega a cambio de cambiar su orientación.
El islamólogo González Ferrín dice que lo que hay que conseguir es que el buen musulmán denuncie a los radicalizados. ¿Cree usted que hay que trabajar más con la comunidad musulmana?
Los propios musulmanes son los primeros interesados en que eso sea así y echar a los radicales de sus comunidades, alertando a las autoridades. Todo lo que sea fomentar esos cauces de confianza entre las instituciones públicas y las comunidades musulmanas es bueno. De hecho ya ocurre en España porque es difícil encontrar una mezquita en España donde un imán ofrezca un mensaje radical en defensa del terrorismo. Tras los atentados del 11-M ese mensaje radical ha perdido visibilidad en la calle y están más en internet o en círculos de confianza, como ocurría con el imán de Ripol.
¿Es suficiente el nivel de alerta 4 o habría que subir al 5?
No, está bien en el nivel 4. Declarar el nivel 5 sería aceptar lisa y llanamente que has perdido el control con los recursos ordinarios y necesitas restringir la libertad de movimiento o usar la fuerza militar para el patrullaje. Hay que mantener los hábitos porque todo lo que no sea eso es un éxito para los terroristas. Si ellos logran alterar nuestra normalidad y que la gente modifique sus hábitos de vida, es un éxito para el terrorista.
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